EL MUNDO › LOS BRITANICOS CONTROLAN LA MAYOR PARTE DE LA SEGUNDA CIUDAD

La libertad de opinar (y de saquear)

Las fuerzas británicas dicen que fueron bien recibidas en Basora, segunda ciudad del país. EE.UU. sueña con que el episodio se repita.

El ejército británico aseguró ayer que “militarmente” ya ganó la guerra y anunció la toma de Basora, en la que “no quedan focos de resistencia significativa”. Los habitantes de esta ciudad salieron a las calles y saquearon edificios gubernamentales y las casas de miembros del partido Baaz. Los cuerpos de los milicianos leales a Saddam, los únicos combatientes de la ciudad que lucharon contra los británicos, fueron encontrados ayer en un pantano. Washington cree que el primo de Saddam, Al Hassan Al Majid, conocido como “Alí el químico”, murió en el bombardeo de su casa en Basora. “Creemos que el reino del terror del químico Alí llegó a su fin”, dijo ayer el secretario de Defensa norteamericano Donald Rumsfeld. Mientras, la situación en los hospitales iraquíes es caótica. Llegan más de cien heridos por hora y faltan agua y remedios.
“Los británicos controlan Basora”, dijo el vocero del ejército británico, el coronel Chris Vernon. Afirmó que “militarmente hemos ganado la guerra” y que “no quedan focos de resistencia significativa en Basora”. La resistencia que sigue combatiendo es “esporádica e incoherente”, declaró. Y agregó que espera que pronto “podamos apartar fuerzas que ahora están dedicadas al combate para que se concentren en la reconstrucción de Irak” después del conflicto. Las tropas británicas que se movilizaron al centro de la ciudad informaron que la “recepción del pueblo fue extremadamente benigna”. Pero la pregunta principal en boca de las tropas es “¿dónde están los fedayines?”. Aparentemente, estas milicias leales a Saddam empezaron a retirarse de sus posiciones el sábado, dejando unos pocos combatientes atrincherados en la universidad y otros sitios aislados. Vernon también informó que la policía de Basora está colaborando para restablecer el orden.
Es que entre el domingo y ayer, una horda imparable de hombres y mujeres salió a las calles de Basora para saquear edificios gubernamentales y casas de miembros del partido Baaz. No bien los tanques británicos entraron en el centro de la ciudad, el vacío de autoridad fue total y la ciudad fue diezmada en pocas horas. El Ministerio del Petróleo, la comisión de electricidad nacional y el Banco Central fueron invadidos por un ejército de ladrones que se llevaron todo lo que encontraron. Los que venían a pie, se iban tranquilamente con el botín en el hombro. Otros cargaban cuadros y computadoras en el lomo de sus burros. “Estamos robando al gobierno que nos quitó todo y sólo ayudó a una parte del país”, dijo un chico mientras ayudaba a sus amigos a cargar sillas y estanterías. La universidad, todavía humeante por los ataques, fue saqueada en minutos. “Este es el futuro de nuestros hijos. Sin universidad, ¿cómo seremos un pueblo de verdad?”, decían desesperados algunos ciudadanos. Se quejan de que los británicos no hacen nada por proteger la ciudad de los robos.
Los cadáveres de una docena de milicianos fueron encontrados en una ciénaga cerca de la universidad. Los cuerpos fueron descubiertos ayer por una unidad británica. Algunos combatientes están bajo el agua, otros todavía agarran sus lanzagranadas detrás de trincheras hechas con bolsas de arena. Desde allí, atacaron desesperadamente a las tropas británicas. “No entendieron que era una batalla suicida contra nuestros tanques”, explicó el capitán Guy Gatenby, de la 7ª brigada blindada británica. Horas después, la Media Luna Roja iraquí empezó a juntar los cadáveres. No es fácil. Muchos de los cuerpos están desfigurados. “Era un buen hombre. Murió defendiendo a su país”, llora Jaled Yussef, un taxista de Basora que reconoció a un vecino entre los cadáveres. Según él, la lucha de estos milicianos será recordada como una vergonzosa derrota. Y la culpa será de su pueblo que no supo “acompañarlos con valentía”. Pero “en el futuro todos lucharemos contra los opresores extranjeros. El tiempo me dará la razón”, dijo señalando a los tanques británicos.
En los hospitales de Basora y otras ciudades, el panorama es aún más desolador. La situación en los hospitales iraquíes es “crítica”, advirtió ayer el vocero del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en la capital jordana, Muin Kassis. Los combates del fin de semana colapsaronlos centros sanitarios de Bagdad, donde la situación es “dramática”, dijo Kassis. Y agregó que llegaron a recibir “más de cien heridos por hora”.
Además, preocupa el aprovisionamiento de medicamentos y agua en los hospitales de las ciudades de Al Hilla, Kerbala y El Anbar. El hospital de Mahmudia ya no puede recibir más heridos ni enviarlos a Bagdad. Como la situación es caótica, es imposible dar datos precisos sobre el registro de víctimas, indicó Kassis. La Cruz Roja consiguió grupos electrógenos para algunos hospitales, pero a cada rato hay problemas técnicos por los bombardeos.

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Una esperanza angloamericana es que el éxito en Basora sirva como ejemplo multiplicador.
 
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