SOCIEDAD › PROHIBEN EN LA CIUDAD EL USO DE ANIMALES EN CIRCOS

A no trabajar como bestias

Las compañías circenses tienen dos años de plazo para reconvertir su actividad. Prevén multas de hasta 10.000 pesos o clausura para los infractores.

 Por Eduardo Videla

Quién sabe cómo habrán tomado la noticia las bestias del circo: en dos años no podrán hacer más sus funciones en las carpas que se instalen en la ciudad de Buenos Aires. Es que la Legislatura porteña sancionó ayer una ley que prohíbe la utilización de animales en los espectáculos circenses que se lleven a cabo en territorio porteño. Sí se sabe que la novedad no cayó nada bien entre los dueños y el personal de los circos más tradicionales y, en especial, entre domadores y entrenadores, que deberán ahora desarrollar otras habilidades para poder continuar con su trabajo en la arena circense. La medida apunta a proteger a los animales que, según los impulsores del proyecto, suelen ser sometidos a tormentos como método de aprendizaje de destrezas que poco tienen que ver con su naturaleza.
En rigor, ni los animales ni sus entrenadores se quedarán sin trabajo, pues la actividad puede desarrollarse con total libertad en casi todo el país. Pero la Unión de Circos –el gremio que reúne por igual a dueños y empleados de las compañías– organizó un colorida protesta frente a la Legislatura, durante toda la tarde, en rechazo a una ley que, para ellos, representa una pérdida de fuentes de trabajo. “Sobre todo, lo que ellos temen es que la medida pueda imitarse en otras ciudades. Por lo pronto, ya se aplica en los partidos de Avellaneda y Almirante Brown, en el Gran Buenos Aires”, reconoce el diputado Juan Carlos Amejeiras (Partido de la Ciudad), impulsor del proyecto.
¿Por qué prohibir el uso de animales en circos y no su exhibición en zoológicos o las carreras de caballos? La pregunta recorrió el recinto durante el debate y fue formulada por este diario al autor del proyecto. “El que lo crea necesario puede presentar un proyecto –replicó Amejeiras–. El uso de animales en espectáculos circenses es una tradición, como lo fueron las corridas de toros o las riñas de gallos, que fueron prohibidas por ley.” Para el legislador, a diferencia del zoo, donde “los animales por lo general cuentan con espacio para desplazarse, en los circos utilizan jaulas muy pequeñas, donde apenas pueden moverse”. Esos no son los únicos argumentos para la prohibición. “Los entrenadores suelen utilizar picanas o lazos de ahorque y en el caso de los elefantes, se les apoyan las patas delanteras en superficies calientes para que se paren en dos patas: después, cuando escuchan una determinada música, recuerdan los tormentos a los que fueron sometidos”, relató el diputado.
El proyecto no es nuevo en la Legislatura: retoma uno que presentó a principios de 2003 el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, pero que perdió estado parlamentario con la renovación legislativa, en diciembre. Otro antecedente es el proyecto presentado en 1993 por el socialista Raúl Puy en el entonces Concejo Deliberante.
La prohibición entrará en vigencia en octubre de 2006. “En ese plazo, los circos pueden reconvertirse y reemplazar a los animales por artistas”, sugirió Amejeiras.

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Artistas de circo protestaron ayer frente a la Legislatura porteña.
 
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