EL PAíS › DECLARó EL CHICO INVOLUCRADO EN EL ASESINATO DE ABEL BEROIZ

Una versión menor de los hechos

“Juancito” prestó declaración ante el juez José Carmona, quien dispuso que quede a resguardo en una institución para adolescentes. Admitió haber estado en la escena del crimen, pero a varios metros de distancia del camionero.

 Por José Maggi

Desde Rosario

El joven de 15 años detenido en el marco de la investigación por el asesinato de Abel Beroiz prestó declaración ante el juez de menores Juan José Carmona. “Juancito” –tal como lo nombró Raúl Flores, el matador del sindicalista– reconoció haber estado en el estacionamiento del Automóvil Club Argentino el 27 de noviembre de 2007, pero aseguró que no estuvo en contacto con la víctima, sino a varios metros de distancia. Dijo que lo “llevaron engañado para ir a buscar un maletín” y que se asustó mucho y huyó al escuchar los disparos, además de afirmar que Flores tenía en su poder un arma blanca. Su madre, Marisa Zingalle, recuperó ayer mismo su libertad y al cierre de esta edición se aguardaba la salida del propio “Juancito”, quien por ser menor no podía seguir detenido. No lo esperaban en su casa, sino que quedará alojado en un instituto para adolescentes.

Alberto Tortajada –quien junto a José Alcacer patrocina a Zingalle y a su hijo– reveló a Página/12 que “Juan hizo una declaración de común acuerdo entre la defensa y los padres”. El letrado precisó también que “lo que ha manifestado el chico es el conocimiento del hecho, pero dijo que no participó directamente en la comisión del homicidio, sino que fue a otra cosa”.

Según trascendió, el menor relató que lo habían pasado a buscar alrededor de las 6.30 de la mañana del 27 de noviembre por su casa de Corrientes 1840 “para ir a buscar un maletín”. En su exposición ante la Justicia indicó que se empezó a preocupar cuando desde una de las rampas del estacionamiento usadas para ascender o descender en los distintos niveles lo vio venir a Beroiz sin maletín alguno.

En tanto, Tortajada explicó que le pidió al Tribunal de Menores el resguardo del chico para preservar su integridad física del chico. Lo que solicitó fue que lo tengan contenido en un lugar que no implique su detención. Y el Tribunal aceptó la petición del abogado defensor dado las circunstancias del caso.

Para Tortajada “el resguardo implica una custodia sobre la persona del menor, que pienso que en este momento es más necesaria, antes de que Juan esté en la calle o en la casa con los padres porque la contención de un chico de 15 años no es la misma que la de cualquiera. Por eso esperamos que esta situación se decante pronto y que el chico pueda recuperar su vida normal”.

Tortajada también negó de plano una “relación amistosa” de la madre del menor con Flores. “No existe ese tema, nada que ver. La relación del chico con Flores fue por medio de un tercero, que es un jovencito amigo de Juan. La madre lo conoció a Flores porque fue dos o tres veces a la casa de ellos”, aseveró.

El abogado defensor remarcó finalmente que “Juan no puede ser materia de penalización porque tenía 14 años al momento del hecho. Tanto es así que el pedido de custodia que hemos hecho ha sido acogido favorablemente por el juez. De otro modo este chico volvería a su casa. No está en la casa por el peligro que significaría que esté allí”.

Tortajada no lo dice, pero el fantasma de las presiones sobre la declaración del chico, sobre su persona y su responsabilidad, y la demostrada incapacidad de su madre para contenerlo volcaron la balanza para “cuidarlo” alojándolo en una institución del Estado que ya ha demostrado no poder darles contención a los jóvenes allí alojados: el Instituto de Recuperación del Adolescente en Riesgo, el IRAR. Por tan sólo recordar un caso, allí estuvo alojado Néstor Salto, un joven sospechado de haber protagonizado un crimen que indignó a los rosarinos: el de Luciano Drovandi, muerto de un tiro en el pecho al robarle su moto. Salto murió quemado al incendiarse el colchón donde dormía. Por este caso un reciente fallo judicial exculpó a los responsables del IRAR y calificó el hecho de accidental.

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Beroiz conducía a los camioneros de Santa Fe y secundaba a Hugo Moyano al momento de su asesinato.
Imagen: Gentileza El Alba de Venado Tuerto
 
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