ECONOMíA › BOUDOU ADMITE EL ACERCAMIENTO, PERO ASEGURA QUE NO HABRA CONDICIONAMIENTOS A LA POLITICA ECONOMICA

Con el FMI todo bien, si no opina de política

Durante los encuentros previos a la Asamblea Anual que se realiza en Turquía, la delegación argentina admitió las conversaciones, pero también expresó los límites. Propuesta de bancos para un bono por 1000 millones de dólares a 10 años.

“Hay conversaciones”, admitió ayer en Turquía el ministro de Economía, Amado Boudou, al ser consultado sobre la posibilidad de retomar la relación con el FMI. Tras los dichos del viernes del director gerente del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, aludiendo a que “en un futuro cercano seremos capaces de retomar una relación normal con Argentina”, Boudou aclaró que “no puede haber confusión sobre la relación con el Fondo, porque nunca vamos a volver a la situación de los años ’70, ’80 o ’90”.

Destacó que la vuelta a las revisiones periódicas previstas en el artículo 4º del Estatuto del FMI sólo sería aceptada por Argentina en el caso de que “se evalúen cuestiones técnicas y que no haya planteos de política económica; por ejemplo, sobre el tema Reservas”. En el transcurso de los encuentros previos a la Asamblea anual del FMI y el Banco Mundial, la delegación argentina recibió además una oferta de bancos internacionales para colocar un bono de deuda por 500 a 1000 millones de dólares a 10 años.

El ministro de Economía describió, enfáticamente, las diferencias entre la historia de la relación del país con el FMI y la relación que ahora se encara. “El Fondo llegaba a la Argentina como un virrey, con todos los honores, y era recibido con la alfombra roja y los oídos bien abiertos para escuchar lo que había que hacer. Este gobierno no lo va a hacer”, remató.

Boudou también se ataja de antemano de eventuales cuestionamientos del FMI a las políticas del Gobierno, como la de acumulación de reservas internacionales. “Nosotros estamos convencidos –señala– de que el Banco Central hizo un muy buen manejo de las reservas, que ha sido muy importante la acumulación tanto para el crecimiento como para aislarse de esta crisis. En cambio, el FMI tiene una visión de que la acumulación de reservas es subóptima (menos importante) respecto del crecimiento del comercio internacional. Y aunque puede ser cierto en general, en términos de las implicancias de política económica, para Argentina primero está la fortaleza de cuidar el tipo de cambio y el manejo y la fortaleza del sistema financiero.”

Martín Redrado, titular del Banco Central, también recibió elogios a su política monetaria durante un encuentro de la víspera con representantes de bancos internacionales, que además le presentaron una oferta para colocar un bono de 500 a 1000 millones de dólares a 10 años y una tasa del 13,5 anual, con amortización de capital entre el séptimo y décimo año de ese plazo. La colocación está destinada tanto a mercados locales como internacionales, de acuerdo con la propuesta, que se transformaría en oferta formal en un futuro cercano si el gobierno argentino le da un guiño favorable, según se especulaba ayer en la ciudad turca.

Fuentes argentinas que participan de la misión anticiparon sus prevenciones respecto del costo del bono, no demasiado atractivo, aunque valoraron que su aceptación implicaría abrir la puerta de retorno a los mercados de capitales internacionales. Pero alertaron que, desde el lado argentino, “no hay ninguna urgencia”.

En el marco de las reuniones multilaterales que se llevaron a cabo ayer en Estambul, la delegación argentina respaldó la posición de los países emergentes, reclamando la transferencia del 7 por ciento del poder de voto en el FMI de los países desarrollados, a las naciones en desarrollo. Al mismo tiempo, se exigió una transferencia en igual sentido del 6 por ciento de los votos de “los grandes” en el Banco Mundial.

Estos reclamos quedaron plasmados en un documento suscripto por el Grupo de los 24, que Argentina también integra. “La legitimidad del FMI y su continua relevancia dependen fundamentalmente de que se corrijan los desequilibrios de voz y representación en la estructura de gobierno de la institución”, indica la declaración conjunta de ministros de Los 24. “La rectificación de la distribución desigual de las cuotas y el número de votos es el tema más importante y urgente”, subrayan más adelante.

El G-24, compuesto por países de América latina, Asia y Africa, sostiene que “la redistribución de las cuotas no debe realizarse a expensas de otros países en desarrollo” y recomienda “que tenga en cuenta las deficiencias y los sesgos actuales en contra de los países en desarrollo”. En conferencia de prensa, el gobernador del Banco Central de Siria, Adib Mayaleh, que ofició de presidente del grupo, señaló que “el G-20 habla de una transferencia de cuotas del 3 por ciento, pero nosotros creemos que debe ser del 7 por ciento. Además, la reforma tiene que hacerse lo antes posible”.

En cuanto al Banco Mundial, el G-24 señala que “la corrección del déficit democrático en su estructura de gobierno es crucial para su eficacia y legitimidad”, y agrega que la reforma debe tener un alcance “aun mayor y en base a criterios diferentes”. “El objetivo inmediato ha de ser una redistribución del 6 por ciento del poder de voto de los países desarrollados a los países en desarrollo”. Por otro lado, los ministros insisten con su solicitud de que los directivos y los altos funcionarios del BM y el FMI sean elegidos exclusivamente mediante un “proceso abierto, competitivo y basado en el mérito, sin distinciones de nacionalidad”.

“Los países en desarrollo, como grupo, han demostrado una relativa capacidad de resistencia frente a la crisis, y varios de ellos han encabezado la recuperación, estimulando la economía mundial”, expresaron. No obstante, los ministros del G-24 observan con preocupación que los países en desarrollo “enfrentarán importantes déficit de financiamiento a mediano plazo”. “Estos países están en una situación de desventaja a la hora de acceder al financiamiento externo, dadas las condiciones de endeudamiento, el efecto de exclusión por parte de los países más grandes y la revalorización del riesgo por parte de los inversionistas institucionales”, manifiesta el G-24.

En otra reunión paralela, los ministros de los siete países más desarrollados, el G-7, emitieron una declaración en la que reiteran su voluntad de “seguir vigilando estrechamente los mercados financieros y cooperar cuando sea el momento adecuado”, en pos de un sistema financiero internacional fuerte y estable. “El exceso de volatilidad y los movimientos desordenados en las tasas de cambio tienen implicancias adversas para la estabilidad económica y financiera”, advierten. En tal sentido, los ministros de Finanzas de las potencias occidentales “recibieron positivamente el compromiso de China a favor de una tasa de cambio más flexible, que debe llevar a un aumento del renminbi (la moneda china) de forma efectiva”.

Compartir: 

Twitter

Alistair Darling (Reino Unido), Christine Lagarde (Francia) y Tim Geithner (EE.UU.), espadas del G-7.
Imagen: EFE
 
ECONOMíA
 indice
  • BOUDOU ADMITE EL ACERCAMIENTO, PERO ASEGURA QUE NO HABRA CONDICIONAMIENTOS A LA POLITICA ECONOMICA
    Con el FMI todo bien, si no opina de política
  • ¿QUE HAY DE NUEVO EN ESTE FMI?
    Pero si estás igual
    Por Tomás Lukin
  • OPINION
    Zapatazo
    Por Alfredo Zaiat
  • LA INDUSTRIA ALIMENTARIA AUMENTO FUERTEMENTE LOS PRECIOS DE SUS PRODUCTOS Y SUS MARGENES
    Más ganancias, mayores precios y tensiones
    Por Roberto Navarro

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.