SOCIEDAD › JULIO MONTANER EXPLICA DE QUE MANERA ES POSIBLE CAMBIAR EL CURSO DE LA PANDEMIA DE SIDA EN EL MUNDO

“La clave es ir a buscar a los pacientes”

El experto argentino radicado en Canadá es una de las voces más respetadas en el tema. Página/12 lo entrevistó durante su participación en Buenos Aires del Simposio Sida y Hepatitis 2016, organizado por la Fundación Huésped. El testeo universal y el tratamiento temprano.

 Por Mariana Carbajal

“El fin del sida es hoy. Puede suceder. Hay que salir a buscar a los pacientes con VIH y darles tratamiento, para que caiga la incidencia de sida. Podemos cambiar el curso de la pandemia a nivel global con esta estrategia”, afirmó el científico argentino Julio Montaner, una de las voces más respetadas a nivel mundial en el tema. Radicado en Canadá desde hace décadas, Montaner es el arquitecto de la meta de la ONU 90-90-90, la nueva hoja de ruta para acabar con el sida en 2030 y que solo se detecten casos aislados. En una entrevista de Página/12, detalló los logros y los desafíos que implica la expansión de ese programa. “Testeo y tratamiento es una estrategia que sirve para el paciente, para la salud pública y si los políticos se avivan, para ganar votos”, apuntó. Y aclaró que al mismo tiempo y complementariamente, hay que sostener la promoción del uso del preservativo, implementar políticas de reducción de riesgos y daños y promover la despenalización de la tenencia de sustancias ilícitas para consumo personal. “Es importante decir que las políticas de criminalización y persecución de usuarios de drogas han resultado en un problema muy grande para que yo pueda ir a buscar a los pacientes con VIH. Soy absolutamente partidario de la despenalización de la tenencia de sustancias”, aclaró el científico.

Montaner fue uno de los expositores invitados al Simposio Sida y Hepatitis 2016, organizado por la Fundación Huésped en Buenos Aires. A lo largo de tres días, destacados especialistas nacionales e internacionales discutieron avances científicos, debatieron sobre nuevas estrategias de prevención y las novedades más recientes en materia de tratamientos del VIH y las hepatitis. El evento, que finalizó ayer, ofreció 27 sesiones y contó con la participación de más de 1500 personas de todo el país, entre profesionales de la salud y líderes comunitarios.

¿En qué consiste la meta 90-90-90? Nació de un modelo matemático creado por Montaner en 2006, que luego tomaron la OMS y Onusida. Para terminar con la pandemia de sida en 2030, el objetivo es que en 2020, el 90 por ciento de quienes viven con VIH tengan su diagnóstico; que de ellos, el 90 por ciento acceda a un tratamiento y que, de quienes se traten, por lo menos el 90 por ciento logre una carga viral que no sea detectable. “Una vez que la carga viral no es detectable, no hay transmisión. El inicio del tratamiento inmediato permite aumentar la expectativa de vida: hoy en British Columbia, la sobrevida de un paciente de 20 años diagnosticado tempranamente es de 55 años, es decir, que vivirá hasta alrededor de los 75. En Canadá la expectativa de vida promedio para cualquier persona es de 80 años”, destacó Montaner.

Actualmente, detalló, a nivel mundial apenas el 57 por ciento de quienes viven con VIH tienen diagnóstico, de ellos, el 46 por ciento accede a tratamiento y de ellos, solo el 38 por ciento logró carga viral no detectable. Pero Montaner está convencido de que se puede lograr el 90-90-90. “Esto se puede hacer y es un imperativo”, afirmó. Es jefe de la División de Sida de la Universidad de British Columbia, director del Centro para la excelencia en VIH-sida en Vancouver, y del programa de VIH-Sida, Hepatitis y Adicción en el Hospital St. Paul, de la misma ciudad, además de asesor especial de Onusida y ex presidente de la Sociedad Internacional de Sida. Por su trabajo de investigación ha recibido numerosos premios.

Lo que descubrió Montaner en la provincia canadiense de British Columbia, donde desarrolla sus trabajos de investigación, es que en la medida en que se aumenta la cantidad de pacientes que se tratan, disminuyen los casos, porque es menor el contagio. “En seis meses de tratamiento la carga viral se hace no detectable”, señaló. Por eso en la sesión plenaria en la que dictó una conferencia, subrayó que “es clave ir a buscar a los pacientes”. Y para eso, indicó, se debe ofrecer el test de VIH como parte de los chequeos de salud de rutina. “El arzobispo de British Columbia me preguntó si todas las personas debían testearse y yo le dije que sí: ‘Usted también’”, apuntó. El científico señaló que el papa Francisco apoyó su propuesta.

–Durante su exposición comentó que en British Columbia a los pacientes con VIH los encontraron en los lugares menos esperados. ¿A qué se refería? –le preguntó este diario.

–Hace una década favorecíamos el testeo a grupos en riesgo como migrantes, personas trans, mujeres en situación de prostitución y nos dimos cuenta de que ahora los que llegaban en emergencia eran hombres como Pedro (lo señala a Cahn que lo acompaña en la entrevista) o como yo. Por eso concluimos que teníamos que llevar el testeo a toda la población, incluirlo en un chequeo general. ¿Qué hicimos? Cambiamos la pregunta: “Lo hacemos para confirmar que vas a ser negativo”, les decimos. Esa es la clave. Hay experiencias en países africanos, como Uganda y Kenia, donde ofrecían los testeos en aldeas y la gente no se acercaba hasta que se dieron cuenta de que tenían que ofrecerles controlar diabetes, hipertensión y VIH.

El modelo que se promueve a nivel mundial desde la ONU, Montaner lo viene expandiendo en la provincia de British Columbia, en Canadá, desde 2003. “Cuando salimos a buscar los pacientes, logramos que cayera la incidencia de sida”, precisó. Y contó que el 31 de mayo de 2014 cerraron en el hospital donde trabaja la sala de sida. “No la necesitamos más”, destacó. La misma estrategia ya se está aplicando en distintos lugares, por ejemplo, en la ciudad de San Francisco, Estados Unidos, en países africanos como Malawi, Ruanda, y Sudáfrica. “Argentina lo adoptó formalmente hace un año”, indicó Cahn, ex jefe de Infectología del Hospital Fernández (ver aparte).

Montaner dedicó los últimos treinta años de su vida científica a investigar el virus del VIH-sida y por eso de alguna manera ya se conocen. Supo cómo sitiar al virus en 1996 cuando lideró el descubrimiento de los antirretrovirales, el llamado “cóctel de triple terapia”, que pudo controlar la progresión del virus que lo causa, y posibilitó que hoy la infección se vuelva crónica en muchos pacientes y que transforme el manejo de la enfermedad a nivel mundial.

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Pedro Cahn y Julio Montaner, en el simposio de la Fundación Huésped que terminó ayer en Buenos Aires.
Imagen: Leandro Teysseire
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