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El derrotero judicial

Beccaluva contó por primera vez su historia en un juzgado de Ushuaia en el año 2006, cuando lo relevaron del secreto profesional. El juzgado pasó los datos a los tribunales federales. Estela Carlotto, de Abuelas de Plaza de Mayo, viajó a Ushuaia para pedirles a los jueces que investigaran a fondo el robo de bienes. La causa fue y vino de Ushuaia a Buenos Aires y está ahora por prescribir sin acción de la Justicia. Mientras tanto, en Buenos Aires hay un expediente en el juzgado de Sergio Torres donde Beccaluva también declaró. La Unidad Fiscal de Investigaciones (UIF) trabaja sobre esta trama y congeló los fondos de American Data SA y alguna de las empresas asociadas luego del allanamiento y aquella llamada a Astiz.

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