EL MUNDO › EL PRIMER MINISTRO SE DEFENDIó DICIENDO QUE éL HOY NO CONTRATARíA A COULSON COMO JEFE DE PRENSA

Excusa british de Cameron ante el Parlamento

El ex editor del News of the World, hoy hombre clave de las escuchas ilegales, trabajó para el gobierno. El premier dijo ante los diputados que todos los partidos políticos habían cortejado al grupo Murdoch.

 Por Marcelo Justo

Desde Londres

El primer ministro David Cameron pidió disculpas a la Cámara de los Comunes por haber contratado como jefe de prensa a Andy Coulson, personaje clave del escándalo de las escuchas telefónicas que tiene en vilo al Reino Unido. En un debate parlamentario de emergencia un día después de que Ruppert Murdoch, su hijo James, la ex editora del News of The World Rebeka Brooks y dos ex jefes de la Scotland Yard comparecieran ante la Cámara, el primer ministro reconoció que el nombramiento de Coulson había sido un error. “Lamento la furia que ha causado esta decisión. Si pudiera volver atrás, no lo contrataría. Pero la realidad es que uno toma las decisiones en tiempo presente, sin la ventaja de saber qué va a pasar”, indicó Cameron.

Con el viejo adagio de que no hay mejor defensa que un buen ataque, el primer ministro recordó a la Cámara que todos los partidos políticos habían cortejado al grupo Murdoch y amplió los términos de referencia de la comisión independiente encabezada por el juez Lord Brian Levenson, que investigará el escándalo. La comisión, que contará con un prestigioso panel asesor, analizará el caso de las escuchas en particular, pero se expedirá también sobre el marco regulatorio necesario para medios tradicionales y redes sociales en su relación con políticos y la policía. Cameron destacó que el gobierno de la coalición era el primero en proponer una investigación amplia sobre el tema y acusó al laborismo de apelar a “teorías conspirativas” para sacar rédito político.

La táctica, ejecutada con histrionismo de hombre sincero y firme, no eliminó los problemas de fondo. El laborista Dennis Skinner le preguntó a Cameron si durante sus numerosos encuentros con diversos representantes de News International desde que es primer ministro abordó el tema de la adquisición, propuesta por el grupo Murdoch, de la totalidad del paquete accionario de BskyB. “En ningún momento tuve una conversación que no fuera apropiada”, se limitó a decir Cameron. Con distinto giro retórico, tres diputados laboristas le hicieron la misma pregunta y obtuvieron la misma respuesta evasiva. Según reveló Downing Street la semana pasada, el primer ministro se encontró 16 veces con miembros del grupo Murdoch desde que asumió su cargo en mayo del año pasado. En sus tres primeras semanas en el cargo tuvo cinco reuniones con directivos de News International, subdsidiaria británica de News Corp., la compañía madre del grupo. Poco después de esos encuentros, a mediados de junio, Ruppert Murdoch lanzó su primera propuesta para la adquisición de todo el paquete accionario. Andy Coulson era aún el jefe de Prensa de Cameron.

El tema Coulson y el de su número dos en el dominical Neil Wallis son otros de los boomerangs que perseguirán al primer ministro durante mucho tiempo. ¿No le había informado el diario The Guardian y su propio viceprimer ministro Nick Clegg que había fuertes sospechas de que Coulson hubiera ordenado las escuchas telefónicas cuando era editor del News of the World? “Vengo de una vieja tradición que considera que se es inocente hasta que se demuestra lo contrario”, respondió el primer ministro para justificar el nombramiento de Coulson como jefe de Prensa. El tema de Wallis se encendió en la última semana, cuando se descubrió que la policía metropolitana lo había contratado como asesor mediático provocando una dura crítica de Cameron que terminó con la carrera de los dos más altos policías de la Scotland Yard. El martes por la tarde, el Partido Conservador se vio obligado a reconocer que Neil Wallis, arrestado por el caso de las escuchas, había colaborado con Coulson en la campaña electoral. El primer ministro señaló que se había enterado del tema por los medios. “El Partido Conservador no lo contrató ni hubo ningún pago de por medio. Wallis ayudó por su cuenta a Andy Coulson”, puntualizó Cameron.

El vínculo del primer ministro con su jefe de política, Ed Llewellyn, también quedó expuesto. Los dos son amigos desde la universidad y Llewellyn fue nombrado en su puesto con un salario de unos 200.000 dólares por año. Antes de las elecciones, Llewellyn recibió un mensaje de The Guardian señalando que Coulson había contratado a un detective privado con prontuario policial para sus investigaciones. Según la versión oficial, Llewellyn no pasó el mensaje a Cameron. Esta semana el ahora subcomisario general de la Scotland Yard, John Yates, señaló al Parlamento que Llewellyn había sugerido que la policía no tocara el tema de las escuchas en una reunión sobre asuntos de seguridad que tenía con el primer ministro el año pasado. “Hizo lo que debía hacer porque no era correcto que se me diera ninguna información. No podía haber ninguna insinuación de que queríamos influir la investigación”, señaló Cameron. Si algo está claro, es que el escándalo sigue viento en popa.

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Cameron intentó distanciarse del escándalo por las escuchas telefónicas; quedaron abiertos varios interrogantes.
Imagen: EFE
 
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