En tiempos de confusión, la tentación de copiar al modelo más exitoso es enorme, y después de que el fútbol europeo volviese a copar la final del Mundial, como en 2006, para muchos ése debiera ser el camino a seguir. Pero no todo lo que reluce es oro, ni siquiera la Copa del Mundo ahora en poder de España, la selección que, por primera vez en la historia, es considerada como la mejor del planeta inclusive por el ranking de la FIFA, dado a conocer ayer, al mismo tiempo que otros dos datos insoslayables.

El Barcelona, la base estable del equipo que Vicente Del Bosque condujo al título en Sudáfrica, es un club tan endeudado que tuvo que echar mano a un crédito de urgencia por 155 millones de euros para “tener liquidez y cumplir sus compromisos económicos y financieros a corto plazo”, como anunció ayer la institución que desde hace pocas semanas preside Sandro Rosell, quien sucedió en el cargo a Joan Laporta. Además, un informe de la consultora económica AT Kearney consideró que la Liga de España no es sostenible económicamente y está al borde de la quiebra, lo mismo que la Premier League inglesa y la Serie A del Calcio italiano, en especial debido a la política de desproporcionados desembolsos en contrataciones que ponen en práctica los clubes.

Poco antes del inicio del Mundial, el Barcelona anunció la contratación de David Villa, el delantero ex Valencia, que terminó marcando cinco tantos en Sudáfrica. Por el pase pagó 40 millones de euros a la institución valenciana. El ahora presidente Rosell dio su versión sobre la operación. “Hemos encontrado el club endeudado y con tensiones de tesorería, pero las estamos resolviendo”, señaló el dirigente, quien destaca que su prioridad es “encontrar recursos y flujo de caja para poder pagar los compromisos del club a corto plazo”.

El “crédito sindicado” fue firmado con un grupo de bancos y cajas liderado por La Caixa y el Banco Santander, y el club empezó a desprenderse de otros futbolistas para equilibrar sus cuentas. El volante marfileño Yaya Touré fue al Manchester City por 30 millones de euros (de los cuales 24 son para el club) y el defensor ucraniano Dmytro Chygrynskiy pasó al Shakhtar Donetsk a cambio de 25 millones de euros. El francés Thierry Henry se despidió también ayer del Barça: rescindió su contrato e irá a los Red Bulls de Nueva York, de la Major League Soccer.

Pero el Barcelona anunció ayer que le renovó el contrato a Josep Guardiola por otra temporada, y le pagará ocho millones de euros, dos menos que lo que ganará José Mourinho en el Real Madrid, aunque podrá igualar la cifra si el Barça gana la Champions League, ya que en ese caso recibirá un premio de dos millones. “Los socios pueden estar tranquilos, el club no está en quiebra”, dijo Rosell, el presidente de un club que nadie podría creer en riesgo de ir a la bancarrota.

El Real Madrid, que le pagará 40 millones a Mourinho por 4 años de contrato, es el mismo club que viene de gastar, un año atrás, 140 millones en los pases de Cristiano Ronaldo y Kaká. Un dato que le otorga credibilidad al juicio de la consultora AT Kearney, que asegura que si las ligas española, italiana e inglesa fueran empresas, “en menos de dos años estarían en quiebra” y que afirma que “no es descabellado” pensar que algunos clubes pueden desaparecer a mediano plazo.

De acuerdo con el informe de la consultora, sólo dos de las cinco ligas europeas analizadas, la Bundesliga alemana y la Ligue 1 francesa, cuentan con una rentabilidad positiva del 2 por ciento y el 1 por ciento, respectivamente, mientras que en las otras tres es negativa: -12 por ciento en Italia, -7 por ciento en España y -5 en Inglaterra. La rentabilidad media de empresas de otros sectores dinámicos en Europa ronda el 4 por ciento.

Semejantes resultados económicos se deben principalmente al balance negativo de las transferencias de jugadores (diferencia entre ingresos y gastos por contrataciones), que ascendió a 566 millones de euros en la última temporada. El peor balance lo tiene la liga de España (-257 millones), seguida de la Bundesliga (-118 millones) y de la Premier League (-91 millones). En los últimos tres años, la inversión neta en jugadores de la Premier ascendió a 1000 millones de euros y la de la Liga se acercó a los 600 millones. Según el informe, con este panorama económico ningún inversor “económicamente racional” podría interesarse por el negocio del fútbol.

No debe ser un dato casual que la Bundesliga sea la más ordenada desde el punto de vista del reparto de recursos y del seguimiento de las obligaciones por parte de los clubes; además, los 23 futbolistas del seleccionado que logró el tercer puesto en Sudáfrica juegan en esa liga.

Según AT Kearney, el fútbol alemán es el más rentable estructuralmente porque sus clubes han sabido aprovechar las inversiones acometidas en sus estadios para celebrar el Mundial 2006. El informe destaca que los clubes alemanes invierten cien millones de euros en la formación de nuevos talentos, con lo que reducen el gasto en contrataciones y sueldos.

Según el último ranking de la FIFA, las selecciones europeas ocupan la mitad de los primeros diez puestos: España (1º), Holanda (2º), Alemania (4º), Inglaterra (7º) y Portugal (8º). Las eliminaciones en primera ronda del Mundial de Italia y Francia mandaron a esas selecciones a los puestos 11º y 21º, respectivamente. Sudamérica puso cuatro selecciones: Brasil (3º), Argentina (5º), Uruguay (6º) y Chile (10º). El campeón de Africa, Egipto, que no jugó la Copa del Mundo, completa el top-ten en el noveno puesto.