ECONOMíA › “OTROS SE ESTAN QUEDANDO CON PLATA DEL PRODUCTOR”

Los molinos contraatacan

 Por Raúl Dellatorre

La industria molinera quedó en el medio de la polémica por la comercialización del trigo. Desde la visión de la Mesa de Enlace, es más que eso: es “el eje” de la polémica, ya que acusan al sector de haber sido favorecido por el gobierno nacional (con subsidios) en perjuicio del pequeño y mediano productor (que recibe un precio inferior al que le corresponde). “Se puede decir cualquier cosa, irresponsablemente”, se defendió Alberto España, presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), “pero lo cierto es que todos los molinos están siendo inspeccionados para ver si pagaron el precio pleno por el trigo, que es el compromiso que asumimos para recibir las compensaciones y, hasta ahora, con el 30 por ciento inspeccionado, no se encontró ninguna irregularidad en ese sentido. Que el productor sepa que si no está recibiendo el precio pleno, y no dudo que pueda ser así, hay otros integrantes de la cadena que se están quedando con los 40 o 50 dólares por tonelada que él no recibe”. La imputación recae sobre los intermediarios: acopiadores, corredores de granos, cooperativas y exportadores, que también venden al mercado interno cuando tienen producto excedente.

La industria, que procesa el trigo para producir la harina, consume 6,5 millones de toneladas anuales. Este año, con una cosecha cercana a los 15 millones, a la exportación le quedaría un saldo superior a los 7 millones (500 mil toneladas se utilizan como semilla). En la campaña anterior, afectada por fuertes sequías, la producción apenas bordeó los 7,5 millones de toneladas. A la exportación le quedó un saldo marginal, por la política oficial de priorizar el mercado interno.

–¿Qué pasaría si se liberara totalmente la exportación, como plantea la dirigencia rural? –le preguntó Página/12 a Alberto España.

–Lo que reclama la Mesa de Enlace, de abrir ilimitadamente la exportación, es una locura que no aplica ningún país del mundo. ¿Quién va a dejar que se lleven todo el trigo para tener que importar, después, para cubrir las necesidades del mercado interno? Países como India tienen dos cosechas en stock, por razones de seguridad alimentaria. Acá pretenden que se deje vender todo. Ni (Alvaro) Alsogaray, si reviviera, aplicaría una política así.

–También dicen que reservarle los primeros siete millones de toneladas a la industria es someter al productor a las condiciones que fije el comprador, es como “dejarlos cazar en el zoológico”...

–Nos dan la prioridad de comprar pero a un precio que no fija la industria. La política del Gobierno nos impuso la obligación de respetar el FAS teórico, es decir el precio internacional menos flete, retenciones y otros gastos predeterminados. ¿Cómo voy a fijar las condiciones si el precio viene dado? Y tengo que cumplirlo, porque si no pierdo las compensaciones.

–La Mesa de Enlace dice que no se cumple...

–Dicen cualquier cosa (se indigna). Pueden decir lo que quieran, pero hoy la industria está sometida a inspección por la Oncca y el Ministerio de Agricultura para verificar si se cumple el pago del FAS teórico, y me parece bien que se haga. Al que se le encuentre un solo kilogramo comprado a menos precio, pierde. Ya certificaron el 30 por ciento del sector y no hubo una sola irregularidad. Que el productor sepa que si no recibe el precio pleno, es porque hay otros integrantes de la cadena que se quedan con la diferencia, de 40 o 50 dólares menos por tonelada que dicen estar recibiendo, y no pongo en duda que sea así.

–¿Quiénes son los intermediarios entre el productor y la industria?

–El sector compra aproximadamente el 20 por ciento directo al productor, pero son sólo a productores muy grandes. El 80 por ciento lo compra a corredores de granos, acopiadores o cooperativas, que comercializan el grano del productor chico. También están los exportadores, que compran trigo que, en parte, vuelcan al mercado interno.

–¿Es cierto que por la política oficial no había mercado, no se comercializaba trigo y por eso se hizo el lockout?

–Esa es otra fantasía. La industria va comprando gradualmente, esta semana adelantó compras por pedido de Agricultura (nota central). Pero no dejó de comprar nunca. La semana pasada, con lockout, se comercializaron 800 mil toneladas de trigo. Todas las semanas es así. A esta altura del año pasado había más actividad porque había una cosecha más chica y mayor necesidad de asegurarse el producto. Pero este año es el doble. Una cosecha de 15 millones de toneladas no se vende en 15 días. Hay argumentos que no se sostienen seriamente si no hubiera, detrás, una intención política.

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