EL PAíS › EL PAPA ENVIO UNA CARTA EN LATIN AL OBISPO CASTRENSE

Dilectus amicus Basseotum

Ayer Baseotto cumplió 75 años. Se esperaba que el Vaticano aceptara su renuncia. Pero Benedicto XVI le envió un mensaje de felicitación tratándolo como “venerable hermano”.

 Por Washington Uranga

Cuando las expectativas estaban centradas ayer, 4 de abril, en el posible anuncio vaticano de la aceptación de la renuncia del obispo Antonio Baseotto, la agencia católica AICA difundió una salutación que el papa Benedicto XVI le hizo llegar al titular del obispado castrense con motivo de la celebración de los cincuenta años de su ordenación sacerdotal, el 6 de abril de 1957. El Papa se refiere a Baseotto como “venerable hermano”, un tratamiento que es habitual entre los obispos y que sin embargo aparece resaltado en el cable de la agencia noticiosa católica. En la misma información se consigna que Ratzinger le escribió al castrense una “epístola autógrafa” y enteramente en latín.

La nunciatura apostólica, embajada de la Santa Sede en la Argentina y canal habitual de comunicación entre Roma y los obispos, fue la encargada de hacerle llegar a Baseotto la carta papal. Por ese motivo la información oficial precisó que el saludo de Benedicto XVI llegó por “vía diplomática”.

Baseotto, que cumplió ayer 75 años, presentó la renuncia a su cargo, tal como lo establecen las normas eclesiásticas para los obispos que alcanzan esa edad. Es potestad del Papa aceptar de inmediato la dimisión o bien postergar esa decisión permitiendo la continuidad en el cargo del obispo más allá del límite de edad establecido por las normas. En la Argentina se han planteado diferentes situaciones al respecto. Mientras el ya fallecido cardenal Raúl Francisco Primatesta permaneció largo tiempo en el ejercicio de sus funciones, al obispo de Iguazú (Misiones), Joaquín Piña, le fue aceptada la renuncia de manera inmediata.

Tanto en medios oficiales como en la propia Iglesia se sigue aguardando para estos días un anuncio vaticano acerca de la renuncia de Baseotto y, eventualmente, con la noticia de su sucesor. Hace ya dos años que el gobierno del presidente Néstor Kirchner le quitó a Baseotto todo reconocimiento oficial. La postergación de la fecha de la renuncia causa sensible malestar en filas del Gobierno, aunque se sabe que la terna de candidatos a suceder a Baseotto ya marchó a Roma por la misma vía diplomática por la que ahora le llegó al obispo castrense la salutación papal. En dicha terna, que ya contaría con el acuerdo del gobierno argentino, estarían incluidos los obispos Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús) y Carlos Malfa (Chascomús).

En la carta de saludo a Baseotto, de aproximadamente veinte líneas, el papa Benedicto XVI menciona algunos momentos de la vida del obispo castrense, recordando entre su ordenación sacerdotal y su designación como obispo de Añatuya (Santiago del Estero), para lo cual, dice Raztinger, Juan Pablo II tuvo en cuenta “sus especiales dones humanos y cristianos, y su particular prudencia”. Según el Papa, el obispo Baseotto cumplió “con diligencia” su misión durante los diez años que permaneció al frente de la diócesis santiagueña.

En otro párrafo de la misiva, Benedicto XVI pone énfasis en la “interpretación recta de la doctrina de la Iglesia, con la cual impregnó toda su obra, a sus sacerdotes y a los fieles que le fueron confiados” y felicita a Baseotto por “la dedicación al cuidado y progreso espiritual de los soldados y de sus familias”, desde que fue nombrado obispo castrense, en 2002. Ratzinger cierra su carta en latín con “especial afecto” y la bendición al obispo, que también extiende a “los amados hijos del obispado castrense de la Argentina”.

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El papa Benedicto XVI saludó a Antonio Baseotto por sus cincuenta años como sacerdote.
 
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