El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, criticó la liberación esta semana de un ex paramilitar que confesó su participación en el secuestro, tortura y violación de la periodista Jineth Bedoya cuando ejercía su trabajo en el año 2000. “No deja de ser un contrasentido que mientras estamos transitando ese camino de reconocer, de dignificar a todas nuestras víctimas, haya quedado en libertad uno de los principales implicados del secuestro, la tortura y la violación de Jineth Bedoya”, aseguró el mandatario en un discurso sobre la reparación a las víctimas del conflicto armado.

El lunes pasado la fiscalía colombiana ordenó poner en libertad a Alejandro Cárdenas Orozco, alias JJ, un ex paramilitar de extrema derecha que en 2011 confesó el crimen contra Bedoya en el marco del proceso de desmovilización de miles de miembros de grupos armados durante el primer gobierno de Alvaro Uribe (2002-2006). Pero en 2013 se retractó de su testimonio. La fiscalía argumentó que la orden de liberación se apoyó en su retractación y en “otras pruebas”, que no reveló por encontrarse bajo “reserva” sumarial.

Bedoya reconoció a Cárdenas como uno de los hombres del Bloque Centauros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) que la secuestraron frente a la cárcel Modelo de Bogotá y posteriomente la torturaron y violaron durante 16 horas, antes de abandonarla desnuda al borde una carretera, según su propio testimonio. Tras las críticas que desató la excarcelación de Cárdenas, representantes del ente acusador aseguraron a periodistas que esa medida no era definitiva y podría ser revisada.

“La Fiscalía ha anunciado que va a revisar los argumentos consignados por Jineth en el recurso (de apelación) que se está presentando”, agregó Santos este jueves desde la presidencial Casa de Nariño. “No dudo de que así será y es importante que así sea”, añadió el jefe de Estado colombiano.

Bedoya es una de las víctimas del conflicto colombiano que expusieron su testimonio el año pasado, en Cuba, en el marco del proceso de paz que llevan adelante el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Esta conflagración interna de más de 50 años, en la que han participado guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, ha dejado oficialmente más de 220.000 muertos y seis millones de desplazados.