Dallas Mavericks hizo realidad el sueño de conquistar su primer título de la NBA al vencer 105-95 a Miami Heat en el sexto partido de la serie final. Con esa victoria, el conjunto texano selló el decisivo 4-2, luego de ganar los últimos tres encuentros de manera consecutiva. Además, Mavericks se tomó desquite de la caída ante los Heat en la final de la temporada 2006-07.

Dallas se convirtió en indiscutible campeón, ya que fue un equipo sólido, con una gran defensa, y tuvo como figura excluyente al ala pivote alemán Dirk Nowitzki, elegido el jugador más valioso de la final (MVP). Además, mucho tuvo que ver en esta conquista el técnico Rick Carlisle, quien con su cambio táctico a partir del cuarto juego, tras perder el tercero 88-86 y quedar 1-2 en la serie, decidió formar el quinteto titular con doble base: el veterano Jason Kidd y el portorriqueño José Juan Barea, para confundir a los Heat y apostar a una defensa zonal que su rival nunca pudo descifrar.

Luego de tantos años de frustraciones, Nowitzki por fin se pudo sacar el estigma de no poder festejar un título en la liga estadounidense. “Estoy muy feliz, ya que después de tantos años de luchar hemos logrado el título. Somos campeones porque fuimos los mejores en la serie final. Es el triunfo que se merecía esta franquicia y todos los jugadores, que hicimos una gran temporada”, remarcó el alemán, que en la final promedió 26 puntos, con una eficacia de 55,7 en tiros de campo, y 9,7 rebotes.

Otro puntal de la victoria en el sexto juego fue el escolta suplente Jason Terry, clave en la remontada con sus triples. “Hemos demostrado que somos un equipo que crecimos en la adversidad, que no hay figuras entre nosotros, sino compañeros que luchamos desde el principio al fin de los juegos”, declaró Terry. Dallas había terminado la serie regular en el tercer lugar, detrás de San Antonio y Los Angeles Lakers, a quien eliminó en las semifinales de la Conferencia Oeste.

Del otro lado, la gran frustración llegó para el trío de megaestrellas Dwayne Wade-Chris Bosh-LeBron James, que terminó abusando del juego individual. Para James, la derrota fue aún más dura, ya que su nivel decreció mucho en la serie decisiva, tal como le había sucedido en 2007, cuando estaba en Cleveland y cayó 4-0 en la final ante San Antonio. Los números de LeBron en la final (17,8 puntos, 6,7 rebotes y 6,8 asistencias) no son malos, pero decreció mucho en todos los rubros con respecto a la serie regular y al resto de los play offs. Para colmo, en todos los últimos cuartos su rendimiento no resultó bueno. “Caímos ante un gran equipo, que nos ganó bien. No hay que buscar excusas, son merecidos campeones. Espero tener revancha en la próxima temporada”, expresó Wade, sobreviviente del título de 2006.