EL PAíS › PANORAMA POLíTICO

Zurderías

 Por J. M. Pasquini Durán

El barbarismo idiomático del título deriva de otro cuyo origen tiene un nítido sesgo ideológico más que lingüístico. A las izquierdas, pese a sus diferencias, les inventaron un género que las identifica e iguala en la denominación de zurdas. La coima se paga y el soborno se recibe todo por zurda, y además es la siniestra de las manos. A la derecha no se le puede decir diestra, porque sería adjudicarle una habilidad de la que por lo común carece. Por otra parte, son escasos los dirigentes políticos que se reconocen conservadores o de derecha. Casi todos prefieren identificarse de centroizquierda, una alquimia que acepta casi toda clase de combinaciones, hasta el punto que en buena parte de los casos no significa nada.

Las izquierdas no tienen buena prensa ni recursos para desplegar propagandas masivas en afiches y avisos televisivos. La mayoría es desconocida por los ciudadanos y en el océano de boletas es casi imposible localizar el nombre de un frente o de un partido que se vio una o dos veces durante la campaña. Sería una sorpresa para tantos saber que en la Capital Federal hay 23 partidos de izquierda y un número similar hay en el ámbito bonaerense, aunque algunos partidos (Obrero, Comunista, etc.) se repiten en los distritos. Casi todos han formado coaliciones o alianzas. En Capital son tres: Frente de Izquierda y los Trabajadores Anticapitalista y Socialista, el Proyecto Sur y Encuentro Popular para la Victoria, con las debidas reservas acerca de la pureza ideológica de cada agrupación.

Debido a la variedad, la capacidad de dividirse y a la volatilidad de las alianzas entre una elección y otra, resulta difícil ordenar el catálogo de zurdos. (Al pie de este texto hay una enumeración provisional en los cinco distritos principales y en Entre Ríos, cuna de rebeldías diversas.) Lo mismo que en los partidos más grandes, la necesidad de renovación es imperativa tanto en cuanto programa, discurso y, sobre todo, la definición de si quieren participar de la competencia con los demás partidos o prefieren retirarse –jugar al cuarto oscuro– hasta que la opción revolucionaria les salga al encuentro. De lo contrario, será un voto más testimonial que algunos candidatos del oficialismo. Conviene retener, sin embargo, que iconos de la trascendencia del Che Guevara y el sueño de crear un nuevo mundo alcanzan para atraer la imaginación y el entusiasmo de miles de jóvenes que año tras año son reclutados por los diferentes partidos de izquierda, mientras que otros desertan, por lo cual el crecimiento es relativo.

Por otra parte, hay temas que son de difícil consideración para la zurda, por ejemplo la seguridad urbana debido a que se mezclan consideraciones que sólo una nueva sociedad puede ofrecer, pero el problema es que las víctimas sufren ahora, sin chances de esperar. Los partidos de la burguesía tampoco pudieron resolverlo y en más de una ocasión resultaron socios de la mala vida. Los que han tenido buenas intenciones terminaron defraudados porque casi siempre procuraron resolverlo con mano dura –tolerancia cero– o mayores recursos represivos. La izquierda no pudo promover una movilización civil convergente, con un consejo asesor multidisciplinario, único modo de encarar asuntos de tanta complejidad, porque lo habitual en ella es percibir al otro como enemigo. Tiene experiencia y formación para visualizar traidores y conspiraciones.

Con todas esas contraindicaciones, ¿para qué preocuparse de la izquierda? Hay una razón principal: un régimen de partidos que tiene poco a la derecha y mucho pero fraccionado a la izquierda, con una multitud peleándose por el centro, carece de la armonía y el equilibrio que harían posible un gobierno y un Estado en las mejores condiciones de gobernabilidad. El diálogo y el consenso serán pura retórica en tanto que no haya una representación plural que exprese sin disimulo los intereses de sus votantes. El Gobierno busca conservar la mayoría porque sabe que una negociación con más de lo mismo, los centristas de todo pelaje, será como confiarle el voto decisivo a Julio Cobos. Será el ciudadano quien no debe dejarse llevar por la maciza publicidad multimillonaria en lugar de dedicarle algunas horas a conocer por las suyas la totalidad de la oferta electoral.

