SOCIEDAD › RESCATAN A LOS TIROS A UN EMPRESARIO DE LA TABLADA

Secuestro y libertad express

Detectaron desde dónde se hacían las llamadas. Tras un breve tiroteo detuvieron a la banda y liberaron al empresario de 73 años.

 Por Raúl Kollmann

Vladimir Kosir, un esloveno de 73 años, empezó ayer el día de la peor manera. A las 5.30 de la mañana salió de su casa, en La Tablada, tomó un remise para dirigirse a su fábrica. Minutos más tarde, el vehículo fue interceptado por una banda que actuó con armas largas y varios hombres lo subieron, a los golpes, a una camioneta. Poco tiempo después, estaba atado a una cama en una casa de Lomas del Mirador, relativamente cerca del lugar donde lo secuestraron. A primera vista no se trataba de un secuestro express ya que la banda contaba con armas largas, un aguantadero y suficientes integrantes para mantenerlo cautivo. Sin embargo, de inmediato se pusieron a negociar con un hijo de Kosir, quien rápidamente hizo la denuncia. La División Investigaciones de la Bonaerense detectó en Ciudadela el locutorio desde el que se estaban haciendo los llamados extorsivos y detuvieron allí –con autorización del fiscal federal Holdano Rodríguez– a dos de los integrantes de la organización. Pocos minutos después irrumpieron en la vivienda en la que tenían cautivo a Kosir y tras un breve tiroteo liberaron al empresario y lograron detener a un hombre y una mujer. Otros dos secuestradores fueron aprehendidos minutos más tarde: uno dentro de la cucha de un perro y el otro subido a una palmera de la casa de un vecino.
–Tenés que hacer que tu familia pague 200.000 ya mismo –le dijeron, de entrada nomás, los captores al empresario.
–No, plata no tengo –se plantó Kosir.
–Tenés un millón y medio en el banco. Lo sabemos. Si no garpás te cortamos dos dedos de la mano.
–Me pueden cortar la mano entera. Plata no hay –siguió terco Kosir, quien más tarde contó que es muy posible que los secuestradores tuvieran un dato equivocado.
Mientras lo tenían atado a la cama, la banda llamó a Adrián, el hijo del fabricante. Lo hicieron desde dos locutorios, uno en Capital y el otro en Ciudadela. Empezaron pidiendo 200.000 pesos, siguieron con 80.000 y poco a poco el rescate fue bajando hasta 20.000, todo en una negociación frenética, con varias llamadas amenazantes. “Le vamos a cortar la gorra a tu viejo y después te vamos a ir a buscar a vos con un Fal y te vamos a partir al medio”, contó el hijo que le gritaron por teléfono. Adrián hizo la denuncia policial no bien se produjo el primer llamado.
Las escuchas permitieron determinar dónde estaba el locutorio de Ciudadela y allí fueron detenidos los primeros integrantes de la banda. El paso siguiente fue ubicar la casa donde Kosir estaba cautivo y, finalmente, un comando policial, dirigido personalmente por el jefe de Investigaciones, comisario Osvaldo Seisdedos, irrumpió en la vivienda de Mansilla 86, en Lomas del Mirador. Todavía no se había pagado el rescate.
Lo ocurrido volvió a poner sobre el tapete la estrategia frente a los secuestros, reavivando la polémica entre quienes dicen que la policía debe detener a los delincuentes no bien tiene una oportunidad y aunque la víctima esté cautiva y los que sostienen que hay que dejar que se pague el rescate, esperar a que liberen al secuestrado y recién después detener a la banda de secuestradores.
Un alto funcionario del Ministerio de Justicia bonaerense le dio a Página/12 las siguientes explicaciones. “Nosotros no tenemos ningún modelo preestablecido. En cada caso hay que analizar los riesgos y actuar de acuerdo con lo que se cree es el menor riesgo posible. Ayer, por ejemplo, irrumpimos para liberar a Kosir porque se trataba de una persona de mucha edad, que en manos de los secuestradores corría serios riesgos. Lo mejor era no esperar. Dos días antes, en el caso de Roxana Yevara, la mujer que fue rescatada por la Policía Federal en Escobar, también lo mejor era irrumpir: las pruebas de vida demostraban que los secuestradores estaban torturando a su víctima. Respecto de Kosir, por supuesto que actuamos deacuerdo con el fiscal Rodríguez. El fue clave en el procedimiento. También le pregunto: ¿qué hacemos cuando a una familia le piden un determinado rescate y esa familia no tiene el dinero? No queda otro camino que actuar a la primera oportunidad que aparezca, deteniendo a cualquier integrante de la banda. De la misma manera, le señalo otro caso. El miércoles tuvimos un hecho en el que se actuó distinto, el del empresario Rímolo, secuestrado en San Isidro (ver aparte). La fiscal Rita Molina quiso esperar a que se concretara el pago del rescate y a que la víctima fuera liberada. Después, afortunadamente, tuvimos la oportunidad de ubicar a los secuestradores y dos de ellos fueron detenidos. Le insisto, no hay regla. La única es evaluar los riesgos de cada caso y actuar en consecuencia.”
Habrá que esperar el final de los secuestros de Patricia Nine y Claudia Miranda, para seguir hablando de estrategias.

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Uno de los detenidos en el operativo en Lomas del Mirador.
 
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