ECONOMíA

La oposición pide que el Fondo le dé duro al país

Un informe del Citigroup, al que tuvo acceso Página/12, revela que los sectores ortodoxos buscan indisponer al FMI con Kirchner, para que el Gobierno no se beneficie con un acuerdo rápido.

 Por Julio Nudler

“A la oposición le preocupa que el FMI pueda celebrar con la (actual) administración un acuerdo transitorio, que influiría sobre la situación política interna (en el contexto del proceso electoral). Por esta razón, piensan que el Fondo debería adoptar una línea dura con Kirchner.” Esto lo cuentan dos hombres de Citigroup (que incluye al Citibank), en un informe rendido tras un viaje especial a Buenos Aires para evaluar la situación. Al mencionar a “la oposición”, Andrés Lederman y Thomas Trebat, que son los viajeros-informantes en cuestión, aluden probablemente a representantes del menemismo y de Recrear, el partido de Ricardo López Murphy, que son los sectores políticos de más habitual interlocución con la banca internacional.
Del texto se desprende que algunas fuerzas autóctonas siguen contemplando como un arma política legítima indisponer a los organismos financieros internacionales con el país, o al menos con quien lo esté gobernando, como en el ya lejano antecedente de Domingo Cavallo operando sobre el Banco Mundial a fines de 1988 para cortar el respaldo al Plan Primavera de Alfonsín/Sourrouille y precipitar así la hiperinflación. Esta vez temen que un acuerdo relativamente rápido y fácil con el FMI, sin mayores condicionalidades por su plazo breve, que no da tiempo a “reformas estructurales”, favorecería electoralmente al kirchnerismo.
En este sentido, la posición expresada por Horst Köhler en su visita a Buenos Aires, abogando por negociar un programa a tres años y desechando la renovación corta del actual, se hace eco de las preferencias de la oposición neoliberal. Es de anotar que, si bien los ortodoxos han sostenido siempre que buenas instituciones económicas, con imperio del mercado, ponen a la economía por encima de los avatares políticos, no piensan igual al revés, y ahora temen que contingencias económicas propicias para el actual gobierno, como sería un acuerdo relativamente indoloro con el Fondo, influyan sobre la política y de un modo displacentero para ellos.
Lederman y su colega se marcharon del país con “una visión fortalecida y constructiva sobre los precios de los activos argentinos”. Esto significa que no piensan que sean un clavo, y apoyan su diagnóstico en cuatro apreciaciones favorables. Una, que las autoridades recuperaron el equilibrio de las variables macroeconómicas clave. Dos, que las condiciones externas propicias y un amplio margen de capacidad ociosa vuelven muy difícil que la actual recuperación se despeñe en los próximos meses. Tres, que Kirchner, a pesar de su inexperiencia en asuntos internacionales, terminará siguiendo los pasos de Lula y Lagos. “Sus primeras movidas políticas –dicen los analistas del Citi– fueron más certeras y sensatas de lo esperado.” Cuatro, que en el frente micro es probable que el Gobierno se mueva despacio. En cierto momento, “el crédito bancario puede tornarse –dicen– en un obstáculo para el crecimiento”. Según el Citi, las negociaciones con el FMI van a ser “desafiantes”.
Los enviados se muestran entusiasmados con la performance fiscal, citando la creencia dominante en un superávit fiscal primario consolidado (Nación y provincias) de 2,8 por ciento del PBI este año. “Cuando le preguntamos a miembros del Gobierno acerca de la meta para el 2004, respondieron que sería de 3,5 por ciento, estando convencidos de que el deseo de Kirchner de ejecutar un plan de infraestructura no causará problemas”, precisan los autores del reporte. Ese número de 3,5 fue mencionado en una oportunidad por el presidente del BCRA, Alfonso Prat Gay.
Al abordar la situación del sistema financiero –al que ven muy líquido, pero con interrogantes sobre su solvencia– indican que “los bancos extranjeros han pospuesto la decisión de si permanecerán o no en el país”. El informe señala que el mayor desafío para la banca es adaptarse a una economía que con la crisis se achicó a la mitad en términos de dólar: de 300 a 150 mil millones (aunque en el Central afirman que el sistema no está sobredimensionado sino falto de un adecuado volumen de negocios). De todas formas, los excursionistas del Citi ven a la Argentina con viento de cola.
En lo político, el documento presume que Kirchner se volverá tanto más rápidamente pragmático en cuestiones económicas cuanto menos demore en asegurarse respaldo desde dentro del justicialismo. Al respecto, considera definitorias las elecciones provinciales, aunque ve signos de que el PJ se está alineando ya detrás del santacruceño. “La mayor incertidumbre –cree el Citi– proviene de la relación de Kirchner con Eduardo Duhalde”, ya que ambos competirían por la presidencia en el 2007. En este sentido, el informe considera que algunos pasos dados por Kirchner, que lo favorecieron, fueron en detrimento de Duhalde, y esto no sería tranquilizador.
Por las dudas, para abrir legalmente el paraguas, en un apéndice declarativo Lederman aclara que el informe refleja sus verdaderos puntos de vista personales, y certifica que ninguna parte de su paga estuvo, está o estará directa o indirectamente relacionada con las específicas recomendaciones u opiniones de este informe. Como se ve, los escándalos de intereses cruzados en las grandes entidades financieras internacionales han hecho mella.

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Presidente Néstor Kirchner, apretado por el FMI según los deseos de la oposición.
 
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