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Domingo, 22 de julio de 2007

CULTURA / ESPECTáCULOS › OBRA. PRESENTAN EL LIBRO DE LOS LIBROS DE ROA BASTOS

Ese paraguayo tan supremo

Augusto Roa Bastos murió en 2005. Dejó una obra tan prolífica como clave para las letras latinoamericanas. Ahora, su hija Mirta y su compañera argentina Amelia, presentarán en Rosario una edición de lujo que recopila la parte menos conocida del trabajo del escritor.

 Por Fernanda González Cortiñas

Días atrás, más precisamente el 13 de junio, hubiera cumplido 90 años. Pero en noviembre de 2005, murió en su Asunción natal, víctima de una larga y penosa enfermedad. Con él se iba una de las voces más originales de la literatura latinoamericana contemporánea: Augusto Roa Bastos. Probablemente, de su vasto legado, en el que figuran obras clave en la historia de las letras continentales, como el caso de "Hijo de hombre", "El trueno entre las hojas" o "El Baldío", la más conocida y difundida sea "Yo, el Supremo" (1974). Considerada por la crítica como la obra cumbre del escritor paraguayo, la novela fue pergeñada, escrita y editada en la Argentina, durante la que fuera la etapa más extensa de su también largo exilio.

Testigo privilegiada de esas tres décadas, en las que Roa Bastos no sólo dio a luz la historia de José Gaspar Rodríguez de Francia -presidente del Paraguay entre 1814 y 1940 y responsable de una de las dictaduras más largas que asolara la América Latina de fines del siglo XVIII y principios del XIX-, sino varios libros de poesía, buena parte de su labor como dramaturgo, parte de su trabajo como compositor y arreglador, y todas su producción como guionista de cine, fue quien durante esos años fue su compañera, Amelia Nassi, una cordobesa que desde su separación del maestro eligió a Rosario como su casa. Incluso ella es la única responsable de que el escritor incursionara alguna vez en la literatura infantil (Roa Bastos escribió "El pollito de fuego" a pedido de ella, quien durante la década del 70 dirigió La Florcita, colección para chicos de Ediciones de la Flor).

Celosa de su intimidad y profundamente respetuosa de la memoria de quien fuera su pareja por varios años, recién en estos últimos tiempos Amelia se permite hablar sobre esa relación -no sin reparos- y revelar parte de esa historia personal. Por ello, de la mano de la hija del Premio Cervantes 1989, Mirta Roa, el próximo martes presentará en Rosario un libro que explora todas esas otras caras ocultas en un hombre cuyo talento excedió y en mucho el ámbito de la narrativa.

El libro de los libros de Augusto Roa Bastos es una edición de lujo que Mirta, la única hija del escritor, decidió confeccionar en Paraguay, donde su padre era conocido y reconocido únicamente como escritor. Así, con esta ambiciosa consigna la hija se abocó a la nada sencilla tarea de recopilar una parte poco conocida del cuantioso, variado y desperdigado material que su padre había generado a lo largo de casi setenta años de trabajo. Convocada a participar del proyecto junto con prestigiosos nombres del mundo académico e ilustradores entre los que destacan el paraguayo Carlos Colombino, el venezolano Abilio Padrón y el argentino Carlos Alonso, Nassi -mágister en Letras por la Universidad de Tolouse- quiso que ese trabajo también fuera conocido en la Argentina, uno de los países que -además de España y Francia- le diera asilo luego de que debiera abandonar su querida patria apuntado por el dedo acusador del dictador Alfredo Stroessner.

"Este es un maravilloso libro﷓objeto que diagramó Mirta para dar a conocer esta otra faceta de su padre", cuenta Nassi en diálogo con Rosario/12, caras que, por otra parte, Amelia llegó a conocer muy bien. "A Augusto le encantaba el cine. Creo que le hubiera encantado poder filmar una película. Pero si usted me pregunta por qué todos los guiones son más o menos de la misma época, todos escritos en la Argentina, la respuesta no tiene nada de artístico: Había que comer. Desde luego a Augusto no le acercaban cualquier proyecto", cuenta, mientras hojea los algunos de los guiones publicados, entre los que se destacan La Sed, Alias Gardelito y Shunko, entre otros.

Aunque escribió poesía, varias obras teatrales y hasta un ballet, y despuntó por igual el vicio del periodismo y el ensayo (todo presente en esta edición con apenas algunos de sus textos ﷓siendo que durante la década del `40 fue corresponsal del diario El País, de Paraguay), algunas disciplinas llaman realmente la atención.

"La poesía le gustaba sí, pero lo que más le gustaba era la música. Así que hacía canciones porque le gustaba cantar. Nos gustaba mucho ir a los festivales folklóricos. Por aquél entonces él tenía un bombo y yo que había estudiado piano, me compré una guitarra y empecé a rascarla. No voy a decir que éramos un dúo, pero tocábamos y cantábamos con los amigos, para divertirnos".

-Por el índice del libro y lo que usted cuenta pareciera que Roa Bastos era el ideal del Renacimiento, un auténtico artista múltiple, hacía de todo...

-No crea. Nunca lo vi dibujar.

(El libro de los libros de Augusto Roa Bastos se presentará este martes a las 19.30 en los altos de Ross Centro Cultural -Córdoba 1347- como parte de los festejos del 70 aniversario de la librería. Participarán de la presentación Nora Bouvet, Mirta Roa y Amelia Nassi).

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Amelia Nassi, compañera de Roa Bastos vive en Rosario
Imagen: Sebastián Granata
 
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