DEPORTES › ESTUDIANTES VENCIO A BOCA Y QUEDO COMO UNICO PUNTERO DEL APERTURA

Le pincharon el bote a Basile

El equipo de Sabella marcó claras diferencias ante un irreconocible conjunto boquense que, sin brújula ni ideas, continúa zozobrando en el torneo. Calderón y Benítez marcaron para los platenses. Palermo descontó y no lo gritó.

 Por Daniel Guiñazú

Si Alfio Basile suponía que ante Estudiantes podía recuperar el crédito que ha empezado a agotársele como técnico de Boca, la derrota por 2-1 que el campeón de América le infligió al desconcertado equipo xeneize devuelve la situación al mismo punto en el que se encontraba tras la caída ante Godoy Cruz. Vuelve a tambalear Basile en su cargo. Sigue sin encontrar las respuestas colectivas para remontar la interminable cuesta descendente. Y siguen los jugadores sin poder volver a ser ellos mismos. En consecuencia, Boca sigue perdiendo: sumó su tercera derrota consecutiva en el campeonato, ha sumado sólo 5 puntos sobre 18 posibles y está a 11 unidades de la punta que orgullosamente ostenta Estudiantes, el inapelable ganador de ayer en la cancha de Quilmes.

En idea de juego, concepto colectivo, funcionamiento, control de la pelota y relieve individual hubo mucho más que un gol de diferencia. Pero para el dominio abrumador que ejerció de a ratos, Estudiantes generó muy pocas llegadas. Y acaso ésta sea la única observación que merezca su trabajo. Eso sí: cuando el equipo de Sabella apuró, lo borró al de Basile de la cancha.

Lo mejor de Estudiantes fue su intachable primer cuarto de hora. Lo apretó a Boca en el medio, le ganó la pelota, lo abrió por los costados con Clemente Rodríguez y Enzo Pérez por la derecha y Leandro Benítez y Juan Manuel Díaz por la izquierda y pasó a ganar con el gol de Calderón a los 11 minutos. Después se llamó a descanso y lo dejó hacer a un Boca que no acertó tres pases seguidos y que no fue capaz de crear una sola situación de peligro en ese primer tiempo desencantador.

Sin embargo, en una jugada aislada en el arranque del segundo tiempo, cayó el empate. Abbondanzieri metió un pelotazo, falló Desábato en el despeje de cabeza y Palermo de volea y de zurda la alojó al lado del poste izquierdo de Albil. Parecía que Boca empezaba a asomar la cabeza luego de tantas cosas mal hechas. Pero fue un espejismo. Dos minutos más tarde, Salgueiro lanzó un centro desde la izquierda, Calderón no llegó por el medio y Enzo Pérez convirtió el 2 a 1 entrando por la derecha.

Después y hasta el final, Estudiantes, llevado de la mano por la calidad que no se discute de Verón, continuó acentuando sus diferencias sobre un Boca que arrastraba su crisis sobre el campo de juego. Pero esa superioridad abrumadora no se correspondió con llegadas al arco de Abbondanzieri. Por eso, la incertidumbre gobernó hasta el final el anochecer de Quilmes. Y por eso también, Estudiantes sólo pudo celebrar su arribo a la punta con el último pitazo de Sergio Pezzotta. Al mismo tiempo que Boca se hundía en una nueva etapa de su viaje a los infiernos.

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Calderón festeja el primero de la tarde. Monzón y Battaglia lo vieron pasar.
 
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