EL PAíS › DECISION DEL KIRCHNERISMO DE VOTAR CONTRA LA DESTITUCION

Música para los oídos de Ibarra

La decisión política del Gobierno es que los tres kirchneristas de la Sala Juzgadora rechacen la destitución del jefe de Gobierno porteño. El voto en bloque garantizaría su vuelta a las funciones después del 10 de marzo.

 Por Diego Schurman

Para el común de los mortales aquel “amigo Aníbal” que Néstor Kirchner le regaló el martes a Aníbal Ibarra pudo ser un saludo circunstancial. Para los legisladores kirchneristas que deberán decidir la suerte del suspendido jefe de Gobierno porteño fue el epílogo de una decisión política oficial que los incluye y que –aseguran en la Rosada– se deberá traducir, a la hora de votar, en un rechazo a la destitución de Ibarra.

El mensaje del Presidente llegó sin ambages a los integrantes del Frente para la Victoria. “Todo el mundo tiene en claro cuál es la posición del gobierno nacional”, se repitió el lunes, en una reunión del bloque K, a la hora de abordar el juicio a Ibarra. Si los tres integrantes que el kirchnerismo tiene en la Sala Juzgadora cumplen con el deseo presidencial, el suspendido jefe de Gobierno volverá a tomar las riendas de la ciudad tras la votación del 10 de marzo.

La orden que la Casa Rosada bajó al trío K –o sea, a Sebastián Gramajo, a Elvio Vitali y también a Helio Rebot, aunque no haya estado en la reunión de bloque– trascendió en una comida reservada que el titular de Cascos Blancos, Gabriel Fuks, organizó anteanoche en Lapeña Billar Club, en Solís 1154, para sumar masa crítica kirchnerista en la ciudad.

Dentro del universo K, Fuks no es precisamente un ibarrista. Por el contrario, es abiertamente crítico de su gestión (“convivió con lo que vino a cambiar”, dijo durante el asado) y lo considera huérfano de generosidad con la Casa Rosada (“Kirchner le hizo ganar la reelección y él piensa que la ganó él). Más aún, Fuks hubiera preferido que el vicejefe Jorge Telerman siguiera al mando.

Sin embargo, el dirigente de Cascos Blancos no mostró fisuras a la hora de cuestionar el juicio político que se lleva a cabo a Ibarra y –según dijo– sobre su funcionalidad a la derecha del distrito. Y en eso coincidieron dirigentes de las distintas vertientes del kirchnerismo que se hicieron presentes.

Se vio allí a Mercedes Marcó del Pont, flamante diputada de la lista que confeccionó el titular del PJ de la ciudad y jefe de Gabinete, Alberto Fernández. También estuvo Donato Spacavento, el secretario de Salud porteño, quien se fue antes del postre, atento a los incidentes que se produjeron en el recital de los Rolling Stones en el estadio de River.

El juicio a Ibarra, y sus derivados, apareció en la mesa como un tema inevitable. El anfitrión, que convocó a la comida bajo el lema “Una ciudad para todos”, entendió que tanto la crisis porteña como el conflicto con las papeleras, por nombrar sólo dos ejemplos, modificaron la agenda política que confeccionó el kirchnerismo tras las elecciones de octubre. Por eso invitó a recuperar la iniciativa y prepararse para otras discusiones de mediano plazo, como la de las comunas.

De todos modos, por una u otra razón, la necesidad de pensar en el 2007 –o sea, en el sucesor de Ibarra– se hizo inevitable. Si semanas atrás, bajo el paraguas de Compromiso K, Juan Carlos Dante Gullo llamó a “abrir el PJ” y dejó que hombres cercanos promovieran la candidatura de Telerman, Fuks directamente pidió un lugar en la mesa de discusión para un entramado de organizaciones sociales que, a pesar de responder orgánicamente al partido y haber participado activamente en la campaña, no encuentran eco en la superestructura.

Luego del abierto respaldo de Kirchner a Ibarra, un discurso que replicó ayer su vocero extraoficial, el flamante funcionario Luis D’Elía, la candidatura de Telerman comenzó a relativizarse, incluso para los hombres que responden al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. En rigor, desde antes hubo cierto repliegue sobre el respaldo al vicejefe de Gobierno porteño en ejercicio. Pero fue el resultado de una orden del más alto nivel, ya que el tema no hacía más que atizar la interna entre Zannini y Fernández, dos de los integrantes de la mesa chica del poder. Es sabido que el jefe del Gabinete y Telerman no hacen buenas migas. Lo que pocos conocían era que, según se comentó en el asado de Lapeña Billar, Fernández imagina como candidata para el distrito a la actual titular del PAMI, la ex arista Graciela Ocaña.

A Fuks lo acompañaron en la cena dirigentes como Lito Borello (Comedor Los Pibes), Roberto Porcaro (compromiso K), Fernando Gómez (Movimiento Evita), Julio Fernández (Patria Libre), Pedro Cámpora (asesor del Ministerio de Trabajo de la Nación), Julio Fernández (Patria Libre), Quito Aragón (Martín Fierro), Pepe Azcurra (Farmacia), Jorge Ortiz (Coordinadora 26 de Julio), Humberto Saba-ttini (Proyecto Popular), Patricio Barbato (Frente Social Porteño), Juan Cabandie (de la dirección de la juventud del Ministerio de Desarrollo Social), Luis Ostrej (gerente general de la Secretaría de la Vivienda de la ciudad), Juan Pablo Dezailles (Frente Transversal Nacional y Popular) y Gustavo Morán (asesor de la Secretaría de Desarrollo de la ciudad), entre tantos otros.

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Kirchner con su “amigo Aníbal”. La frase del martes explicitó el apoyo al jefe de Gobierno.
 
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