EL PAíS › LA DEFENSA DEL TURCO JULIAN PIDIO SU ABSOLUCION

El libreto de un represor

En silencio, el represor Julio Simón, alias “El Turco Julián”, escuchó cómo sus abogados defensores pidieron su absolución en el juicio en el que se le imputa el secuestro y desaparición de José Poblete y Gertrudis Hlaczik y la apropiación de su hija Claudia Victoria Poblete. Los defensores solicitaron subsidiariamente, en caso de que el Tribunal no comparta sus argumentos, que se lo condene a una pena menor a la pedida por la querella (50 años) y la fiscalía (24 años), a las que consideraron “inusitadas”. Durante una hora y media, los abogados fundamentaron su pedido y recordaron que Simón fue testigo de identidad reservada en la causa AMIA.

En la causa que dirigió el ex juez Juan José Galeano, Simón declaró como “testigo B” e intentó vincular el atentado a un sobreviviente de los centros clandestinos de la última dictadura, Mario Villani. “Esa es otra de las de Galeano: para investigar el atentado antisemita más grande de la historia, contactó a uno de los más grandes antisemitas de la historia”, explicó a Página/12 el abogado Pablo Jacoby, que representó a Memoria Activa en la querella de la causa AMIA. El represor se paseaba entre los detenidos con una esvástica y se ensañaba especialmente con los judíos.

En el juicio oral por el atentado en la mutual judía, el Tribunal Oral Federal 3 levantó la confidencialidad. “Yo había quedado sin trabajo y con un muchacho de la colectividad vendía guantes mágicos”, declaró Simón. “Y ahí veo una persona llamada Villani, que armaba los explosivos de los Montoneros. Me pareció raro, teniendo en cuenta que esa organización tenía una fábrica de exógenos en el Líbano y tenían contactos con el Hezbolá, el Hamas y todas las organizaciones terroristas”, sostuvo el represor. Lo que no detalló es que a Villani lo había conocido cuando estaba detenido ilegalmente.

Los defensores oficiales Eduardo Dromi, Germán Canevaro y Paola Bigliani sostuvieron que no está probado que el represor haya participado de los secuestros, torturas y asesinatos. Canevaro apuntó a intentar probar que el delito que se juzga ya prescribió, pese al fallo de la Corte Suprema precisamente en el “Caso Simón”. “La violación de un niño de dos años también es un hecho muy grave, pero no es un delito de lesa humanidad”, argumentó Canevaro contra ese fallo. “Es una muestra de la falta de seguridad jurídica que reina en el país: se sancionan leyes que luego deroga el mismo Congreso”, opinó. Luego volvió sobre la idea de que existía “la sensación que se vivía una guerra y Simón se sintió protagonista y recibía órdenes”. Bigliani consideró que el culpable de la apropiación de Poblete podría ser el represor Juan Antonio “Colores” Del Cerro, ya fallecido. “No es que querramos echarle la culpa al muerto”, aclaró. El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el 2 de agosto, cuando se escucharán las réplicas.

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El represor Julio Simón, conocido como El Turco Julián.
Imagen: Rolando Andrade
 
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