DEPORTES › EL INSOLITO METODO QUE UTILIZA LA MAXIMA ENTIDAD PARA COMBATIR LOS AMAÑOS DE ENCUENTROS

La FIFA hace jueguito con la corrupción

Junto a Interpol, el organismo que comanda Joseph Blatter interpela a través de un simulador de computadora a futbolistas, técnicos, árbitros y dirigentes con un módulo de aprendizaje que explica cómo son los arreglos de partidos.

 Por Gustavo Veiga

La imagen muestra un pasaje del juego que plantean en conjunto la FIFA e Interpol.

La FIFA todavía no se ahorcó con la operación llamada Soga, acrónimo inglés de soccer (fútbol) y gambling (apuestas), aunque se está quedando sin aire. Es la herramienta con que la casa matriz del fútbol mundial pretende combatir el arreglo de partidos, considerado una epidemia planetaria. Se acordó demasiado tarde, pero ahora, además, quiere hacer docencia entre jugadores, técnicos, árbitros y dirigentes. Para lograrlo asociada a Interpol, creó un juego virtual en el que se estimula a los participantes a responder una serie de preguntas sobre sobornos a partir de situaciones imaginarias: por ejemplo, el ingreso de un futbolista al equipo Rising Stars (Estrellas Crecientes), cuyos integrantes reciben dinero para ir a menos.

Traducido a varios idiomas, el módulo de aprendizaje –así lo bautizaron– testea conductas honestas y deshonestas a partir de las respuestas. Cada una suma o resta puntos. “Prepárate para vivir una gran aventura”, incita el audio de la página http://serious game.integrityinsport.info/LAUNCHER/ con sólo un tecleo. Enseguida, un avatar (la representación gráfica de un entrenador o un integrante del plantel) comenzará a disparar consignas. Lo que responda cada uno determinará cuán corrupto o no puede ser un protagonista del juego. La FIFA considera que así puede aportar su granito de fair play cuando se aproxima el Mundial de Brasil. Mientras, el ojo celoso de Joseph Blatter va engordando el ganado. En junio le vaticinó al país sede que le quedarán 100 millones de dólares de ganancias. Romario, una de sus principales estrellas de pasado glorioso, no piensa lo mismo.

La historia de la FIFA y su presidente fueron definidas con fina ironía por Andrew Jennings, el periodista británico que más investigó sobre el tema: “Sepp Bla-tter pelea contra la corrupción, arma un comité de ética, está enamorado del fútbol, tiene la misión de proteger el juego... y nunca se metió un soborno en el bolsillo”, dijo el colega cuando pasó por Buenos Aires en septiembre de 2008. Exactamente cinco años después, las páginas de Interpol exponen que el programa virtual de adiestramiento “ofrece una serie de herramientas para proteger al fútbol de la corrupción, entre las que figuran sesiones de trabajo nacionales y regionales, así como módulos de aprendizaje en línea”.

El método persigue “educar jugadores, entrenadores y árbitros en los peligros de la manipulación de partidos para ayudar a que eviten convertirse en víctimas de esta amenaza a la integridad del fútbol”. Una periodista virtual, Jenny Hendersen, invita a participar de una entrevista en la que preguntará si el participante sabe lo que es el arreglo de partidos. Algo tan candoroso y obvio como interrogarlo a Blatter sobre lo que significa la corrupción de la FIFA.

Otra marioneta virtual es un futbolista del Rising Stars que confiesa cómo lo apretó un sobornador para ir a menos. “La última vez que lo vi me pidió que me hiciera expulsar. Me dijo que si me negaba habría consecuencias. Me sentí amenazado, no es ninguna broma, parece un tipo muy peligroso”, se confiesa ante el interlocutor, que bien podría ser un jugador aburrido durante una concentración o un DT que quisiera saber de qué se trata este programa que creó la compañía francesa Energitim para la FIFA e Interpol.

Cualquiera, sentado frente a una notebook o una PC, sumará diez, veinte, treinta puntos o más de acuerdo a las respuestas que brinde. “Gracias por su honestidad”, contestará el avatar si el participante se niega a recibir un soborno. O frases del estilo “si sigues esforzándote al máximo serás un gran jugador”. Además del juego virtual que está disponible desde septiembre para concientizar sobre la corrupción, la FIFA aporta un teléfono para recibir denuncias anónimas desde todo el mundo: +41800113388.

Unos sesenta países iniciaron investigaciones en los últimos dos años para contrarrestar el arreglo de partidos. En la Argentina nada se sabe de ellas. Sólo en 2013 se produjeron cuatro operaciones Soga que arrojaron 2360 redadas exitosas; la clausura de salones de juego ilegales que controlaban apuestas ilícitas por 2000 millones de dólares y el decomiso de 27 millones de dólares en efectivo. Internet facilita la extensión de estas actividades en cualquier parte del mundo, que pueden no ser un fin en sí mismo. Las organizaciones delictivas suelen reinvertir el dinero obtenido en otras acciones prohibidas.

Parece demasiado poco, o demasiado tarde lo que intentan la FIFA e Interpol para enfrentar al delito globalizado que ve al fútbol como un filón. El juego de aprendizaje virtual permite “educar y formar a figuras clave del fútbol para que sean capaces de reconocer los intentos de corrupción o amaño de partidos, resistirse a ellos y denunciarlos, y preparar mejor a los organismos encargados de la aplicación de la ley para que investiguen casos de corrupción o amaño de partidos y cooperen en la investigación de tales casos”. Es una cínica enumeración de alternativas que Blatter y sus socios pusieron en práctica hace un par de años cuando la corrupción se extendió como un cáncer en la cúpula de la federación internacional.

Joao Havelange, Ricardo Teixeira y Nicolás Leoz fueron acusados de coimeros y echados de la FIFA sin hacer olas, pese a las trayectorias que ostentaban. Sobre los dos brasileños, suegro y yerno respectivamente, un informe de la Comisión de Etica de este año señaló: “Havelange y Teixeira en ningún caso debían haber aceptado soborno en calidad de funcionarios oficiales del fútbol, y deberían haberlo devuelto, puesto que se trata de cantidades vinculadas con la explotación de los derechos comerciales”. En otro párrafo se los cuestionó: “Las dos personas se han comportado de forma reprochable, tanto desde el punto de vista moral como ético”. Pero ninguno fue llevado a la Justicia ordinaria porque para sus acusadores no cometieron delitos de acuerdo a la ley criminal de Suiza.

Esta semana la siguió Romario, quien desde su banca de diputado federal –lo eligieron en 2010 unos 146 mil votantes de Río de Janeiro– la emprendió otra vez contra la FIFA y el Comité Organizador de Brasil 2014: “Son entidades corruptas y sin escrúpulos. No estoy en contra de la Copa, sino que estoy en contra de los gastos excesivos que están siendo realizados para este mundial”, señaló el ex delantero y político socialista.

En octubre pasado había dicho de dos de sus principales dirigentes: “No podemos esperar nada de la FIFA, donde tenemos un chantajista llamado Valcke y un ladrón llamado Blatter”. El primero ocupa el cargo de secretario general en la multinacional del fútbol que pretende combatir el arreglo de partidos con jueguitos virtuales o estimulando denuncias sobre resultados amañados. Está tan extendida la podredumbre de la gran familia del fútbol que adentro y afuera de su casa matriz no queda casi nadie a salvo.

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