SOCIEDAD › EL TEMPORAL CAUSO LA MUERTE DE AL MENOS DIECISIETE PERSONAS, DERRUMBES, CAIDAS DE ARBOLES Y CORTES DE ELECTRICIDAD

El día después, muerte, oscuridad y caos

En la ciudad de Buenos Aires se confirmaron al menos cinco muertos y otros once fallecieron en el conurbano, en su mayoría por aplastamiento. Centenares de familias quedaron a la intemperie y amplias zonas del Gran Buenos Aires permanecían anoche a oscuras. Medio millar de árboles caídos cortaron las calles.

 Por Horacio Cecchi

Si bien tenía un sentido de emergencia indiscutible, el tweet del Gobierno de la Ciudad que circulaba ayer por la red, el día después del temporal, sonaba paradójicamente como una ironía cruel: “#Temporal Si ves ramas o carteles a punto de caer, avisanos”. El mensaje, del sistema de llamados de emergencia de Atención Ciudadana, circulaba por Twitter mientras, en la Ciudad, al menos cinco personas habían muerto: tres por la caída del techo de una casilla precaria en la Villa 21 de Barracas, sobre la que se había desplomado un árbol, un hombre aplastado por una medianera en el barrio de Flores, y un gendarme, en su puesto del barrio Juan XXIII, en villa Soldati. El Gran Buenos Aires no le había ido en zaga: once muertos. La zona más golpeada, Moreno, aunque la situación era precaria en varios municipios. Se agregó un muerto por electrocución en Santa Fe. Y cantidades de árboles, techos y paredes caídos por doquier. El ministro de Ambiente y Espacios Públicos porteño, Diego Santilli, aseguró que “no fue tormenta sino tornado” y prometió que los trabajos de limpieza de calles se extenderán durante el fin de Semana Santa. Anoche, enormes zonas del Gran Buenos Aires seguían a oscuras. Mientras, los techos de chapa se transformaban en objetos preciados: en algunos lugares, los techos volados eran tomados por los vecinos para tapar sus propios huecos.

Azorados por el temporal, los vecinos de la Villa 21 reclamaban ayer que ningún funcionario del Gobierno de la Ciudad se había aproximado a ofrecerles ayuda. En el lugar, un árbol había caído sobre el techo de una casilla precaria que, a su vez, había aplastado a tres de los ocupantes provocándoles la muerte. Fue el primer saldo de la trágica tormenta que azotó la Ciudad y parte del conurbano. Después, la información aclararía que un hombre, en Flores, había muerto luego de que una pared medianera se le hubiera venido encima, producto de la fuerza del viento. En otras villas se reportaron más víctimas que hasta anoche no habían sido confirmadas oficialmente (ver página 5).

En la Ciudad, los rastros del temporal ayer por la mañana daban el toque de un paisaje revuelto, con enormes ramas a los costados de las aceras, cantidades de hojas acumuladas contra las bocas de tormenta y calles cortadas por caída de árboles. Según la estimación del ministro Santilli, medio millar de árboles fue arrancado de la vereda. Fueron cerrados los parques Avellaneda, Indoamericano, Rivadavia, Centenario y Plaza Irlanda, entre otros. El informe del gobierno porteño agregó que en Mataderos al menos cuatro locales, un restaurante y un supermercado sufrieron la caída de mampostería y rotura de vidrios. Glorias Argentinas, un antiguo club del barrio del sudoeste porteño, sufrió importantes destrozos y parte de su estructura cayó sobre los autos estacionados sobre la calle Bragado al 6800.

También resultaron afectadas las instalaciones de los clubes Boca Juniors, San Lorenzo, Huracán, Nueva Chicago y Barracas Central (ver página 25). En la Ciudad Deportiva de San Lorenzo, en el Bajo Flores, se cayó el techo de la cancha de hockey sobre patines y también el alambrado de la cancha de césped sintético, y en el estadio de fútbol quince escalones de la popular visitante fueron desprendidos por la fuerza del viento.

