EL PAíS › LA OPOSICIóN SE PRONUNCIó EN CONTRA, PERO POR DISTINTAS CAUSAS

Cada uno con su motivo

Carrió consideró que se montaba un “escenario tramposo”. Para De Narváez, favorece al clientelismo. Para Morales y los socialistas, no es el momento. Felipe Solá la consideró inconstitucional y también incompleta.

Los referentes opositores fueron unánimes a la hora de rechazar el proyecto de reforma política que presentó ayer la Presidenta. Mientras que Elisa Carrió utilizó esa excusa para convocar a su propia conferencia de prensa, en la que atacó con virulencia al gobierno nacional, Francisco de Narváez, Gerardo Morales y Felipe Solá, entre otros, hicieron públicas sus diferencias con la iniciativa propuesta por la Casa Rosada.

Acompañada por sus círculos de mayor confianza (los diputados Adrián Pérez, Elsa Quiroz, Patricia Bullrich y Héctor “Toti” Flores, más el dirigente Gerardo Conte Grand, responsable de la “pata peronista” de la Coalición Cívica), la chaqueña advirtió que “el objetivo es mantener en la esclavitud social a millones de pobres para ganar después de una supuesta interna abierta”. Además, le pidió a la Presidenta “que deje de montar escenarios mentirosos al servicio del mantenimiento del poder” y “reconozca que ha perdido las elecciones”. La titular de la CC señaló que Cristina Fernández “miente sistemáticamente” y “está destruyendo la Nación” y concluyó indicándole a la Presidenta: “No puede ser que si usted ha sido elegida por el pueblo, gobierne la nación un usurpador como es su esposo”.

Por su parte, el diputado Francisco de Narváez sostuvo que el proyecto oficial “sólo favorece las prácticas del clientelismo, el poder de los aparatos y fortalece el sistema de apriete a los gobernadores e intendentes” por parte del Poder Ejecutivo. “La reforma impide el cambio, porque pone trabas a la posibilidad de competir de los nuevos partidos y los candidatos independientes –explicó el empresario–. Este es otro proyecto hecho a la medida de Néstor Kirchner.”

Su compañero de lista en las últimas elecciones y pretendiente a la Presidencia, Felipe Solá, consideró que “la reforma política no es un tema urgente” y que es anticonstitucional “que se obligue a la gente a votar en una interna”. “Es un proyecto a medias, porque no contempla la implementación del voto electrónico ni la eliminación de las listas sábana”, advirtió.

Gerardo Morales, el titular de la UCR, estuvo más mesurado al indicar que “sin lugar a dudas es necesaria una reforma electoral que otorgue el máximo de transparencia al financiamiento de las campañas”, pero se permitió ironizar: “Es saludable que los inventores de las colectoras, los promotores de las rupturas y los reyes del transfuguismo vengan ahora con una iniciativa por la transparencia y la democracia”. Sin embargo coincidió con Solá en que “no forma parte de la prioridad” en la agenda parlamentaria. “No creemos que la gente esté caminando por las calles cortándose las venas por la reforma electoral”, graficó el jujeño.

El Partido Socialista, aliado a la UCR en el ámbito del Acuerdo Cívico y Social (ACyS), a través de la jefa de su bancada de diputados, Silvia Augsburguer, coincidió en que “no es urgente” tratar el tema en estos momentos, que deberían ser aprovechados para aprobar un ingreso universal a la niñez.

“La verdadera reforma política es sacar a los pobres de la pobreza para que puedan votar con el corazón y no con el estómago”, aseguró el economista Alfonso Prat Gay. “Si bien hay puntos que pueden ser positivos, como las internas abiertas, el fortalecimiento de los partidos y los límites al financiamiento –concedió el economista–, falta discutir muchos puntos más, como la boleta única y las campañas oficiales.” Mientras que su futura compañera de bancada, Patricia Bullrich, criticó que “no se habló de las candidaturas testimoniales, del uso de los recursos públicos, no se habló de la publicidad oficial” en el proyecto que presentó Cristina Fernández. “El clientelismo es un elemento estructural que se mantiene y la estructura del poder está absolutamente intacta –se explayó la ex ministra de Trabajo de De la Rúa–. Llamar reforma política al anuncio de la Presidenta es no entender lo que es una reforma política.”

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A Francisco de Narváez, Gerardo Morales, Elisa Carrió y Felipe Solá no les gustó la reforma.
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