EL PAíS › A PESAR DEL BUEN CLIMA, HAY TIRONEOS POR EL DOCUMENTO FINAL

Una declaración complicada

Los países del ALBA, liderados por Hugo Chávez, plantearon su rechazo al texto, al que consideran un retroceso. En la comitiva argentina coinciden en que da marcha atrás con cuestiones plasmadas en la cumbre de Mar del Plata. Tratarán de ponerse de acuerdo.

 Por Fernando Cibeira

Desde Puerto España

Los presidentes que participan de la cumbre buscarán hoy llegar a un acuerdo sobre la declaración.

Es un misterio qué sucederá hoy en el cierre de la Cumbre de las Américas respecto de la declaración final. Supuestamente tiene que salir por consenso, pero los siete países que integran el ALBA, el grupo creado por Hugo Chávez, ya plantearon su rechazo al documento al que consideran un retroceso. El misterio fue que ayer, durante la larga sesión en la que los presidentes deliberaron, nadie dijo esta boca es mía y el documento no se discutió. “Es que no quieren romper el buen clima que se creó”, explicaba un integrante de la comitiva argentina. Anoche, aseguraban haber visto irse caminando por un pasillo a Chávez con el primer ministro de Trinidad y Tobago, el anfitrión Patrick Manning, seguramente viendo cómo le podían encontrar una solución.

Las declaraciones de las cumbres suelen ser un compendio de buenas intenciones que casi nunca tienen efecto concreto y que así tan pronto como se difunden se olvidan. Eso, siempre y cuando no haya controversia sobre algún punto, lo que entonces cambia el panorama. Así pasó en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, cuando un punto del documento disparó el conflicto entre Estados Unidos y sus socios con el resto.

En esta ocasión es diferente porque no hay ánimo de pelea sino todo lo contrario: prevaleció una concordia que pocos hubieran imaginado. Por ejemplo, con Barack Obama matándose de risa de muchos de los pasajes del discurso de Hugo Chávez. “Obama, I want to be your friend”, le insistió el venezolano en su discurso de ayer durante la sesión. Más serio, también pidió que se impulsen los cambios de los que tanto se habla. “Si no cambiamos, morimos. Cambio o muerte, no perdamos tiempo”, tiró.

Chávez recordó que la Cumbre de las Américas había sido creada para extender el ALCA a todo el continente y que ese proyecto fracasó hace cuatro años en Mar del Plata. “Ahora hay que ver cómo seguimos para adelante”, insinuó. El consenso general fue poner manos a la obra en un proyecto productivo americano, aunque aún difuso. “Quiera Dios que todo lo que ha cambiado en las actitudes y en los discursos en esta cumbre pueda traducirse en políticas y hechos concretos”, se esperanzó Cristina Kirchner en el cierre de su participación en las sesiones plenarias.

Hoy, los presidentes realizarán a la mañana un “retiro” en la residencia del primer ministro de Trinidad y Tobago. Luego está prevista la difusión de la meneada declaración que amenaza echar a perder tantas ondas de amor y paz. En la comitiva argentina, en voz baja, coincidían con Chávez en que el documento significa un retroceso. “Si se lo compara con el de Mar del Plata, está atrás en muchas cuestiones”, marcaban. Hoy verán los presidentes cómo lo resuelven antes de subirse a los aviones.

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