EL PAíS › ELISA CARRIO RECHAZA LAS CRITICAS DE LOS DIRIGENTES DE SU PARTIDO Y REIVINDICA SU ESTRATEGIA

Como si no hubiera dado un mal PASO

La líder de la Coalición Cívica replicó los cuestionamientos a sus decisiones que surgieron en el congreso de esa fuerza. Dijo que “es el momento más feliz” de su vida y denunció “traiciones” de los que sólo buscan “cargos”.

 Por Sebastian Abrevaya

Elisa Carrió junto al catamarqueño Rubén Manzi, durante el congreso de la Coalición Cívica.
Imagen: Télam.

Mientras arrecian los cuestionamientos y se desgaja una vez más la Coalición Cívica, Elisa Carrió cerró ayer el congreso nacional de su partido diciendo que “es el momento más feliz” de su vida y que el 3 por ciento obtenido en las primarias la liberó de “mil kilos de peso” que caían sobre sus espaldas en cada elección. Y aunque no participó de las deliberaciones, rechazó las críticas que surgieron durante el debate, denunció “traiciones” de los que sólo buscan “cargos” y defendió –a contramano de la mayoría de su propia fuerza– las candidaturas del ruralista Mario Llambías y de Patricia Bullrich, especialmente cuestionada por el ala progresista de la CC. Aunque la ruptura con la líder de Unión por Todos es un hecho, no se definió expulsarla en el documento aprobado por unanimidad, que convocó a un nuevo encuentro en noviembre para “emprender la reorganización” del partido.

Carrió llegó al Palais Rouge –donde unos 300 dirigentes de la CC debatieron sobre la crisis partidaria– de la mano de Llambías, el ruralista que dijo que el kirchnerismo quiere “reemplazar la bandera por un sucio trapo rojo”. Según pudo saber Página/12, la chaqueña tenía previsto que también la escoltara Bullrich, pero desde adentro de la asamblea le advirtieron que, dado el humor reinante, no era conveniente. “Carrió vino a dejar todo como está, esto es una catástrofe, es de un autismo total”, comentó uno de los presentes luego de su discurso.

Lilita arrancó hablando sobre lo bien que se sentía tras la derrota, que no la había afectado ni personal ni políticamente. Consideró además que la situación era “muy buena” para la Coalición, ya que podrá distinguirse quién participa por sus convicciones y quién lo hace por los cargos. “Ahora ya no está la madre, se murió. La pregunta es si sólo perdió una elección o si la mataron algunos mezquinos”, metaforizó Lilita. Más allá de eso, ratificó que ella está “viva, despierta, lúcida y alegre” y que va a acompañar a todos los candidatos, incluidos los de la Capital Federal.

No hizo falta nombrarla para que quedara clara la defensa de Bullrich. Les advirtió a sus detractores que en esa lista están también Fernando Iglesias y Fernanda Gil Lozano, y para los que argumentan una eventual “traición” de la ex ministra de Trabajo después de octubre, sostuvo que la pueden traicionar, “pero no podemos ser nosotros los que traicionemos”. “¿Saben cuántos me traicionaron y esperan el primer giro de la derrota para venir sobre mí? Soy su maestra, la que les enseñó, la que los esperó mil veces y calló tantas cosas. Esperen que su maestra pierda en octubre y después asuman el partido”, completó.

En la Coalición Cívica se había producido un debate entre los que planteaban la necesidad de reemplazar ahora a Carrió por una conducción colegiada y renovada y los que proponían hacerlo después de octubre. Finalmente, primó la segunda postura, y en el último punto del documento se estableció que el 26 de noviembre, cuando se cumplan 10 años de la creación del ARI, una nueva asamblea nacional consagraría a una conducción joven, integrada eventualmente por Adrián Pérez, Pablo Javkin, Alfonso Prat Gay y Juan Carlos Morán.

Como muestra del distanciamiento con Bullrich, en ese documento se ratificó el apoyo a la Ley de Tierras, que la diputada rechazó públicamente. Del otro lado, Bullrich emitió un comunicado de su actividad de campaña en el que se presentó como “primera candidata a diputada por la Capital Federal”, omitiendo la fuerza “Coalición Cívica”.

Entre los ausentes de ayer se encontraban las diputadas Marcela Rodríguez y Fernanda Reyes, recientemente distanciadas, el legislador bonaerense Sebastian Cinquerrui, actualmente candidato del Frente Amplio Progresista y el legislador Sergio Abrevaya.

Los dardos de Carrió no apuntaron solamente contra sus detractores internos. Reivindicó su estrategia de no hacer alianzas disparando contra el “internismo” de la UCR, el FAP y el peronismo disidente de Duhalde: “En el cuarto oscuro tiene que estar la puerta de Cristina Kirchner y la puerta de la corporación política, tanto la que va a acordar con ellos y darle quórum como la que va a mantener los negocios de la provincia de Buenos Aires. Pero también tiene que estar la puerta de la lista 47, que es la de la nación grande, la de la dignidad, la república, la transparencia y el desarrollo económico”.

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