CIENCIA › ANTROPOLOGIA Y COMPLEJIDAD

Fe en el caos

Bajo el nombre de “Antropocaos”, un grupo de antropólogos estudia diversos fenómenos de organización y de dinámica de grupos.

 Por Federico Kukso

Las redes sociales están de moda. Sitios para empacharse de amistad como Facebook y Myspace, sitios para contactar ex compañeros de trabajo o de colegio como Linkedin, blogs de todo tipo y color: diversas maneras de contactarse y cumplir con el mandato de la era informacional: comunicarse o perecer. Pero, en realidad, las redes sociales están hace tiempo. Ya sea como una forma de analizar la manera en que se desparrama una enfermedad, cómo se distribuyen las rutas aéreas o los caminos de las relaciones sexuales. Los físicos abordan estos temas regodeándose con sus modelos. Pero ahora no están más solos: arqueólogos y antropólogos se suman a la tarea de desmenuzar las formas en las que se organizan los individuos y sus conductas. Es el caso de “Antropocaos”, un colectivo académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA que combinando la teoría del caos, dinámica no lineal y teoría de la complejidad se orienta al diseño de programas, simulaciones, análisis de modelos. Página/12 dialogó con cuatro representantes del grupo –los antropólogos Jorge Miceli, Ramón Quinteros, Mora Castro y Sergio Guerrero– y comprobó que los temas en juego son casi inacabables.

–¿Cuál es el objetivo de grupo?

Jorge Miceli: –Nos conformamos como un grupo de antropólogos con cierta aspiración interdisciplinaria. El grupo, formado por casi 20 investigadores, tiene una trayectoria de casi 15 años y nació bajo el ala de Carlos Reynoso. Además de hacer consultoría nos centramos en formar gente dando seminarios en la facultad. Estamos tratando de generar proyectos de investigación orientados a nuestras áreas.

–Que son...

J. M.: –Nos caracteriza la variedad temática. Por ejemplo, yo soy licenciado en Ciencias Antropológicas, magister en Análisis del Discurso y trabajo en cuestiones vinculadas al análisis discursivo y la formación de redes semánticas. El último proyecto que presentamos abarcó modelos basados en agentes, simulaciones de procesos socioeconómicos, “música fractal”, redes semánticas vinculadas al análisis del discurso. Más allá de esto nosotros trabajamos mucho en el análisis de redes sociales.

Ramón Quinteros: –Yo soy arqueólogo y trabajo en Jujuy, en la Quebrada de Humahuaca. Estamos muy influidos por la teoría de sistemas, que nos ayuda a formalizar distintos tipos de conducta. Yo aplico mucho la teoría de juego.

–¿Qué aporte le da un antropólogo al estudio de las redes sociales que no le da un físico?

R. Q.: –Estamos más cerca de los datos empíricos. Los físicos se manejan sobre todo con modelos abstractos que se pueden aplicar (y ver) en juegos como el TEG, en el póquer o en el mercado financiero. Nosotros recavamos datos empíricos concretos, con gente real.

Sergio Guerrero: –El interés del físico es ver cómo funciona el modelo. En cambio, nosotros tenemos una formación en ciencias sociales que nos permite que los modelos sean más aplicables.

–Cuéntenme de un caso concreto, un ejemplo.

J. M.: –A ver... Trabajamos durante un tiempo prolongado en el mapeo de redes de parentesco en una comunidad tehuelche de criadores de ovejas del valle del Chalía, ubicada en el suroeste de la provincia de Chubut. Ahí relevamos el tipo de vínculos que hay y su correlación con la posesión de ganado. Buscábamos ver cómo se constituían esas familias y el tipo de su estructura económica.

–Una de las palabras más recurrentes en este campo de las redes sociales es la de “complejidad”. ¿Cómo la entienden?

J. M.: –No la pensamos como suma de variables. Son fenómenos emergentes de la interacción local, no de ir agregando elementos.

–Complejo, no complicado.

S. G.: –Precisamente. Fijáte el caso de las red es sociales. Yo estudié la relación que hay entre blogs argentinos que hacen análisis económico-políticos buscando ver quién cita a quién. Hay blogs más centrales y blogs satelitales. Lo difícil es definir una frontera. Yo utilicé un método que se llama “bola de nieve”. Empecé con algunos blogs centrales fui viendo con cuáles se relacionaban. Esto también se da con la distribución de una nueva droga: se transmite del boca a boca.

J. M.: –Es más, para el primer análisis del origen del sida se utilizó análisis de redes sociales para inferir los nodos generadores de la epidemia.

–Esto también se ve en política...

J. M.: –Sí, las redes clientelares son redes inherentemente sociales y el fenómeno de la corrupción es justamente un fenómeno de redes sociales. Las nuevas tecnologías se suelen acoplar a estos mecanismos de difusión.

–¿Y dónde más se puede aplicar?

J. M.: –Yo estudié el género de la cumbia villera, como para mostrarte la interdisciplinariedad de estos temas. Analicé estructuras narrativas viendo la recurrencia de personajes: el ladrón justiciero, la chica engañada, el chico que deviene ladrón, el padre amoroso que pierde al hijo, la policía y los patovicas de los boliches como el enemigo. Hay una fuerte división entre el “nosotros” y el “ellos”. Así apliqué sobre los discursos lo que se llama “análisis de redes semánticas”. Y ahora quiero ver las “redes identitarias de sentido”, construcciones de sentido que tienen una forma reticular. Hay nodos semánticos y vínculos entre ellos: por ejemplo, cómo se organiza la identificación grupal, qué cosas valora el grupo de sí mismo (la valentía, la lealtad, la tendencia a la diversión, la promiscuidad sexual). Ahora quiero cruzar entrevistas con las letras de las canciones.

–Escuchando esto su organización no debe ser verticalista.

R. Q.: –Hay un artículo de Eric Raymond, una de las figuras del software libre, en el que dice que Microsoft funciona como una catedral con estamentos bien jerarquizados y Linux se desarrolló como un bazar, con unidades descentralizadas pero que tienden a un punto en común. Nosotros como grupo seguimos el modelo organizacional de Linux.

–Antes me comentaron que también trabajaban con “música fractal”. ¿Qué es eso?

J. M.: –Analizamos la composición rítmica de la música que tiene lo que se denomina un “índice fractal”: es más recordable o pregnante aquella canción que tiene un índice de fractalidad mayor. Eso se puede ver en música clásica, rap, cumbia villera, lo que se te ocurra.

–A las discográficas les podría interesar.

R. Q.: –Y también está el análisis de redes sociales en el fútbol, en el desarrollo del juego. Se ve cómo se distribuyen las cadenas de pases que se dan dentro de un partido.

–O sea, este tipo de análisis tiene muchos campos de aplicación.

J. M.: –Exactamente. Es una derivación de la teoría de grafos del siglo XVIII ideada por el matemático Leonard Euler. Esta transversalidad de alguna manera habla de la unidad de los procesos en la naturaleza. Los procesos sociales no son ontológicamente distintos a los procesos naturales, o incluso a procesos inorgánicos. Aunque muchas veces pensemos que somos más complejos, más evolucionados, en muchos aspectos funcionamos de la misma manera que los organismos más simples.

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