SOCIEDAD › DECLARO LA ACUSADA POR EL CRIMEN DE LA ODONTOLOGA

“Me persiguen por lesbiana”

Según la hipótesis de la fiscalía, en el crimen de la odontóloga Mariela Frydman, el asesino o la asesina entró por el balcón del departamento “A” del noveno piso del edificio de Quesada 2248, del barrio de Núñez, luego de deslizarse por una cuerda, desde la terraza. Por eso acusó como autora a María José Muñoz, de 28 años, hija del portero del lugar, que tiene una causa por hurto por escalamiento y la sospecha de haber robado un celular, como ocurrió en el caso Frydman. Otro elemento que tuvo en cuenta el fiscal José María Campagnoli fue un corte en la mano derecha de Muñoz, que podría haber ocurrido durante la pelea con su víctima. El fiscal cree que pudo haber un móvil pasional y para eso tiene en cuenta que Muñoz admite que es lesbiana, aunque niega todo tipo de relación con Frydman.

“Me lastimé el dedo índice de la mano derecha clavando la cama de mi cuñado, el lunes a la tardecita”, dijo Muñoz en su declaración indagatoria, aludiendo al 26 de noviembre, el día en que ocurrió el crimen. El homicidio fue cometido entre las 13.30 y las 21. Muñoz dijo que ella estaba en General Pacheco. El asesino se llevó el celular de la víctima, un Motorola V-3. Muñoz admite ser fanática de los celulares, pero aseguró que nunca se robó uno, aunque hay sospechas de que sí lo hizo, en una oportunidad, luego de golpear a un chico. Muñoz practica boxeo y suele enojarse con facilidad, según reconocen sus propios familiares.

Muñoz admitió que es lesbiana y que le gusta cortarse el pelo al ras, tipo militar. “Me dicen Majo o Leo, depende de la situación. Para decir la verdad, a mí me gustan las mujeres, y a algunas mujeres les gusta decirme de una forma y a otras de otra”, señaló la imputada. Ella cree que la detuvieron por ese motivo. Para Muñoz, su condición sexual es un motivo de discriminación por parte de la policía y la razón por la cual está imputada. “Es una consecuencia más de mi condición sexual y de la portación de cara, por lo que soy la primera sospechosa por portación de cara”, declaró ante el fiscal y rompió en llanto. La imputada rechazó toda participación en el hecho y sostuvo que su relación con Frydman era la de una vecina: “Un hola, si la veía, y nada más”. Incluso dijo que alguna vez vio a Mariela Frydman con un novio, que podría ser el segundo sospechoso.

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