SOCIEDAD › EL EMBLEMATICO HOTEL SASSO, AHORA DE BARRIONUEVO

La avanzada gastronómica

 Por Carlos Rodríguez

Desde Mar del Plata

En 1934 comenzó la construcción del camino costero que llevaba al faro de Punta Mogotes y con las obras aparecieron los primeros hoteles. Uno de los más tradicionales de la zona, sobre la avenida Martínez de Hoz al 3545, era y sigue siéndolo el hotel Sasso, cuyos propietarios originales fueron Nicolás y María Sasso. Hoy, el hotel, que en su planta baja tenía un casino alternativo al central, donde se jugaba muy fuerte, fue comprado por el dirigente gremial Luis Barrionuevo, el mismo de la recordada sentencia que aseguraba que la crisis argentina quedaba atrás en forma definitiva el día en que los dirigentes “dejemos de robar por dos años”. El Sasso le costó al gremio gastronómico más de un millón de dólares y ahora está cerrado, en pleno proceso de remodelación.

La historia dice que el Sasso fue siempre un lugar propicio para los funcionarios de los distintos gobiernos de turno, desde los años de su fundación. Muchos fueron los que pasaron largas semanas de vacaciones, con sus familias. Por eso no es extraño que entre sus más de cien habitaciones haya una suite destinada al gobernador de la provincia de Buenos Aires y otra reservada para el presidente de la Nación, cualquiera fuera su color político.

“El hotel está siendo remodelado en su totalidad, lo que supone que demandará una inversión importante. Lo curioso es que se está trabajando en forma muy activa sobre la suite presidencial. La quieren mantener y hasta ofrecérsela a quien quiera pagarla, como un atractivo más. Las malas lenguas dicen que Barrionuevo tiene ganas de estrenarla”, le comentó a Página/12, en tono ligero y jocoso, un hombre muy allegado a la actividad turística local. “Al principio se dijo que el hotel iba a ser inaugurado esta temporada, pero las obras están interrumpidas desde el comienzo del verano y todavía no hay fecha definida para la habilitación.”

De los tres grandes hoteles comprados o construidos por los sindicatos, el único que puede ser recorrido con algún detalle es el Sasso, por la sencilla razón de que su puerta de ingreso, por Martínez de Hoz, está siempre abierta, aunque es muy poco lo que se puede ver desde el exterior. El sector donde estaba el casino, en la planta baja, ha sido totalmente desmantelado. En la parte delantera, la mayoría de las ventanas de madera, sobre la estructura tipo chalet, han sido sacadas a golpe de maza, lo que indica que será total la renovación de la vista principal.

No hay custodia en la puerta de acceso ni señales de vida dentro del edificio. Lo único que puede verse son dos carteles. Uno grande, sobre la vereda de Martínez de Hoz, que confirma que la nueva propietaria es la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteles y Gastronomía de la República Argentina, que tiene un total de 80 mil afiliados. El otro mensaje, sobre el portón de hierro principal, dice: “Este año no se admitirá el ingreso de particulares”. En realidad, no se admite en absoluto a nadie, ya que el lugar está totalmente desierto.

En su momento de esplendor, el Sasso contaba con 105 habitaciones con vista a la playa, restaurante, piscina, gimnasio y varios salones para organizar bailes, reuniones o congresos. Además, claro, de la suite presidencial, a todo lujo.

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