“Lo que se ve con el tema del blanqueo son presiones coyunturales y de campaña que se reflejan en declaraciones vacías”, sostuvo el titular de la Agencia de Recaudación bonaerense (ARBA), Martín Di Bella, en referencia a la negativa de algunas provincias de adherirse al programa de exteriorización de capitales. Desde la puesta en marcha del blanqueo, las autoridades de las provincias de Córdoba y Santa Fe y de la Ciudad de Buenos Aires amenazaron con cobrar Ingresos Brutos adeudados por los montos blanqueados. El titular de ARBA concedió una entrevista a Páginal12 en la que confirmó la total adhesión de la provincia de Buenos Aires al blanqueo. Di Bella aseguró que están dadas las condiciones para un resultado exitoso: “La Argentina es un lugar confiable, con perspectivas claras de crecimiento y en donde se cumplen los contratos”.

–¿Cuál es la postura que adoptará la provincia de Buenos Aires respecto del blanqueo?

–Nuestra posición es la de acompañar y colaborar en todo lo que se pueda en la repatriación de capitales, que va a permitir dinamizar actividades actualmente algo deprimidas –como la inmobiliaria y la construcción– y apuntalar a un sector estratégico como el energético.

–¿Cuál es la lectura, política o económica, que pueda hacerse entonces al rechazo de algunas provincias al blanqueo?

–La postura de otras jurisdicciones, como la de la Ciudad de Buenos Aires o la provincia de Córdoba, responde claramente a intereses políticos concretos previos a las PASO y a las elecciones legislativas de este año. Esto pese a que después estas provincias reciban también los beneficios del éxito del programa. Lo que se ve en este tema son presiones coyunturales y de campaña que se refleja en declaraciones vacías, sin posibilidades de concretar el cobro de impuestos sobre este programa.

–¿Qué expectativas tienen sobre el resultado del blanqueo?

–Nos reunimos en las últimas horas con el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, quien se manifestó optimista en obtener un buen resultado y eso es lo que nosotros también esperamos. En última instancia, son recursos que beneficiarán a las provincias, además de dinamizar a sectores clave. Esta semana tendremos una reunión con el gobernador para acordar medidas que permitan acompañar el proceso de blanqueo.

–¿Cuál es el interés particular de la provincia en el éxito del blanqueo?

–Somos una provincia que participa con el 40 por ciento del Producto Bruto Nacional. Estimamos que la medida va a permitir ingresar recursos que estaban ociosos o fuera de la economía formal a la actividad productiva del país. Seguramente, Buenos Aires va a ser un polo de atracción para las inversiones que se hagan con estos fondos repatriados. Además, podremos cobrar impuestos por inversiones inmobiliarias que antes no existían. El derrame de la medida va a ser directo.

–Con los datos de la primera semana, analistas y funcionarios de algunas provincias hablan de un fracaso del programa.

–Es necesario esperar a que la gente sienta toda la confianza para ingresar en el plan de exteriorización, que las primeras operaciones se empiecen a mover y que el que quiera recuperar su moneda lo haga. Toda esa dinámica va a permitir, sobre el final del proceso –en el último mes–, generar las condiciones para incentivar el grueso de este ingreso de capitales.

–¿Están dadas las condiciones económicas para atraer estos capitales a la economía argentina?

–Si uno observa hacia afuera y ve lo que sucede aquí, no hay dudas. La Argentina es hoy un país creíble, que viene creciendo. La mejor publicidad para este proceso es el cambio de lógica respecto de las políticas de los ’90, las mismas que países como España están aplicando. Argentina es un lugar confiable con perspectivas claras de crecimiento y en donde se cumplen los contratos.

–¿Cuál es la situación tributaria de la provincia de Buenos Aires?

–En los primeros cinco meses del año acumulamos una mejora en los ingresos tributarios del 50 por ciento. Esta es la respuesta a las últimas reformas impositivas. También es producto de un trabajo de nuestro cuerpo de elite, integrado por contadores, abogados, arquitectos e ingenieros, que trabajó de manera integral con las empresas para que regularicen su situación. De esos relevamientos y acuerdos se logró la incorporación de 300 millones de pesos a los ingresos de Buenos Aires.

–¿Hubo sanciones para los que no pagaron?

–Tenemos 20 denuncias ante la Justicia penal tributaria por la apropiación indebida de fondos. Se trata de sociedades que actúan como agentes de recaudación y se quedan con los fondos. También hubo remates de propiedades por el no pago de millonarias sumas por Ingresos Brutos. Además, se realizaron modificaciones de los padrones, con ayuda del catastro digitalizado por la Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales), lo que permitió que 30.000 contribuyentes comenzaran a tributar. Se detectaron importantes inconsistencias en el valor declarado por mejoras en viviendas, subestimadas para no pagar el impuesto.

–¿La intensificación en la política responde a los problemas de la provincia para emitir deuda?

–No. Si bien es cierto que se discuten los términos de la coparticipación, la política de recaudación fue siempre una prioridad del gobernador. A fines de 2007 la recaudación fue de 13.000 millones de pesos, mientras que este año vamos a cerrar en 62.000 millones, equivalente a una suba de 250 por ciento en ese lapso.

–¿Una medida como el blanqueo no complica los trabajos para evitar la evasión?

–Todo va a depender de que no sea una política reincidente y que el dinero vaya a favorecer a la economía. Si es una metodología que se aplica como hasta ahora y se logra un importante ingreso de capitales que sean afectados a actividades estratégicas, no habrá problemas. De hecho, es dinero que podría ingresar de otra manera al circuito formal.