DEPORTES › LA SELECCIóN SE ENFRENTARá HOY CON URUGUAY EN UN DURO PARTIDO DE CUARTOS DE FINAL

“Es una final que no tiene revancha”

El entrenador Sergio Batista confirmó a los mismos jugadores que vencieron a la débil Costa Rica y adelantó para qué tipo de partido se preparó el equipo nacional. El público santafesino quiere reflotar el romance y promete aliento y sorpresas.

 Por Ariel Greco

Desde Santa Fe

La Selección Argentina vuelve a vivir una situación límite. El flojo comienzo en la Copa América la llevó por un camino inesperado y más difícil de lo que se suponía, y ahora se tiene que jugar esta tarde su pasaje a la semifinal ante Uruguay, en un clásico con más de 100 años de historia. El equipo de Sergio Batista se reencontrará con el público santafesino, que no lo trató bien en el final del encuentro ante Colombia, pero que ayer pareció iniciar un proceso de reconciliación con unos 400 hinchas esperando la llegada del equipo, pese al retraso de la salida del vuelo desde Ezeiza provocado por la neblina y la lluviosa jornada.

Tras la victoria ante Costa Rica, el entrenador argentino confirmó a los mismos once que arrancaron en ese encuentro, pese a la diferencia de jerarquía del rival. Mejor rodeado, Lionel Messi cumplió su mejor actuación del certamen y se convierte en la principal esperanza de un equipo que, además de la clasificación, buscará reivindicarse ante el público de Santa Fe, para terminar de cerrar las heridas que se abrieron hace diez días, cuando los jugadores fueron despedidos con insultos y silbidos, y se escuchó el ya famoso cantito “jugadores / la c... de tu madre / a ver si ponen huevos / que no juegan con nadie”. No hay hincha santafesino que no asegure que lo del partido con Colombia fue una reacción espontánea por el mal rendimiento de la Selección, pero que todo se revertirá con una buena actuación. Por eso, a pesar de la lluvia, la niebla y los cambios de planes por el clima, unas 400 personas, con banderas y camisetas, se juntaron en la puerta del Spa de Colón simplemente para ver pasar a los dos micros que venían del aeropuerto, el primero con los jugadores y el segundo con los dirigentes y la utilería, que arribaron apenas superadas las 19. Más allá de la larga espera y de la llovizna que caía en ese momento, los fanáticos sólo se pudieron llevar unos saludos de cortesía desde las ventanillas. Ningún otro contacto, ni fotos, ni autógrafos. “El público va a alentar y lo del otro día fue una reacción porque el equipo no jugó como esperaban”, minimizó Batista en su conferencia. Y con respecto a la importancia del encuentro, afirmó: “Esta es una final que no tiene revancha” (ver aparte).

Ambas partes quieren que hoy la historia sea diferente. Los hinchas prometen aliento, un gran recibimiento y alguna sorpresa en contra de Diego Forlán, la estrella de Uruguay: caretas con el rostro de Zaira Nara, en referencia al reciente casamiento cancelado por la pareja.

También los dirigentes de Colón, encabezados por su presidente, Germán Lerche, quieren que se reedite el romance entre el equipo y la gente. A partir de la posibilidad que mencionó el titular de la AFA, Julio Grondona, de llevar partidos de las Eliminatorias a los estadios de La Plata y de Córdoba, el directivo santafesino también ofrecerá el Brigadier López como posible escenario. Por eso se suma otro motivo más para buscar un ambiente cálido para Messi y compañía.

Pero lo que está más que claro es que, en la relación del equipo con el público, todo dependerá de la producción futbolística. Uruguay sabe que a medida que transcurran los minutos, sus posibilidades crecerán, junto con los murmullos y los reproches argentinos. Por eso, con serenidad, intentará dar el batacazo como visitante, en una fecha muy emotiva: hace exactamente 61 años, el 16 de julio de 1950, Uruguay lograba la mayor hazaña de su historia con el Maracanazo en la final del Mundial de Brasil. Pero si Argentina rinde de acuerdo con sus nombres, si Messi encuentra socios para tocar y descargar, si Gago vuelve a transformarse en el eje del equipo, si Agüero mantiene su capacidad goleadora y si Higuaín afina la puntería, el romance está garantizado. En cambio, si lo que prevalecen son las dudas de la defensa, la escasa movilidad para darle opciones de pase al compañero y los excesos en la maniobra individual, el riesgo de repetir las flojas producciones de los dos primeros partidos está latente, con la posible consecuencia de la probable eliminación y de los silbidos. La Selección tiene la palabra. O mejor dicho, la pelota.

ARGENTINA: Romero; Zabaleta, Burdisso, Milito, Zanetti; Gago, Mascherano; Agüero, Di María; Messi, Higuaín. DT: Sergio Batista.

URUGUAY: Muslera; M. Pereira, Lugano, Victorino, Cáceres; A. González, D. Pérez, Arévalo Ríos, A. Pereira; Forlán, Suárez. DT: Oscar W. Tabárez.

Estadio: Colón de Santa Fe.

Arbitro: Carlos Amarilla (Paraguay).

Hora: 19.15. TV: Canal 7, Canal 11 y TyC Sports.

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Fernando Gago y Lionel Messi, la fórmula del juego que encontró Sergio Batista, que mira junto al Tata Brown.
Imagen: EFE
 
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