EL PAíS

La mirada de los especialistas

HUGO SPINELLI *.

“El remedio, bien social”

“El uso racional de medicamentos está vinculado con la concepción misma del medicamento, en tanto se entienda a éste como un bien social. Si es percibido como un bien de mercado, el medicamento debería dejarse librado a las leyes del mercado. Si, en cambio, se concibe como un bien social, debe considerarse prioritario el uso social del medicamento. Respecto de la importancia de los laboratorios públicos, el tema de la eficiencia no es menor si tenemos en cuenta que con el incremento de laboratorios públicos, los precios podrían reducirse considerablemente. Si lo pensamos en términos de soberanía, la producción de medicamentos es fundamental para establecer una identidad como país productor. A nivel mundial, hay que recordar el debate que se produjo hace unos años sobre la producción de medicamentos para combatir el virus del VIH. Brasil fue uno de los países que hicieron caso omiso a las leyes de patentes. Argentina gasta el 9 por ciento del PBI en salud. De esa cifra, un 20 por ciento se gasta en medicamentos. Por ello, considero que no debería ser un tema menor en la agenda nacional. Existen en nuestro país grandes problemas de inequidad respecto del acceso a la salud y, por ende, a los medicamentos. Si Argentina estimulara la producción pública de medicamentos esta cuestión mejoraría sustancialmente. Si utilizamos la concepción de libre mercado, el sector público podría competir con el sector privado. ¿Acaso no somos los paladines del mercado y la competencia? En septiembre del año pasado, una propuesta para la implementación de laboratorios públicos fue impulsada por la Secyt y por el INTI. Es necesario que el gobierno nacional se involucre en estos temas, impulsando la creación de estos laboratorios. Sobre experiencias de laboratorios públicos en la región, es necesario tomar en cuenta la experiencia de Brasil que, con la Fundación Osvaldo Cruz –polo de ciencia y tecnología contemporáneo del Instituto Malbrán–, no sólo produce medicamentos sino también vacunas para toda América latina. La producción de medicamentos implica un proceso que no se da de la noche para la mañana. En esto, puede que Brasil nos lleve una buena ventaja. Ahora, en el mercado nacional, la participación que tiene el sector público en la producción es ínfima. Desde la anterior gestión del Ministerio de Salud no hubo una política para beneficiar esta producción sino más bien se obstaculizó. Y la política de genéricos nada tiene que ver con la producción de medicamentos del sector público”.

* Director de la Maestría en Epidemiología, Gestión y Política de Salud de la Universidad Nacional de Lanús.



PEDRO CAZES CAMARERO *.

“Cuestan 30 veces menos”

“Los medicamentos tienen un objetivo que es prevenir, curar o aliviar las enfermedades, y no deben ser objeto de transacciones comerciales o de uso indebido como drogas o estimulantes. Existe una fuerte contradicción entre el carácter de mercancía, en una sociedad capitalista como ésta, y el carácter de bien social de naturaleza inalienable de un objeto destinado a la salud. Por ejemplo, un médico que trata a un anciano se ve fuertemente influenciado, por las pautas publicitarias, a prescribir medicamentos inútiles o dañinos. En la práctica, no hay legislación para prohibir estas publicidades. En la Argentina existe un grupo de profesionales (Gapurmed) que se unieron para impulsar el uso racional de medicamentos. La existencia de los laboratorios públicos forma parte de esa concepción de los medicamentos como bienes sociales y no como mercancías. En Argentina, hay aproximadamente 40 o 45 laboratorios destinados a la producción pública de medicamentos que pertenecen al Estado nacional, a los estados provinciales o a los municipios. Esos laboratorios se dedican a producir, con bastante éxito, remedios que también son fabricados por los laboratorios privados. En general, el costo de producción de los laboratorios públicos es mucho más barato en relación con el precio con el que los laboratorios privados lanzan los medicamentos al mercado. Hace tres meses, y gracias a la participación de la Secyt y el INTI, se formó la Red de Producción Pública de Medicamentos para, entre otros objetivos, mantener la calidad, volver accesibles los costos y colaborar entre los centros productores de estos insumos. En mi caso, dirijo uno de esos centros de producción, un laboratorio que funciona en el Hospital Posadas, donde satisfacemos una parte muy importante de las necesidades de los pacientes ambulatorios y de los internados. Nos gustaría ampliar esta producción y colaborar con otros centros. Por otra parte, esta producción podría actuar como un atenuante de los precios de los medicamentos, como ocurre en Brasil. Tenemos medicamentos en el Hospital Posadas que cuestan 0,05 centavos y que en los kioscos se venden a 0,75 centavos. Barex nos cuesta 3 pesos para producirlo y se vende a 53 pesos en las farmacias. Las diferencias son a veces de 5, 10 y hasta 30 veces el costo de producción. En nuestro país, durante el ministerio de Ramón Carrillo, existían laboratorios que producían medicamentos de forma pública. La capacidad extorsiva de los laboratorios ha producido, incluso, caídas de gobiernos como el de Illia.

* Jefe del Laboratorio de Producción de Medicamentos del Hospital Posadas.

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