En el conurbano, once personas murieron, según confirmó el Consejo de Emergencia provincial, la mayoría por aplastamiento y algunos por electrocución. En Moreno, uno de los partidos más golpeados por el temporal, murieron cuatro personas (ver aparte). En Florencio Varela, un joven murió al derrumbarse parte de una estación de servicio abandonada bajo cuyo techo intentaba refugiarse. En Gonnet, en la calle 525, entre 25 y 26, una joven murió aplastada por un enorme eucalipto; y en Avellaneda, una mujer de 52 años falleció cuando le cayó encima un poste de alumbrado cerca del cruce de Carlos Pellegrini y la vía del Roca. En Isidro Casanova, La Matanza, un hombre fue aplastado por una medianera en la calle De los Incas al 3500, y en Quilmes las autoridades municipales reportaron la muerte de una persona. En los suburbios de Santa Fe, un adolescente, de 19 años, murió electrocutado al pisar un cable electrificado.

Precisamente el peligro de los cables eléctricos cortados bajo el agua fue el motivo esgrimido por las empresas eléctricas para explicar el corte de suministro en amplias zonas del conurbano. Edesur advirtió en un comunicado que las ráfagas de viento “provocaron severos daños en la infraestructura eléctrica aérea de la empresa en el Gran Buenos Aires”, lo que llevó a la decisión de suspender “el suministro con carácter preventivo” en zonas donde los cables cortados “podrían constituir un peligro” y proporcionó el número 0800-3-EDESUR para realizar denuncias al respecto. El gobierno nacional reclamó a Edesur y Edenor que “en el menor plazo posible repongan el suministro o serán pasibles de sanciones”. Anoche, enormes zonas del conurbano permanecían a oscuras pese a que las empresas de electricidad habían prometido que el 90 por ciento de los cortes sería subsanado ayer. Las autoridades municipales de Ituzaingó, Morón, Quilmes y Avellaneda denunciaban, en cambio, que entre un 60 y un 80 por ciento de los usuarios carecía de luz. Las seis comisarías de Varela, y las jefaturas de la zona durante la mañana de ayer no tuvieron electricidad y las comunicaciones se realizaban vía celular.

Mientras, en La Plata, la empresa Edelap, encargada del suministro en la zona platense, informó de cortes en sectores de La Plata, Berisso y Ensenada. También el servicio de agua potable sufrió problemas. ABSA, encargada del agua potable en 80 localidades bonaerenses, informó que la falta de electricidad afectó sus establecimientos y perforaciones, especialmente en Florencio Varela, Merlo, Moreno y Ensenada. A esta última localidad se despachó un camión cisterna que recorrió la zona; en Berisso se debieron cargar los tanques del Hospital Larrain; a Varela se enviaron diez camiones cisterna y se conectaron grupos electrógenos en dos perforaciones y en la planta depuradora del barrio Pepsi. A Merlo y Moreno fueron enviados cinco camiones.

Por su parte, el gobierno bonaerense informó que varias escuelas de La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Ituzaingó, Merlo, Moreno, Varela y Berisso habían sido muy afectadas y se buscaba reubicar a los chicos hasta que fueran reparados los daños.

Los municipios de Morón y de Berazategui declararon el estado de emergencia, mientras que ninguna de las intendencias del conurbano sur y oeste había estimado los daños. Como aporte de ayuda a los damnificados, ayer el Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Alicia Kirchner, trabajaba ya enviando a los distritos de General Rodríguez, Avellaneda, Ituzaingó, Moreno, Quilmes y Ensenada chapas, colchones, frazadas, ropa y zapatillas para ser distribuidos a los sectores más afectados. Y dirigía equipos interdisciplinarios a los municipios de Ezeiza, San Martín, Tres de Febrero, Merlo y La Matanza.

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En la ciudad de Buenos Aires, Mataderos fue uno de los barrios más afectados: una oficina perdió las paredes, y un club, el techo.
Imagen: DyN
 
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