En este momento se halla, junto a Samuel Amaral, ultimando los detalles de lo que será el Diccionario del Primer Peronismo, una obra más que ambiciosa para la que convocaron a decenas de especialistas en peronismo del país y del exterior. Carolina Barry es una de las “peronólogas” que dedican sus días (y a veces también sus noches) a estudiar ese movimiento nacional y popular surgido hace casi 70 años justamente aquí, en esta tierra bicentenaria por estos días.

Barry, doctora en Ciencias Políticas, es investigadora, profesora y coordinadora académica del Programa de Estudios de Historia del Peronismo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero e investigadora del Centro de Estudios de Historia Política de la Universidad Nacional de San Martín.

Cuenta la autora de Evita Capitana. El Partido Peronista Femenino 1949-1955 (2009) que Eva Perón apareció en su vida a muy temprana edad, cuando con una amiga entraban a escondidas en la casa de una vecina para ver la foto de una mujer a la que nunca le faltaban las velas encendidas. Desde entonces el interés por esa mujer no ha cesado, sino que por el contrario se ha profundizado.

Barry –también coeditora de La Fundación Eva Perón y las mujeres: entre la provocación y la inclusión, y editora de El sufragio femenino en Argentina y América Latina (de pronta aparición)– dice que en torno del peronismo se dan por ciertas suposiciones sobre lo que pasó, pero que esas suposiciones están muy ligadas a los mitos. “Es importante poder desprenderla a Eva del mito y analizarla como una figura política –propone–, porque si se la analiza en tanto mito o se la santifica o se la quema en la hoguera, no hay muchas alternativas.”

En su tesis de doctorado –que fue publicada el año pasado en una versión ampliada como libro–, Barry se encarga de describir y analizar detalladamente un fenómeno poco conocido (para propios y extraños) dentro del peronismo: el Partido Peronista Femenino, una organización comandada por Eva Perón que en un lapso muy breve fue capaz de desarrollar una logística impecable que movilizó a miles de mujeres a lo largo y ancho de la Argentina: en cada provincia, en cada territorio nacional o provincial había una delegada censando y buscando compañeras que se entregaran con lealtad, desinterés y dedicación a la causa peronista. Así fue como en menos de dos años este partido formado por mujeres recién ingresadas a la política contaba con más de 3600 Unidades Básicas distribuidas por todo el país. La primera empresa del PPF resultó un éxito rutilante: el general Domingo Perón ganaba las elecciones de noviembre de 1951 con más del 62 por ciento de los votos, la mayoría de los cuales fueron emitidos por mujeres, las primeras en la Argentina en hacer uso del derecho a votar (y también a ser elegidas).

Barry sobre todo se ha dedicado al primer peronismo, ése al que se le da un cierre sangriento en 1955 con la Revolución Libertadora, también llamada “Fusiladora”, por el tendal de muertos y heridos que dejó.