SOCIEDAD › PROBETAS EN EMERGENCIA ELECTRICA EN MEDICINA

Sombras de laboratorio

Trabajos de investigadores, probetas, ratones de laboratorio, en riesgo con el corte de energía. Los propios científicos suben y bajan escaleras llevando hielo y agua fresca para evitar pérdidas.

Hace tres días que por las escaleras que comunican los 17 pisos de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, los científicos que desarrollan allí sus tareas de investigación se cruzan a las carreras cargando hielo seco para conservar las muestras de laboratorio o –los más afortunados– bidones de combustible para alimentar los generadores. Refrigerados precariamente o alojados en freezers de instituciones ajenas y casas particulares descansan espermatozoides y oviductos bovinos, sueros de animales infectados con Chagas, muestras humanas y reactivos, entre cientos de otras cosas. La falta de suministro eléctrico que afecta al barrio de Recoleta desde el martes pasado alcanza hasta a las ratas y ratones de experimentación que, estresados por la alteración de las condiciones ambientales de los bioterios en los que viven, disparan los parámetros de procedimientos que hasta hace unos días avanzaban lentamente bajo el control atento de los científicos.

“Desde el martes a las 12.30 del mediodía estamos sin luz y todavía no salió ninguna autoridad de la Facultad de Medicina a decir ‘estamos haciendo gestiones ante Edesur o para la adquisición o contratación de un grupo electrógeno’. Lo único que hicieron fue dar asueto a personal no docente, técnico y administrativo y que los investigadores nos arregláramos por nuestra cuenta”, se quejó en diálogo con Página/12 el doctor en Ciencias Biológicas Gerardo Mirkin, investigador del Departamento de Microbiología y Parasitología Médica. Mirkin investiga la enfermedad de Chagas a nivel experimental y muchas muestras con las que trabaja su equipo son infecciosas, por lo que no pueden ser trasladadas fuera del laboratorio por los riesgos que implica.

Según narró el investigador, estos días los pasaron llevando botellas con agua desde sus casas y acarreando “rolitos” y hielo seco hasta el piso 13 para reponer en los freezers. El investigador refirió que, además de aquellas muestras que no se pueden trasladar por el riesgo infectológico, hay otras que por su volumen tampoco se pueden mover y otras que requieren de temperaturas alrededor de los -80ºC. “Vamos resolviendo sobre la marcha”, explicó.

“Nuestros freezers y heladeras albergan cantidades de cosas. No hablamos sólo de plata, hablamos de mucho tiempo invertido. Hablamos de reactivos que tardan meses en llegar, subsidios difíciles de conseguir y resultados no fáciles de adquirir”, se lamentó Jimena Beltrame, bióloga especializada en temas de reproducción para quien ayer fue “un día muy triste”.

En los laboratorios no sólo peligran las muestras, sino que también la falta de energía puso en una situación crítica a las ratas y ratones, estresados por la alteración de los bioterios. Estos animales requieren períodos fijos y regulares de luz y de oscuridad, que se administran automáticamente por un sistema de prendido y apagado de luces. Además, necesitan una temperatura adecuada y un sistema de ventilación que evite la acumulación de amoníaco. “Yo preferiría llevarme las jaulas a mi casa que perder el trabajo”, dijo entre la broma y la angustia Claudia Osycka, becaria del laboratorio de Biología en la Reproducción en Mamíferos del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos.

Osycka agregó que en su equipo hay “dos personas operadas y gente mayor” que han subido y bajado 17 pisos por rescatar el material de investigación. “Es el esfuerzo de uno. No es una empresa, esto es vocación, es la carrera científica. Verdaderamente nos interesa lo que estamos investigando. Uno quiere generar un cambio, descubrir cosas nuevas y es capaz de hacer cosas así”, resumió.

En el Hospital de Clínicas, ubicado a metros de la facultad, la situación pudo salvarse gracias a un generador propio, del mismo modo que en las facultades aledañas de Odontología y de Farmacia y Bioquímica. Las respuestas no llegaron a Medicina y los investigadores decidieron manifestarse ayer en las puertas de la Facultad de Medicina, en Paraguay al 2100, donde hoy al mediodía volverán a convocarse.

Informe: Delfina Torres Cabreros.

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Los científicos de la Facultad de Medicina deben subir escaleras con “rolitos” para sus investigaciones.
 
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