Con el voto de censura del Parlamento de Ucrania contra al gobierno, la campaña para los comicios legislativos del 26 de marzo próximo entró en su recta final. La reacción de los legisladores al acuerdo que puso fin a la guerra del gas con Rusia es un nuevo golpe para el régimen surgido de la Revolución Naranja, que ya se había visto debilitado por las divisiones internas entre sus líderes. Mientras tanto, los adversarios del presidente Viktor Yushchenko, capitaneados por su antiguo rival, el ex primer ministro Viktor Yanukovich, cierran filas de modo ejemplar y aparecen como los favoritos para los comicios, con una ventaja de más de una decena de puntos –adquiridos durante los dos últimos meses de 2005–, respecto del partido de los seguidores de Yushchenko y el bloque de la ex primera ministra Yulia Timoshenko. Desde Kazajistán, donde asistía a la toma de posesión del presidente Nursultan Nazarbayev, Yuschenko calificó ayer la votación parlamentaria en su país de “incomprensible, falta de lógica y errónea” y adoptada con el exclusivo fin de “desestabilizar la situación”. El líder agregó, sin embargo, que no consideraba lo sucedido como una tragedia y que la experiencia “mejorará la calidad de la política ucraniana”.