SOCIEDAD › DETIENEN A LA PAREJA DE ERICA SORIANO, LA MUJER DESAPARECIDA HACE UN AñO Y NUEVE MESES EN LANúS

Acusado de homicidio y violencia familiar

El juez ordenó la detención del hombre, después de analizar las pruebas: un intenso intercambio de llamadas con un familiar, el día de la desaparición de la mujer, y restos de ropa de Erica en el hogar a leña de su vivienda.

A un año y nueve meses de la desaparición de Erica Soriano, la joven embarazada de dos meses y medio, en Lanús, fue detenido ayer su pareja, Daniel Lagostena. El fiscal Gerardo Loureyro lo acusó de “homicidio simple en concurso real con aborto, en el contexto de violencia familiar y contra la mujer”, y también señaló, como probables cómplices, a su sobrino, Brian Poublán, y a otros familiares, aunque todavía no se dispusieron medidas en contra de ellos. Entre las pruebas que comprometen a Lagostena hay una pericia psicológica, donde se lo describe como “golpeador y violento, que simula constantemente”, cruces telefónicos y restos de ropa de Soriano en la chimenea del hogar que compartían.

La medida fue ordenada por el juez de Lomas de Zamora Gabriel Vitale, a pedido del fiscal, tras reunir una serie de pruebas que descartan, en principio, las hipótesis que indicaban que la mujer, de 30 años, había sido secuestrada por redes de trata con fines de explotación sexual. El sospechoso, de 51 años, fue arrestado ayer por la tarde y trasladado a la División de Investigaciones de Lomas de Zamora, donde permanecerá hasta que el fiscal le tome declaración indagatoria, hoy a las 9.

Al ordenar la detención, el juez Vitale destacó que en el expediente, que consta de 70 cuerpos y 14.000 fojas, “se determinó que la última señal de vida de la víctima se dio en el domicilio de Lagostena, con quien mantenía una relación sentimental, por de más complicada y conflictiva, según testimonios de familiares y amigos”. Una fuente judicial indicó que el juez entiende que Soriano nunca salió de esa casa rumbo a la de su madre, como declaró Lagostena, y que podría haber sido asesinada dentro de la vivienda, el 20 de agosto de 2010, entre las 22 y las 5.

Según consta en la causa, esa tarde la pareja fue al médico y a las 21.14 Erica llamó a una amiga y le dijo que estaba yendo con Daniel hacia la casa de él. Esa fue la última vez que se supo algo de ella. Cerca de la medianoche, el ahora imputado intercambió mensajes con su sobrino Brian, con quien hasta entonces no tenía un trato cotidiano ni habitual. Luego, alrededor de las 5 del día siguiente, un teléfono celular a nombre de la madre de Brian se activó en Lanús, luego en la Costanera Norte, en Capital Federal y nuevamente en la localidad del sur bonaerense.

Los investigadores probaron que entre el teléfono de Lagostena y el de su sobrino se produjeron seis comunicaciones, que habrían establecido en el lapso en el que, se supone, se deshicieron del cuerpo. Otro dato valorado para pedir la detención es que el 21 de agosto, cuando la familia de Erica fue a la casa del hombre para saber sobre ella, encontró el hogar a leña de la casa encendido, pese a que ese día la temperatura era de 29 grados. En la chimenea, los peritos hallaron restos de una bombacha, por lo que se presume que el imputado quemó allí la ropa de su pareja.

También se encontró una mancha de sangre de una mujer debajo de una mesita ratona, pero como fue lavada esa zona no se pudo avanzar en el cotejo de ADN. Los familiares de Erica declararon que la ropa con la que la pareja de Erica dijo que había salido ella la encontraron en la casa, así como la cartera de la joven. Otro dato relevante para los investigadores es el viaje que realizó Lagostena al interior durante los días posteriores a la desaparición de Erica. En el transcurso de ese viaje, dejó su celular sobre el techo de un kiosco de diarios.

Hubo testigos que declararon que el hombre solía decir: “Si me entero que Erica me engaña, la mato”. Ayer, Verónica, hermana de Soriano, aseguró que Lagostena perseguía a su pareja “a todos lados, no la dejaba maquillarse, le controlaba los horarios y los boletos cuando Erica quedaba en venir a la casa de mi mamá”. Verónica también afirmó que se sospecha de la familia Lagostena, dueña de una funeraria, por sus vínculos “financieros y políticos”.

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Los familiares y amigos de Erica reclamaban desde el comienzo la detención de Lagostena
Imagen: Télam
 
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