EL MUNDO › ESTUDIANTES IRANíES TOMARON POR VARIAS HORAS LA REPRESENTACIóN DE GRAN BRETAñA EN TEHERáN

El asalto a la embajada de su majestad

Protestando por las nuevas sanciones por el programa nuclear, los estudiantes forzaron las rejas, quemaron banderas y rompieron vidrios. También atacaron la residencia del embajador. Furiosa respuesta de Londres.

La embajada británica en Teherán vivió un día de furia cuando cientos de estudiantes iraníes se abrieron paso por la fuerza. Los manifestantes forzaron las rejas, destrozaron vidrios y quemaron banderas británicas, norteamericanas e israelíes. El ataque fue en rechazo a las sanciones impuestas la semana pasada por el Reino Unido –junto a EE.UU. y Canadá– contra al gobierno de Mahmud Ahmadinejad, para castigarlo por el avance y desarrollo de su programa nuclear y por las sospechas lanzadas sobre Irán por un posible desarrollo de bombas atómicas.

La movilización exigió el cierre definitivo de la embajada y la inmediata expulsión del embajador inglés. Un comunicado difundido por los manifestantes –que se autodenominaron Occupy Embassy– señalaba que “la ocupación de la embajada es obra de estudiantes revolucionarios y no fue ordenada por ningún órgano o ente, sino que fue un gesto espontáneo”. La policía iraní informó que seis empleados de la sede diplomática fueron retenidos por los manifestantes, pero fueron liberados.

El gobierno del Reino Unido no tardó en hacer pública su indignación y exigió a las autoridades iraníes que controlen la situación con la mayor celeridad posible. El primer ministro británico, David Cameron, calificó el asalto como indefendible, dijo que se trató de un ultraje y pidió al gobierno iraní que detenga y procese a los culpables. Como lo había hecho el ministro británico de Exteriores, William Hague, Cameron responsabilizó directamente al gobierno iraní de lo ocurrido.

Luego de presidir una reunión de su comité de emergencia Cobra, el premier británico señaló: “El fracaso del gobierno iraní a la hora de proteger a nuestro personal y nuestras propiedades ha sido una desgracia”. “Nuestra prioridad inmediata es la seguridad de nuestro personal, que ya ha sido localizado”, aseguró Cameron tras hablar por teléfono con el embajador en Teherán, de quien destacó su profesionalidad y calma para hacer frente a la situación. “Estamos enfurecidos por esto. Es totalmente inaceptable y lo condenamos”, dijo un vocero de la Cancillería británica, y subrayó que bajo la ley internacional el gobierno iraní “tiene una responsabilidad clara de proteger a diplomáticos y embajadas en su país”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores británico actualizó sus recomendaciones a todos los británicos que decidan viajar a Irán. Para aquellos que ya se encuentran en el país, el consejo fue que se queden en casa y mantengan un perfil bajo. La diplomacia iraní señaló en un parte de prensa que lamentaba el asalto en Teherán. “La Cancillería lamenta las protestas que condujeron a algunos comportamientos inaceptables. Respetamos las regulaciones internacionales sobre la inmunidad y seguridad de los diplomáticos y los sitios diplomáticos, y estamos comprometidos con ellas”, expresó un comunicado oficial.

Según detalló la agencia de noticias iraní IRNA, horas después del comienzo de los incidentes, otro grupo se dirigió a la ex residencia de verano del embajador británico, ubicada al norte de Teherán, para tomarla. Allí se apropiaron de documentos. Cuando la situación en la embajada parecía controlada, otro grupo de jóvenes irrumpió por segunda vez en el edificio, informó la agencia semioficial Fars. Estas fuentes señalaron que el gobernador de Teherán, Morteza Tamadon, se trasladó hasta la sede diplomática para intentar calmar a los estudiantes. Los sucesos de ayer son el corolario de una serie de cortocircuitos entre Londres y Teherán.

Detrás de la indignación británica se encolumnaron los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Francia e Italia, que condenaron en duros términos los incidentes. “Estados Unidos condena en los términos más fuertes posibles el ataque”, se solidarizó la Casa Blanca. Las imágenes de las protestas revivieron la histórica toma de la embajada norteamericana en 1979, mientras la Revolución Islámica avanzaba.

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Los estudiantes rompen las rejas y entran en la embajada británica en Teherán.
Imagen: EFE
 
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