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Desde Santiago

Un nuevo antecedente que confirma las atrocidades realizadas por el brigadier retirado del Ejército de Chile Miguel Krassnoff (foto) –condenado a más de 147 años de prisión por crímenes de lesa humanidad– fue revelado esta semana con la denuncia de un ex militar, a quien se le encargó la horrible misión de asesinar al presidente de los trabajadores públicos, Tucapel Jiménez, en 1982.

Cuando aún se respira en el aire la polémica por el reciente homenaje que Cristián La-bbe, el alcalde de la pituca y ricachona comuna de Santiago realizó en honor a Krassnoff, el pasado miércoles, Carlos Herrera Jiménez, ex agente de la Central Nacional de Inteligencia (CNI), la policía secreta del dictador Augusto Pinochet, aseguró que el ex militar se encuentra tras las rejas por haber matado a personas.

Aunque la cita puede parecer trivial y hasta obvia, lo cierto es que el hecho de que un ex miembro de la policía de Pinochet haya reconocido esto significa un paso adelante para profundizar la condena pública y moral de Krassnoff y de otros milicos que torturaron y asesinaron sin contemplación ni juicios en la dictadura.

Herrera Jiménez declaró al diario ligado a la Concertación, Cambio 21, que el torturador Krassnoff es culpable de todos los crímenes que se le imputan: “No resulta creíble, y menos lógico, que el Poder Judicial se haya equivocado en más de veinte oportunidades al dictar sentencia condenatoria en contra del brigadier”, dijo.

Herrera Jiménez criticó el homenaje organizado por Labbe, ex coronel del Ejército y actual político del partido Unión Demócrata Independiente (UDI), uno de los conglomerados capitales del gobierno de derecha de Sebastián Piñera.

Herrera Jiménez actualmente cumple su condena en la cárcel de Punta Peuco por el asesinato del dirigente sindical Tucapel Jiménez y del carpintero Juan Alegría Mondaca. El ex militar aseguró en duros términos que Krassnoff es culpable de todos los crímenes que se le imputan, aunque anticipó que en las cárceles actualmente los oficiales no han sido condenados como corresponde.

“Hay más suboficiales que oficiales presos. Pareciera que nadie comandó el combate a la subversión que, por cierto, hubo en Chile. La gran mayoría de los oficiales, al momento de deponer judicialmente, eran analistas o se desempeñaron como funcionarios administrativos o bien repartían el rancho (comida del casino)”, dijo Herrera.

En opinión de Herrera, los ex militares que homenajearon a Krassnoff se equivocaron al insistir en la inocencia judicial de éste, “pero más equivocado estuvo Krassnoff al insistir majaderamente en su inocencia”.

Según el ex militar condenado, “ciertamente fuimos el brazo armado de la derecha económica. Qué duda cabe. Quizá por ello ahora nos desprecian, atávicamente este sector político se ha servido de los militares. La historia es pródiga en señalar los hechos que así los señalan”.

Estas polémicas palabras no son pan de cada día en Chile. Existe un “código de honor” al interior de los ex oficiales del Ejército para no hablar de las violaciones a los derechos humanos cometidas en los 17 años de dictadura militar.

El ex agente de Inteligencia también reiteró su arrepentimiento por su participación en los crímenes y repitió que obedeció las órdenes de sus superiores, que lo convencieron de que estaba eliminando enemigos de la patria. Herrera Jiménez está preso en Punta Peuco, otra cárcel especial para militares y carabineros que violaron los derechos humanos unos 45 kilómetros al norte de Santiago.