La última parte del puente que unía al glaciar Perito Moreno con la costa de la península Magallanes se desmoronó ayer a las 11.15. Finalmente, el derrumbe, del que sólo disfrutaron en persona no más de cien espectadores, se produjo tras una espera menor a la pronosticada por los especialistas del Parque Nacional Los Glaciares y burló a los canales de televisión que, a pesar de haber emplazado sus cámaras en el lugar desde el momento en que se produjo la primera fisura del bloque de hielo, no lograron captar imágenes del momento preciso. Sólo se pudieron ver algunas tomas filmadas por turistas.

La masa de hielo que mantenía unido al glaciar con la costa y que bloqueó durante seis meses la circulación de agua entre el brazo Rico y el lago Argentino comenzó a resquebrajarse el viernes pasado, un hecho inusual en invierno. Existe un solo antecedente de una caída en época invernal, que data de 1951 según los registros. Las últimas tres rupturas se produjeron entre febrero y marzo.

Sin embargo, el proceso de quiebre, que no suele tardar más de tres o cuatro días en completarse, pareció entrar en una pausa cuando los niveles de agua de ambos lados del puente de hielo se equilibraron, por lo que cesó la circulación y, con ella, la erosión de sus paredes.

Entonces, todo parecía indicar que el derrumbe total iba a tardar más días que lo habitual. Pero todo cambió de repente y, debido a su propio peso, el bloque que aún se mantenía suspendido sobre el canal de los Témpanos se desplomó por completo ayer a la mañana. El intendente del parque, Carlos Corvalán, precisó que “a las 11.15 terminó de caer” lo que quedaba del túnel.

El espectáculo ocurrió en un momento del día privilegiado para que los poco más de 100 espectadores que estaban en las pasarelas del parque pudieran observarlo sin obstáculos. Pese a esta ventaja, ninguna de las cámaras de los medios de comunicación que estaban emplazadas en el lugar a la espera del derrumbe lograron captar imágenes del momento crucial que, según Corvalán, “duró sólo unos pocos segundos”.

Además de los pocos espectadores que permanecieron en las pasarelas del Parque Nacional a la espera del gran momento –en su mayoría pobladores de las zonas aledañas– cerca de 150 mil internautas de 60 países pudieron seguir el derrumbe a través de la página de Internet creada por el gobierno de Santa Cruz.