A poco más de una semana del comienzo de la Copa del Mundo, respecto de la Selección parecen más las dudas que las certezas. Mucho más respecto de cómo se va a jugar que respecto de quiénes van a jugar. Porque Romero será seguramente el arquero, Demichelis, Samuel e inexplicablemente Heinze estarán en el fondo, acompañados por Otamendi o bien por Jonas Gutiérrez, mientras que en el medio juego estarían Mascherano, Verón, Di María y el propio Gutiérrez, con Messi e Higuaín de punta o quizá con el agregado de Tevez.

Mientras tanto, en Sudáfrica, es mucho más lo que se dice que lo que supuestamente debe razonablemente creerse. La paparruchada de hacer una práctica con los jugadores en funciones cambiadas, con Andújar de volante central, Verón y Messi de defensores, Heinze de atacante y demás, no es más que una demostración de que se intenta difundir que se hace como que se hace. Es para que se comente que hubo un entrenamiento “diferente”, como si se jugara un partido entre el plantel en cancha reglamentaria con pelota de rugby o en espacios reducidos con la Pulpo de cuando éramos pibes.

Para agregar al desconcierto, ahora se dice que la Selección debe defender como la de Bilardo y atacar como la de Menotti. O sea que los defensores no debieran atacar y los atacantes no debieran defender. Por otra parte, no se sabe cómo es defender como Bilardo –quizá con un vomitivo en el bidón– o atacar como Menotti.

Sería mucho más simple y entendible si se dijera defender “con la pelota” y atacar “con la pelota”. Que es lo que debe decirse y, por supuesto, lo que debe hacerse.