ECONOMíA › ALZAS DEL 20 AL 45 POR CIENTO EN LOS TITULOS PUBLICOS EN LO QUE VA DEL AÑO

El default que sólo ve Griesa

La atracción de los bonos de deuda para los inversores se ve reflejada en la continua suba de precios, que alcanza al 45 por ciento para los Cupón PIB, con premio por crecimiento de la economía. Las razones de esta preferencia.

La deuda argentina despierta un fuerte interés de los inversores, como lo evidencia la suba que registraron las series de bonos más negociadas en lo que va del año. El principal beneficiado continúa siendo el Cupón PIB, que está atado a la marcha de la economía, con un alza acumulada del 35 por ciento para la emisión en dólares y del 45 por ciento en pesos. Le siguen otros títulos que nacieron con el canje, con subas de entre 20 y 30 por ciento. La primera explicación que surge entre analistas es que se trata de compras que buscan anticiparse a un eventual cambio de gobierno, en el cual ven algún tipo de ajuste fiscal en sintonía con los mandatos del mercado. No obstante, existen distintas circunstancias que hicieron a un mejor escenario bursátil. La estabilidad del tipo de cambio que permite buscar otras alternativas de ahorro, el apoyo de la comunidad financiera internacional –de manera directa o indirecta– a la posición argentina contra los fondos buitre, una leve mejora de los indicadores de la actividad económica, el potencial de proyectos estratégicos como Vaca Muerta y la desconcentración del acceso a instrumentos bursátiles a partir de los cambios en la ley de mercado de capitales son algunos de los factores que los analistas del establish-ment parecen obviar al explicar este comportamiento.

Con el transcurso de las semanas, lo que pareció una recuperación de los bonos luego del castigo recibido en medio del litigio entre el país y los fondos buitre se fue convirtiendo en una tendencia firme. El vencimiento de la cláusula RUFO (Right Upon Future Offers) de los bonos provenientes del canje fue un primer espaldarazo para la deuda argentina, ya que el país se desembarazaba de un artículo que podría haber hecho caer esa reestructuración. En ese momento comenzó una leve recuperación de los títulos públicos, acompañada por mejoras en las acciones de empresas privadas. El apoyo a la postura argentina en el litigio con los buitres por parte de distintos actores de la escena financiera, sumado a las presentaciones judiciales de fondos de inversión en varias partes del mundo en contra de la decisión del juez neoyorquino Thomas Griesa, también apuntaló los precios.

Las medidas aplicadas en coordinación entre el Banco Central y Economía para desalentar la especulación con el dólar sumaron su aporte. El precio de la divisa en el segmento paralelo inició un fuerte retroceso y se ubicó en valores similares respecto de un año atrás (ayer cerró a 12,85 pesos), mientras que la cotización oficial se fue ajustando hasta ubicarse en 8,765 pesos. La inmovilidad del billete verde y la suba de las tasas de interés mínimas para los plazos fijos reconfiguraron el escenario a favor del ahorro en pesos, aunque la demanda para atesoramiento se mantiene en un ritmo elevado (por encima de los 400 millones mensuales). La búsqueda de rendimientos positivos llevó a muchos inversores a la Bolsa, en donde encontraron activos con cierto rezago de precios respecto de activos similares en la región.

Los analistas que hoy hacen mención al cambio de gobierno como única explicación de la suba de los títulos son los mismos que habían vaticinado que en diciembre los títulos de deuda se desmoronarían ante la falta de financiamiento, por no arreglar con los buitres. Pero la mejora no debería sorprender. Los fondos con deuda reestructurada que ofrecieron a los buitres comprarles la deuda habían estimado una importante mejora en los precios de los títulos argentinos si se cerraba el capítulo del canje. Si bien ese frente sigue abierto, el país demostró poder financiarse sin acceder a las presiones de estos grupos especulativos. De las emisiones de los denominados “nuevos bonos”, entre los que se destacan los que nacieron con el canje, sobresale el Discount en pesos, que acumula un alza de 26,8 por ciento, mientras que el nominado en dólares mejoró 24,7 por ciento. El bono PAR, que paga intereses a fin de mes, avanzó en el año un 32,3 por ciento, mientras que la serie en dólares con legislación neoyorquina sumó 30,2 por ciento. En general, el promedio de bonos de largo plazo registra una mejora del 17,4 por ciento en el año para los papeles en pesos y del 10,2 para los títulos en dólares. El resultado fue una importante caída del riesgo país, que se retrajo en un 20 por ciento, hasta fijarse en 586 puntos. La sobretasa respecto de los bonos de deuda brasileña es de 285 puntos, cuando a fines del año pasado era de casi 600 puntos.

La mejora también alcanzó a las acciones, aunque en este segmento además existen distintas especulaciones corporativas que suman factores explicativos a la mejora. En la jornada de ayer, las acciones líderes que componen el MerVal mejoraron un 2,8 por ciento. En lo que va del año, ese índice acumula un avance del 27 por ciento. Los papeles con mejor de-sempeño son los energéticos, pese a la caída en los precios del petróleo que acompañó en los últimos meses. Durante la rueda de ayer se destacaron las acciones de Edenor, que apuntalaron al MerVal, con una suba del 6,5 por ciento, seguido muy de cerca por Pampa Energía (6,1 por ciento) y Comercial del Plata (6 por ciento).

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Los títulos públicos son la estrella del mercado bursátil desde que se inició el año.
Imagen: AFP
 
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