Nunca había podido Lionel Messi convertirle goles a Manuel Neuer. Ni siquiera cuando más lo deseaba, en la final del Mundial de Brasil. Ayer, en tres minutos, con la camiseta del Barcelona y en el Camp Nou, humilló por partida doble al arquero del Bayern Munich, primero con un remate a la ratonera, en el minuto 77 de la semifinal de la Champions League, luego sorprendiendo al cambiar de la zurda a la derecha para pasarle la pelota por encima de la cabeza (foto) en el minuto 80. En el descuento, acaso ya satisfecho, habilitó a su compañero Neymar como diciéndole “tomá, hacelo”, y el brasileño la introdujo entre las piernas del abatido arquero para sellar el 3-0 final. “No, no es revancha por lo del Mundial aquello ya pasó”, concedió gentil el astro rosarino, cuyo doble arresto (y medio) le permite al Barcelona ir a Munich la próxima semana con media final en el bolsillo, una doble genialidad que brotó cuando el equipo bávaro pintaba para llevarse el empate sin goles.

Fue partidazo durante la primera media hora. “Jugamos un partido sensacional. Defensivamente muy bueno porque no nos patearon al arco y que un equipo como el Bayern no te patee es sensacional. Aprovechando además las oportunidades arriba e hicimos daño en el contragolpe”, explicó la victoria Gerard Piqué.

Messi desniveló cuando, inclusive, el Bayern jugaba mejor y controlaba la pelota. “El resultados es perfecto. Nos acerca un poco más a una posible final, pero falta confirmarlo en la vuelta, seguro que va a ser un partido muy duro”, comentó Luis Enrique tras el encuentro. “Estoy muy satisfecho con el juego y con el resultado, sobre todo ante un rival de tanta entidad. Tuvimos muchas ocasiones y ellos muy pocas”. Los dos equipos hicieron un buen partido, según el entrenador, pero todo se decidió por el “talento individual” y por la aparición de Messi en un momento clave del juego.

Luis Enrique pudo reencontrarse en este encuentro con Josep Guardiola, ex compañero en el Barcelona a mediados de los ’90 y al que mostró públicamente su admiración. “Pep hizo un partido en el que ha sido fiel a su filosofía”, destacó. Con el 0-2 en contra, el Bayern buscó descontar y así recibió el tercer gol, que prácticamente sella la eliminatoria.

Para Jerome Boateng, los errores propios condenaron a su equipo. “Durante 70 minutos jugamos muy bien. Entonces ocurrió un error estúpido. Los errores suceden, pero es muy molesto que nos desordenemos y regalemos el juego. Nunca se debe perder 3-0”, dijo el zaguero que quedó despatarrado tras el amague de Messi en el segundo gol.

“Hasta el 0-0 habíamos jugado muy bien, pero les concedimos el primer gol y eso nos tornó inestables. Por supuesto hay que destacar la clase individual de Messi”, afirmó el arquero Neuer. “Tuvimos nuestras chances, pero se lo dejamos muy fácil a ellos. Eso no puede pasar nunca”, se lamentó el capitán Philip Lahm.

Con sus dos tantos, Messi elevó a 77 (en 100 partidos) su cuenta histórica en la Champions, uno más que Cristiano Ronaldo; en esta edición ya suma 10 y es el máximo goleador. Otra prueba de su absoluta categoría.