EL PAíS › COMENZO LA AUTOPSIA DEL REPRESOR HECTOR FEBRES

Por ahora, una obra divina

 Por Adriana Meyer

A Héctor Febres no lo mataron de un balazo ni lo ahorcaron ni le inyectaron algo mortal, ni se suicidó con una soga, y nada indica que se haya resistido ante un agresor. Estas son las deducciones preliminares que arrojó la primera inspección ocular del cadáver del represor, que apareció muerto en su lugar de detención en la Prefectura de Tigre. Página/12 pudo saber que en la primera parte de la autopsia los expertos detectaron que la imagen cardíaca coincide con la de un infarto, por lo que, en principio, una de las fuentes consultadas afirmó que “todo parece indicar que fue una muerte natural”. Sin embargo, uno de los peritos intervinientes consideró que, “aunque por ahora no apareció nada concreto, falta mucho por hacer para empezar a descartar posibilidades”. De hecho, los resultados de los análisis toxicológicos e histopatológicos estarían recién en 20 días. En un hecho inusual, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado que investiga la muerte dudosa de Febres participó del procedimiento en la Morgue Judicial, que continúa hoy a las 9.30. En tanto, los investigadores siguen sumando elementos respecto de los privilegios que tenía Febres mientras estuvo preso por delitos de lesa humanidad: se permitió festejar el bautismo de un familiar con 50 invitados y en su habitación fueron encontradas botellas de alcohol.

Los organismos de derechos humanos se cansaron de reclamar a la Justicia y al poder político que los represores sean alojados en cárceles comunes y no en dependencias militares o de fuerzas de seguridad. En el caso de Febres, detenido desde diciembre de 1998 cuando el ex juez Adolfo Bagnasco lo imputó en la causa sobre la apropiación sistemática de menores, estaba a disposición de sus propios compañeros de la Prefectura mientras se sustanciaba el juicio oral por los delitos que cometió en la ESMA, cuya sentencia se iba a conocer mañana.

Pasaron varias horas hasta que su cuerpo fue descubierto, el lunes pasado. Los guardias recién detectaron que pasaba algo cuando no acudió a desayunar, dado que el reo decidía a qué hora lo hacía. No pasaba sus días y noches en una celda o un pabellón sino en un departamento de dos ambientes, contaba con un teléfono celular, televisor y DVD, y gozaba de visitas sin límite que podían ingresar alimentos u objetos varios sin ser revisados. Página/12 averiguó que recientemente acudieron a la sede Delta de la Prefectura Naval, en Lavalle 13, unos cincuenta invitados para festejar el bautismo de una de sus nietas. Por otra parte, en su habitación fueron encontrados vasos y botellas de bebidas alcohólicas, una de ellas del aperitivo Cinzano. Estos datos, más allá de su valor para determinar las causas de la muerte del represor, alarmaron a los representantes de sus víctimas, que preparan algún tipo de demanda a nivel institucional. Lo mismo ocurrió este año cuando Página/12 reveló los privilegios de los que gozaban los represores presos en la cárcel de Marcos Paz, lo que provocó el desplazamiento del jefe del Servicio Penitenciario Federal.

Para sorpresa de los peritos y otros funcionarios de la Morgue Judicial, la magistrada que investiga la muerte de Febres acudió a presenciar el procedimiento –acompañada por el fiscal federal de San Isidro Alberto Gentili– que comenzó pasadas las 7 y duró unas tres horas. Según pudo reconstruir este diario, los forenses procedieron a la extracción de diferentes partes del cadáver, uñas y brazos, para realizar los análisis correspondientes. Hoy harían lo mismo con el objetivo de obtener las muestras para los estudios toxicológicos, cuyos resultados no estarían antes de 20 días, aunque otra fuente estimó que podrían ser 40. Mañana seguirían con las extracciones necesarias para los exámenes histopatológicos, que serán congelados hasta el momento de ser analizados. Otro de los datos que establecieron ayer se refiere a la condición de diabético de Febres: los peritos determinaron que no era dependiente de la insulina.

Por otra parte, el Tribunal Oral Federal 5, que llevaba adelante el juicio contra Febres por privación ilegal de la libertad y tormentos en cuatro casos ocurridos en la ESMA, aún no respondió al pedido del abogado Rodolfo Yanzón de dar a conocer los fundamentos de la sentencia que hubieran emitido mañana. Sin embargo, trascendió que rechazarían la pretensión del letrado que apuntaba a mitigar en parte la impunidad provocada por la muerte del represor, a apenas cuatro días de una segura condena.

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Los querellantes de la causa ESMA estuvieron en la morgue.
 
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