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Neoliberalismo o progresismo genuino

 Por Alfonso Prat Gay *

Escribo en referencia a la nota “El neoliberalismo perdió una batalla, no la guerra”, publicada el 25 de octubre, en la que el autor me caracteriza como neoliberal, utilizando como único fundamento una asociación ficta de imagen con quien me sucedió en la presidencia del Banco Central, el licenciado Martín Redrado. Quisiera hacer llegar algunas precisiones e información objetiva para una consideración menos superficial que la expuesta en dicha nota.

1) A mí nadie me echó. Terminé mi mandato y me fui. Néstor Kirchner me ofreció un nuevo mandato de 6 años y no acepté. Quizás el cronista quiera repasar la crónica de los acontecimientos según publicó Página/12, en la pluma de Mario Wainfeld. Yo no estaba de acuerdo con que el principal requisito para integrar el directorio del BCRA fuese una experiencia previa en Santa Cruz. Y no estuve de acuerdo con la generosa oferta a los bonistas que el kirchnerismo vendió como una gran conquista. Es el único caso de la historia en que un país en bancarrota negocia su deuda prácticamente sin quita. Al regalo del cupón del PBI (que ya implicó desembolsos por más de 6000 millones de dólares y que en 8 años más seguramente superarán los 30.000 millones) se le agregó el ajuste por inflación por unos 6000 millones de dólares. Cuando Kirchner lo entendió ya era tarde; lo mandó a Moreno a destrozar las estadísticas del Indec para corregir su error. No sin antes ofrecerme el Ministerio de Economía, oferta que decliné amablemente, esta vez por intermedio de su jefe de Gabinete.

2) En una democracia, lo que se somete a votación son las propuestas, y no las etiquetas que los medios les ponen a los candidatos. El domingo perdió nuestra plataforma. Se la alcanzo al periodista para que se tome el trabajo de leerla y juzgue después si el derrotado fue el neoliberalismo, como él sostiene, o el progresismo genuino. Como ministro de Economía, yo hubiera gravado la renta financiera, fomentado el crecimiento de las pymes, extendido la Asignación por Hijo (una de las tantas propuestas de la Coalición Cívica que usó el kirchnerismo para parecer progresista), otorgado el 82 por ciento móvil a los jubilados, terminado con los subsidios a los ricos, instaurado el impuesto a la herencia y eliminado el impuesto más regresivo: la inflación. Nada de estas cosas figuran en la plataforma del FpV. Quizás el periodista debería preocuparse aún más: no vaya a ser que el neoliberalismo del CEMA esté ganando la guerra...

3) Finalmente, una nota de color. Cuando yo me fui del BCRA la mayoría de los banqueros festejaban. Cuando lo echaron a Redrado, todos temblaban. Esto también lo puede comprobar el periodista si se toma el trabajo de hacerlo. Me gustaría que alguna vez me juzguen por mi gestión en el BCRA –dicho sea de paso, entonces crecíamos igual que ahora pero sin inflación, sin atraso cambiario y con un notable crecimiento del empleo– antes que desde los prejuicios.

* Diputado nacional.

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