SOCIEDAD › DOS POLICíAS PRESOS POR EL ROBO AL BLINDADO DONDE MURIERON DOS EFECTIVOS DE LA BONAERENSE

La conexión azul en la Panamericana

Están acusados de haber proporcionado la información necesaria para cometer el asalto finalmente frustrado. También fue detenido un bombero sospechado de incendiar los dos autos de la banda. Además, otras dos personas quedaron presas.

 Por Raúl Kollmann

Dos policías de la Bonaerense fueron detenidos ayer por haberle dado datos claves a la banda que perpetró el brutal ataque al blindado en la Panamericana el 23 de noviembre pasado. Los efectivos de San Nicolás, que ya habían hecho trabajos de custodia en esos blindados, les habrían indicado a los ladrones las medidas de seguridad que tenía el camión, el dinero que llevaba, la ruta y los puntos del trayecto en los que no había señal de Nextel, o sea que policías y custodios no podían pedir refuerzos. Los detenidos, Diego Rossi y Mauro Gallardo, ambos integrantes del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), se negaron a declarar ayer ante los fiscales y el juez. Todo indica que querrán ver los entrecruzamientos, escuchas telefónicas y, sobre todo, testigos de identidad reservada que los implicaron en el asalto. De confirmarse las sospechas, se estaría ante un nuevo hecho que prueba la relación entre policías y delito. Para colmo, en este caso, dos uniformados fueron asesinados en forma sanguinaria, aun antes del asalto. La otra ironía asombrosa que se produjo ayer fue la detención de un bombero, Adrían Aldao, de Florencio Varela. Además de que se le encontrara un arsenal de importancia, se lo acusa de realizar la tarea opuesta a su oficio: incendió los dos Ford Focus que se usaron en el ataque.

La investigación que llevó ayer a un total de cinco nuevas detenciones estuvo en manos del titular de Investigaciones de la Bonaerense, Hugo Matzkin, ahora ascendido a número dos de la fuerza, bajo la supervisión de los dos fiscales de Escobar, Christian Fabio y Facundo Flores, y convalidada por el juez de Garantías Luciano Marino. Cada paso fue vigilado por el nuevo auditor de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad, el ex fiscal Marcelo Pernici.

En principio, los policías detenidos ayer no participaron del asalto en forma directa. Una de las hipótesis es que el asesinato de los policías Darío Fabián García y Rubén Fangio, aun antes del ataque al blindado, se debía a que podían conocer a algunos de los asaltantes. Sin embargo, por lo que se sabe hasta ahora, ni Rossi ni Gallardo estuvieron en la Panamericana cuando se produjo la tentativa de robo al camión. Según los investigadores, la banda tenía escaso nivel de planificación y eficacia, por lo que ni siquiera contaban con los elementos para obligar a los custodios a abrir la puerta del blindado. En ese marco, se considera que les dispararon a los policías que iban en el auto acompañando al camión esencialmente para frenarlo, pero lo concreto es que luego fracasaron en el asalto. El camión llevaba 19 millones de pesos y 200.000 dólares, y durante el desenlace de los hechos, en el kilómetro 38 de la Panamericana, los ladrones frenaron el blindado, pero no pudieron obligar a los choferes y custodios del camión a abrirles la puerta.

Las detenciones prueban otra vez que una de las claves de cualquier política de seguridad tiene que asentarse en el control de los policías, íntimamente ligados con el delito. En los grandes casos siempre aparecen involucrados hombres de uniforme e incluso es vox populi la relación de policías con las bandas de piratas del asfalto y con desarmaderos.

En principio, la clave de la investigación realizada por los fiscales y por Investigaciones fue la llamada telemetría, es decir el movimiento de los celulares antes, durante y después del ataque. Trazando un mapa de cómo se movieron los atacantes, de dónde venían y hacia adónde huyeron, se establece qué celulares acompañaron ese recorrido. En este caso, ayudaron también datos surgidos de dos pesquisas anteriores.

Es que otros dos delincuentes detenidos ayer, Gustavo Fabián Díaz y Carlos Alberto Cortez, ya habían sido apresados en diciembre por la Policía Federal y la Fiscalía de La Boca acusados de haber querido robar camiones blindados de la firma Brinks, uno el 26 de julio en ese barrio porteño, y otro el 6 de septiembre, en San Telmo.

Ambos fueron ahora imputados en la causa de Escobar porque los cotejos balísticos demostraron que tanto en los dos intentos de robo en Capital Federal como en el asalto de la Panamericana se dispararon los mismos fusiles FAL.

Las escuchas telefónicas realizadas por la fiscalía de La Boca en el marco de las causas de Capital Federal también fueron útiles para que los fiscales de Escobar pudieran incriminar en su investigación al bombero Aldao, según confiaron las fuentes allegadas a la pesquisa. En la vivienda de Aldao se encontraron subfusiles, ametralladoras, municiones calibre 762 de FAL que resultaron de la misma marca y año de fabricación que las usadas en el ataque al blindado. La balística indicará si se trata de la misma partida, lo que terminaría de involucrar a Aldao con la banda. Por otra parte, el municipio de Florencio Varela sostuvo anoche que Aldao no revista allí como bombero voluntario.

Para los fiscales, el jefe de la banda fue Arturo “El Chivo” Guardo quien, por ahora, sigue prófugo. Su hijo, Diego “El Sucio” Guardo, que también habría participado del ataque, murió en un tiroteo en Los Polvorines a principios de febrero. De todas maneras, la aparición de uniformados en la banda abre grandes interrogantes sobre quiénes estuvieron verdaderamente detrás de la sangrienta intentona.

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Los policías de la Bonaerense detenidos pertenecían a la custodia de camiones blindados.
Imagen: Télam
 
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