SOCIEDAD › FRANCISCO FIRMO EL DECRETO DE CANONIZACION DE JUAN XXIII Y JUAN PABLO II

Dos papas santificados de un solo saque

La ceremonia se concretará este mismo año, aunque aún no hay fecha confirmada. El Papa firmó la proclamación a la santidad de sus antecesores el mismo día en que fue difundida su primera encíclica. Para canonizar a Juan XXIII no se esperó al habitual segundo “milagro”.

Por primera vez, en un mismo trámite, un papa allanó el camino para la canonización de dos colegas suyos el mismo día en que dio a conocer una encíclica. Francisco firmó el decreto por el cual Juan XXIII y Juan Pablo II, los dos pontífices que dieron forma al Vaticano en la segunda mitad del siglo XX, serán proclamados santos. Aunque todavía no fue anunciada la fecha, fuentes romanas señalaron como ocasión posible el 8 de diciembre, Día de la Ascensión de la Virgen. En el caso de Juan XXIII, la burocracia vaticana no llegó a acreditar el segundo milagro requerido habitualmente, pero el portavoz papal, Federico Lombardi, explicó que en su caso era innecesario, porque su “bondad” era vox populi. Además, Jorge Bergoglio promulgó los decretos que permiten la beatificación de Alvaro del Portillo, el sucesor de Josemaría Escrivá de Balaguer al frente del Opus Dei, y la monja Esperanza de Collevalenza, fundadora de la Congregación de las Esclavas y de las Hijas del Amor Misericordioso.

Los decretos para la canonización del italiano Juan XIII, Angelo Roncalli, y el polaco Juan Pablo II, Karol Wojtyla, fueron autorizados por Bergoglio en la audiencia mantenida ayer con el prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato. En esa ocasión, el Papa autorizó la promulgación del decreto sobre el segundo milagro atribuido a Juan Pablo II, realizado tras su beatificación del 1º de mayo de 2011. También aprobó los “votos favorables” de la reunión ordinaria de cardenales y obispos de la Congregación sobre la proclamación de la santidad de Juan XXIII, que excepcionalmente se producirá sin haber acreditado un segundo milagro.

Sobre el milagro que lleva al beato Wojtyla a la santidad, el vocero de la Santa Sede, Federico Lombardi, sostuvo que se trató de una curación “inexplicable para la ciencia” y experimentada por Florisbeth Mora, una mujer de Costa Rica que ayer mismo brindó una conferencia de prensa desde Cartago, la provincia en donde vive, para explicarlo. Acompañada de su marido, el arzobispo de San José, Hugo Barrantes, y el médico Alejandro Vargas, Mora, de 50 años y madre de cuatro hijos, contó que en abril de 2011 le fue diagnosticado un aneurisma cerebral. Su médico, Vargas, le había explicado que tenía pocas expectativas de vida, pero ella, contó, nunca perdió la fe. El 1º de mayo de 2011 siguió por televisión las alternativas de la beatificación de Juan Pablo II. “Al siguiente día, me desperté y vi una revista en conmemoración de la beatificación, y escuché una voz que me dijo: ‘Levántate, no tengas miedo’”, contó a la prensa. En ese momento, agregó, los dolores de cabeza desaparecieron. El médico Vargas, laico del Opus Dei, contó que seis meses después, asombrosamente, Mora estaba curada. “El 11 del 11 del 2011 la gran sorpresa es que el reporte médico indicó que todo era normal, no había aneurisma ni lesión cerebral”, dijo el profesional.

Mora interpretó su curación como un milagro concedido por Dios mediante la intercesión de Juan Pablo II, a quien considera “un santo aun cuando estaba vivo”. “No vean a esta mujer, vean la realidad. Las explicaciones médicas no existen. Yo soy el testimonio de que Dios existe y que él es muy grande. Dios está presente y no me bendijo a mí, bendijo a Costa Rica y al mundo entero”, dijo la mujer.

Por otra parte, Roncalli, bajo cuyo pontificado como Juan XXIII fue convocado –hace 50 años– el modernizador Concilio Vaticano II, había sido beatificado en septiembre de 2000 por Juan Pablo II. Desde entonces, su causa no acreditó un segundo milagro, pero el vocero vaticano explicó que en su caso se aplicará un “proceso simplificado”, por el cual no es necesario demostrar otro hecho sobrenatural. El papa Francisco “considera que con un milagro se puede proceder a la canonización: todos conocemos las virtudes y personalidad” de Roncalli, explicó Lombardi. Por ello, “no hay necesidad de explicar los motivos de su santidad”. “Esto no quiere decir que ahora todos los beatos se vuelven santos sin un segundo milagro. Se trata de un caso muy específico”, aclaró.

Francisco además apoyó los avances en el proceso de beatificación de dos religiosos españoles: el segundo responsable del conservador Opus Dei, Alvaro del Portillo y Diez de Sollano, y la fundadora de la Congregación de las Esclavas y de las Hijas del Amor Misericordioso, Esperanza de Collevalenza. Del Portillo, sucesor y confesor de Escrivá de Balaguer (canonizado por Juan Pablo II), será beatificado por la atribución de un milagro que involucra la curación instantánea de Ignacio Ureta Wilson, un niño chileno a quien los médicos daban por muerto. En 2003, a poco de nacido, el chiquito sufrió un paro cardíaco de más de media hora y una hemorragia masiva. Mientras los médicos perdían las esperanzas, los padres rezaban a Portillo, informó el Vaticano. De modo sorpresivo, el corazón del chico volvió a latir, explica el expediente de beatificación. Finalmente, a la española Esperanza Santomera de Collevalenza, se le atribuye como milagro la curación de un niño que tenía alergia a todo tipo de alimentos y cuyo mal, diagnosticado como incurable, cesó luego de que bebiera agua del Santuario de Collevalenza.

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A Angelo Roncalli y Karol Wojtyla les llegó el turno de los altares.
 
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