CIENCIA › SE CURó LA PACIENTE ESPAñOLA CUYO CONTAGIO FUE EL PRIMERO FUERA DE AFRICA

La enfermera que pudo superar el ébola

El segundo análisis confirmó la ausencia de carga viral de Teresa Romero, la auxiliar que contrajo el virus del Ebola cuando atendía a otro paciente que murió. Aún quedan internados 15 contactos de la auxiliar sanitaria considerados de alto riesgo, todos ellos asintomáticos.

La única contagiada con el virus del Ebola en España, la auxiliar de enfermería Teresa Romero, superó la enfermedad después de dar negativo en la segunda prueba que confirma la ausencia de carga vírica en su cuerpo desde que se le retiraran todos los tratamientos antivirales.

“Se cumplen los criterios de curación fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, señaló el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III, José Ramón Arribas.

El pasado domingo, Romero, primera persona contagiada con la enfermedad fuera de Africa, dio negativo en la primera prueba específica (PCR) que detecta el virus del Ebola, 48 horas después de que se le retirara todo tratamiento que pudiera enmascarar la existencia del virus. Para considerar a una persona no infectada, según los criterios de la OMS, se requieren dos resultados negativos en esa prueba PCR con intervalos de 48 horas, condición que Teresa Romero cumplió ayer.

Romero, que se infectó a finales de septiembre cuando atendió a una de las dos víctimas mortales del virus en España, ingresó con síntomas de la enfermedad el pasado 6 de octubre en el hospital Carlos III de Madrid, donde aún permanecerá por un tiempo indeterminado para restablecerse del daño que el virus causó en su organismo.

“Es un hecho extraordinariamente positivo (la curación del ébola), pero la recuperación completa de la paciente se demorará todavía algunos días”, aclaró Arribas.

Además de Romero permanecen todavía internados en ese hospital de Madrid quince contactos de la auxiliar sanitaria considerados de alto riesgo, todos ellos asintomáticos, por lo que empezarán a recibir el alta esta semana, a medida que vayan cumpliendo la cuarentena de 21 días que establecen los protocolos.

Con la recuperación de Romero, y si no se producen nuevos contagios, España quedará oficialmente libre del virus 42 días después del último caso, es decir, dos veces el período de incubación, como ya sucedió en Nigeria.

Romero, de 44 años, casada y sin hijos, se infectó mientras atendía al religioso español Manuel García Viejo, repatriado desde Sierra Leona con la enfermedad ya avanzada y que murió el pasado 25 de septiembre. Al día siguiente, Romero salió de vacaciones y continuó haciendo “vida normal”, hasta que poco después empezó a tener fiebre y sensación de debilidad, por lo que acudió a su médico de cabecera. Como los síntomas no remitían, acudió a una guardia días después y, tras dar positivo en las pruebas del ébola, fue trasladada al hospital Carlos III de Madrid, donde, aparte de García Viejo, fue tratado el también misionero Miguel Pajares, repatriado desde Liberia y muerto el 12 de agosto.

Desde el mismo día de su ingreso, Romero fue tratada con plasma de la religiosa Paciencia Melgar, sobreviviente de la enfermedad, aunque posteriormente también se le suministró el suero Zmapp. Desde el ingreso de Romero, en ese hospital fueron hospitalizados en cuarentena bajo observación varios casos sospechosos, como el marido de la técnica de enfermería, así como los médicos que la atendieron en un primer momento o varios sanitaristas que asistieron a los misioneros fallecidos.

El caso del contagio de Romero causó una fuerte polémica en España, donde las autoridades sanitarias fueron acusadas de haber incumplido los protocolos de seguridad en la repatriación de los religiosos. El Consejo General de Enfermería de España denunció ayer que en el país se vulneraron varias normas en la elaboración de los protocolos y señaló que “nunca” se podrá saber cuál de los “muchos” factores de riesgo fue la causa de contagio de Romero.

En un primer momento trascendió que ella misma había reconocido ante uno de sus médicos que pudo haberse tocado la cara con un guante cuando se retiraba el traje protector, tras atender al religioso. Sin embargo, ayer, su amiga y portavoz Teresa Mesa aclaró que Romero cree que hizo “todo bien” mientras atendió al misionero y “no tiene noción de haberse tocado la cara” y lamentó que se le hubieran hecho esas preguntas cuando su salud era precaria y se encontraba bajo los efectos de la medicación.

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La auxiliar de enfermería Teresa Romero, junto a su perro Excalibur, que fue sacrificado.
Imagen: EFE
 
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