SOCIEDAD › UN PATOVICA SECUESTRADOR

Una mujer cautiva

Una mujer denunció que su ex pareja la mantuvo secuestrada durante cinco días en la localidad bonaerense de Monte Grande, Esteban Echeverría. El acusado es Roberto Javier Currado, que trabajaba como patovica en el boliche Acqua de Puerto Madero. La pareja se habría reconciliado al cabo de un mes de separación. El desencadenante del conflicto habría sido que el hombre descubrió que mientras estuvieron separados ella había mantenido otras relaciones. “Me violaba de tres a seis veces por día”, contó Fabiana Gularte a Página/12.

“Era un psicópata, la secuestró, la violó y la torturó. Le arrancó los piercings que tenía en la boca con una pinza”, contó a este diario Alejandro, uno de los hermanos de Fabiana. Gularte, de 22 años, cuando logró escapar el viernes al mediodía corrió hasta la casa donde vive con sus hermanos e hizo la denuncia en la comisaría décima de Boedo.

La razón que lo habría llevado a Currado a mantenerla cautiva fue que el sábado pasado, día de su reconciliación, cuando ella dormía en el domicilio montegrandino, el hombre tomó el chip del celular de su cartera y descubrió que había mantenido relaciones con otros hombres durante el tiempo de su separación. “Me despertó, se puso encima mío y me dio un rodillazo en las costillas”, graficó Gularte.

La mujer contó que Currado la llevaba a todos lados con él “porque sabía que quería escapar”. Como debía realizarse unos estudios para una operación hizo que la acompañara hasta el hospital Marie Curie, en la ciudad de Buenos Aires. De ahí, la llevó al Hospital Durand. “Quería que me confesara con el párroco porque decía que le hice mucho daño, entonces ahí aproveché y conté todo lo que me había hecho durante la semana. Que me golpeaba, que me violaba todos los días hasta seis veces, por la boca, por atrás, por todos lados. Entonces, el cura me dijo que iba a llamarlo (a Currado) para que él se confesara y que yo aprovechara.” Es en ese momento que Fabiana hizo lo que el cura le había propuesto, dado que estaba cerca de la casa de los hermanos. Llegó hasta ahí y les dijo lo que pasó.

La joven contó que a Currado lo conoció el 25 de mayo de este año cuando fue a bailar a un boliche de Puerto Madero. Fabiana sostuvo que la relación desde un principio fue “pesada”: “Siempre me trató mal, pero como yo le contestaba lo dejaba pasar. Hasta que hace un mes más o menos terminamos la relación”, contó.

Sin embargo, la mujer dijo que durante el tiempo en el que supuestamente permanecieron separados se vieron algunas veces, “pero no pasó nada”. El lugar donde la habría mantenido cautiva es una casa en Juan Castro Chávez 323, Monte Grande, al sur del Gran Buenos Aires. En tanto, la mujer informó que realizará una nueva denuncia civil para imponerle al patovica una medida de no acercamiento.

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