La política es aburrida cuando se la ejerce en nombre de una mezquina rutina de intereses, mientras que la economía es igual de aburrida, pero los intereses de minoría pueden provocar estallidos como los que sufre el mundo en este tiempo. Una razón más para que la política tenga el comando del porvenir de las personas, sin dejar que el mercado se apropie de la totalidad del poder, como sucedió en los años ’90. Comprender la política sin revolución social ni tampoco con vocaciones destituyentes son principios básicos de todo militante político, sea de izquierda o de derecha, ya que no se trata de llegar a la meta final, sino de articular intereses en beneficio de todos hasta que llegue el día de las vocaciones. La autorización del viaje de Hilda Molina por parte del gobierno cubano es una demostración de la flexibilidad del poder cuando se quiere hacer política en serio.

Cuando el liderazgo político pasa por dificultades, tanto en el gobierno como en la oposición, es la ciudadanía la que debe acudir para enderezar el barco, en primer lugar con el voto y sus diversos cortes y luego con las movilizaciones callejeras en sus múltiples formas para evitar que sea un motivo de encono con el resto de la población. Lo que importa, sobre todo, es la capacidad de mostrar la iniciativa legítima sin necesidad de apelar a las chicanas groseras, algunas de las clásicas se han expuesto durante la presente campaña. Del mismo modo: ¿qué pasaría si por lo menos uno de los dirigentes del PJ decide acatar la voluntad popular, pasando de testimonial a efectiva? No existe maniobra efectiva si no logra el acuerdo o consentimiento mayoritario.


Ciudad Autónoma: Partido Obrero, Partido Movimiento Socialista de los Trabajadores, Partido Socialista, Autodeterminación y Libertad, Convergencia Socialista, Asambleas del Pueblo por el Socialismo y la Libertad, Partido Intransigente, Nueva Dirigencia (estos dos últimos llevan idénticas listas de candidatos) y los tres frentes citados en la nota.

Buenos Aires: Partido Obrero, Frente de Izquierda y los Trabajadores PTS-MAS-I. Socialista, Movimiento al Socialismo, Partido de los Trabajadores Socialistas, Partido Izquierda Socialista, MST-MIJD, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados. Frente Justicialista para la Victoria: Partido Justicialista, Partido Intransigente, Partido Progreso Social, Partido Conservador Popular, Partido Humanista, Frente Grande, Partido de la Victoria, Memoria y Movilización Social, Partido Verde Bonaerense, Polo Social, Movimiento H.A.C.E.R. por Buenos Aires. Nuevo Encuentro: Movimiento Libres del Sur (ex Corriente Patria Libre), Partido de los Comunistas de la Provincia de Buenos Aires, Partido de la Revolución Democrática-Social, Partido Humanista, Frente Grande.

Entre Ríos: Movimiento Socialista de los Trabajadores, Frente Justicialista Entrerriano (P. Justicialista, Partido Frente Grande, Movimiento por Todos), Alianza Frente Social y Popular Humanista y Comunista: Partido Comunista, Partido Humanista.

Córdoba: Partido Obrero, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Alianza Frente de Izquierda y los Trabajadores, Anticapitalista y Socialista. Frente PTS M, Partido de los Trabajadores Socialistas, Partido Izquierda Socialista, Alianza Frente para la Victoria por la Equidad y la Justicia Social. Partido Intransigente, Partido Comunista, Partido Humanista, Partido Frente Grande, Partido de la Victoria, Acción para el Cambio, Partido Cambio Córdoba, Partido de la Revolución Democrática.

Mendoza: Obrero, Socialista de los Trabajadores, Partido de los Trabajadores Socialista, Partido Comunista, Partido Humanista, Partido Polo Social, Partido Solidario.

Tucumán: Obrero, Partido Humanista, Movimiento Libres del Sur (ex Nueva Democracia) Encuentro por la Democracia y la Equidad, Solidaridad e Igualdad.

Santa Fe: Obrero, Partido Socialista Auténtico, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Partido de los Trabajadores Socialistas.

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