EL MUNDO › BLAIR SE DESAYUNO AYER CON UNA DERROTA ELECTORAL

Con las tostadas, desastre

Los laboristas quedaron terceros en las municipales del jueves. El premier reaccionó con un drástico cambio de gabinete.

Lo que el jueves por la noche parecía una derrota no tan contundente para el laborismo en las elecciones municipales de Inglaterra, terminó por convertirse en horas de la madrugada de ayer –luego del recuento de votos londinenses– en un cataclismo político para el primer ministro Tony Blair, que intentó reafirmar su autoridad con un amplio reajuste ministerial. Este voto en 176 ayuntamientos en disputa fue interpretado en el país como una prueba para medir el desgaste del Ejecutivo, envuelto en las últimas semanas en una serie de escándalos protagonizados por varios ministros. El balance fue que el laborismo perdió 18 municipios y 319 concejales. En tanto, el Partido Conservador del joven y dinámico David Cameron resultó como el gran ganador, al obtener 11 municipios y 316 concejales. Los liberales, por su parte, se quedaron con un ayuntamiento más de los que ya controlaban y con 2 concejales extra.

Blair desayunó ayer con una de las peores elecciones laboristas desde que subió al poder, en 1997. El laborismo repitió el 26 por ciento de votos de hace dos años, quedando tercero, por detrás de conservadores (40 por ciento) y liberal-demócratas (27 por ciento). Los conservadores cimentaron su aplastante triunfo en un espectacular ascenso entre los votantes del gran Londres, que elegían a más de 1700 concejales y despojaron de su mayoría al laborismo en barrios tradicionalmente “rojos”, como Camden, Lewisham, Brent y sobre todo Hammersmith y Fulham, donde no sólo quebraron la mayoría laborista, sino que lograron el control del municipio. Pero los tories no mostraron la misma fortaleza en el norte de Inglaterra, el gran bastión del laborismo, y siguen sin penetrar en ciudades tan importantes como Newcastle –donde los liberal-demócratas incrementaron su mayoría–, Liverpool y Manchester.

Con este preocupante trasfondo y con el fin de dar un impulso a su alicaído gobierno, Blair realizó una profunda reestructuración ministerial, que afectó a carteras tan importantes como Asuntos Exteriores, Interior y Defensa, entre otras. Uno de los pocos “pesos pesado” que salvó su puesto fue el ministro de Economía, Gordon Brown, considerado el sucesor natural del primer ministro al frente del laborismo y de la jefatura del gobierno. En este sentido, muchos consideran –y aun más después de la dura derrota del jueves– que Blair debe dejarle el puesto de inmediato o al menos anunciar una fecha de retiro. Sin embargo, el primer ministro ha repetido una y otra vez que no sucederá ninguna de las dos cosas. Brown continuó echando leña al fuego en la interna partidaria ayer y dijo que el veredicto de las urnas ha enviado una seria “advertencia” al gobierno.

El precio más alto del revés de las urnas lo pagó el titular de Interior, Charles Clarke, que era uno de los ministros más vulnerables después que reconoció recientemente que más de 1000 delincuentes y criminales extranjeros no fueron expulsados del suelo británico tras haber sido condenados. Blair nombró en su lugar al ex ministro de Defensa John Reid. “El primer ministro dejó claro que no debo seguir en mi cargo. Aunque no estoy de acuerdo con esa decisión, acepto completamente el derecho de Blair a tomarla”, declaró Clarke.

Otro cambio importante en el gabinete fue el nombramiento de una mujer como canciller: la ex ministra del Medio Ambiente Margaret Beckett, quien reemplazará a Jack Straw, un ministro de muy alto perfil, quien pasó a ocupar un cargo menos destacado de líder de la banca laborista en la Cámara de los Comunes. Straw pagó así, y muy caro, haberse aliado con Brown y antagonizar a Blair con respecto a los pasos a seguir en el conflicto nuclear iraní. Straw nunca ocultó que considera “una locura” un posible ataque militar contra Irán.

Por otra parte, el viceprimer ministro, John Prescott, en el centro de un escándalo tras descubrirse su relación extraconyugal con una secretaria, será mantenido en su cargo, pero privado de muchas de sus responsabilidades. Por su parte, el líder conservador David Cameron, eufórico por los buenos resultados de su formación, aprovechó el “viernes negro” de los laboristas para recalcar que el país necesita un “cambio” de gobierno más que una “remodelación”, a la que consideró como un desesperado intento de mantener en el poder a una administración desgastada.

Compartir: 

Twitter

Blair perdió la sonrisa preelectoral al saber los resultados.
 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.