EL PAíS › PRIMER PASO PARA EL JUICIO POLITICO A BOGGIANO

En busca del último menemista

La Comisión de Juicio Político de Diputados, por unanimidad, aprobó los cargos formulados contra el juez de la Corte. Antonio Boggiano podrá hacer su descargo el 21 de octubre.

 Por Eduardo Tagliaferro

El 21 de octubre, Antonio Boggiano tendrá que hacer su descargo frente a la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados. Por unanimidad, los diecisiete legisladores que ayer estuvieron presentes en la reunión de comisión decidieron formular once cargos contra el ministro de la Corte en tres casos. Dos de esos casos son los mismos por los que se acusó al ahora destituido Eduardo Moliné O’Connor y fueron conocidos como las causas Macri y Meller. El otro caso había formado parte de la acusación contra Adolfo Vázquez, otro ex integrante de la denominada mayoría automática del menemismo, y remite a las sanciones disciplinarias aplicadas contra la jueza Haydée Dragonetti de Román.
Como están las cosas, salvo un milagro o una fuerte señal política de apoyo en favor del magistrado podría frenar una acusación que está al caer. Cuando comenzó a rumorearse la posibilidad de que la comisión avanzaría sobre este magistrado, desde algunos despachos de la Rosada se insistió con que “Boggiano no es lo mismo que Julio Nazareno”. Con esto se pretendía presentar a este cortesano, que ingresó a la Corte cuando Carlos Menem amplió de cinco a nueve el número de jueces y del que siempre se dijo que fue impulsado por el entonces monseñor Antonio Quarracino y el nuncio Ubaldo Calabresi, como un intelectual al que por su resonancia en ámbitos internacionales no era recomendable acusarlo.
Legisladores de la comisión que dialogaron con este diario nunca ocultaron su enojo por esos trascendidos. Para ellos acusar a Boggiano era una cuestión de lógica y de equidad. “No se puede medir con dos varas distintas un mismo comportamiento”, respondió el titular de la comisión de enjuiciamiento, el tucumano Ricardo Falú. Frente a los medios que seguían la reunión de la comisión, Falú también adelantó el resultado de este proceso. “Por un principio de coherencia, siendo igual la conducta de Boggiano que la de otros miembros de la Corte, todo hace prever un dictamen acusatorio”, comentó.
También negó haber recibido alguna sugerencia velada o alguna presión por parte del Poder Ejecutivo en relación con el caso. Confió que le resulta “inimaginable que el Presidente de la Nación, a través de quien sea, pueda presionar a los legisladores”. Más bien todo lo contrario. Aseguró que el PE nacional se mantuvo “respetuoso y ajeno”.
Los cargos provisionales formulados ayer por la comisión son once. Tres por el caso Meller, cinco por la causa Macri y tres por la sanción aplicada a Dragonetti de Román. Sanción que excede las facultades del alto tribunal e invade las atribuciones del Consejo de la Magistratura.
En el caso Meller se le imputa al ministro de la Corte haber legitimado un proceso administrativo fraudulento, negar la vía judicial de revisión de una resolución del Tribunal Arbitral de Obras Públicas, que compromete al Estado en cifras millonarias, y abdicar arbitrariamente a su responsabilidad de efectuar el control de constitucionalidad. “La situación de Boggiano en el caso Meller es más comprometida que la de Moliné o la del propio Nazareno”, confió a este diario uno de los diputados de la comisión. “En principio, el autor del fallo Meller fue Boggiano, luego Nazareno adhirió con su firma”, agregó el legislador. Antes de fallar en el caso Meller, en una causa similar contra la ex ENTel. seguida por la contratista AION, Boggiano había dicho todo lo contrario. Había sostenido que la revisión judicial era pertinente.
La contundencia de la votación de la comisión también tiene su lectura. En este punto el bloque peronista aparece unificado. Algo que no ocurrió en las acusaciones contra Moliné o Vázquez. Por distintas razones, en esos casos algunos peronistas entendían que se estaba acusando a uno de los suyos. Algo que no ocurre en el caso de Bo- ggiano, al que también los duhaldistas quieren acusar.
Más que uno de los suyos, Boggiano es un hombre de fuertes vínculos con la Iglesia. Es un secreto a voces su simpatía con el Opus Dei. En 2003, cuando el nuncio Adriano Bernardini apenas llevaba tres meses en el país, en una mesa social que reunía a amigos de la Iglesia, entre los que se encontraba algún legislador, el delegado del Papa no pudo con la curiosidad y preguntó por la suerte de Boggiano. Lo hizo luego de haber hecho un panegírico del juez. La respuesta fue cordial pero muy cortante.
El primero que parece haber comprendido el cambio de la relación de fuerzas es el propio Boggiano. En la Corte, quienes suelen tratarlo dicen que se lo ve preocupado por el juicio político. No es para menos: ¿qué diputado o senador puede pagar el costo político de frenar este proceso? Los del oficialismo seguro que no. Y ellos son mayoría en ambas cámaras. Antes de fin de año la acusación puede ingresar al Senado. Luego sólo faltará el fallo.

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La Comisión de Juicio Político que preside Ricardo Falú aprobó ayer los cargos contra Boggiano.
 
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