DEPORTES › EN UN PARTIDO QUE RESULTó MáS COMPLICADO DE LO ESPERADO PARA EL EQUIPO DE GALLARDO, SUPERó 1-0 AL JAPONéS SANFRECCE

Con un Alari(d)o, River llegó a la final del Mundial de Clubes

En el primer tiempo, Barovero fue la figura, sacando tres pelotas de gol. Con Lucho González en la cancha, mejoró su juego y pudo quedarse con el triunfo ayudado por el error del arquero y la contundencia de un goleador aliado con la historia.

 Por Miguel Hein

No había otro resultado posible. El mundo futbolístico no le dejaba margen. River debía ganar. Nada importaba que el Sanfrecce hubiera mostrado virtudes para complicar, como lo hizo. Pero el equipo de Gallardo venció 1-0 y estará el domingo en la final del Mundial de Clubes.

El comienzo del partido mostró a River intentando ser prolijo en el manejo de la pelota, moviéndola de un lado al otro de la cancha, buscando generar espacios para el pique de sus delanteros. Cuando los de Núñez la perdían presionaban rápido al equipo japonés. Esa presión incomodaba a los jugadores del Sanfrecce al mismo tiempo que exponía sus limitaciones, aunque nunca renunciaban a salir jugando.

El dominio claro de los argentinos, alentados como si fueran locales en el Monumental, no se tradujo en ocasiones de gol. Es más, las aproximaciones más claras en los primeros quince minutos llegaron a través de pelotas paradas, con las ejecuciones de Pisculichi y de Sánchez.

Al promediar el primer tiempo, el trámite del partido era claro: River haciendo el gasto, manejando la pelota, capturando cada rebote, usando todos los espacios para intentar en ataque; Sanfrecce defendiendo muy atrás y, cuando podía, sacando algún pelotazo para la solitaria corrida de un delantero que pudiera explotar eventuales errores defensivos, como el ocurrido sobre los 25 minutos, cuando la pelota sobrepasó el salto de Balanta y dejó a Minagawa de cara al primer gol, que no pudo ser porque Barovero salió como lo hacen los arqueros de handball y tapó el remate.

Esa jugada agrandó al conjunto japonés, que pareció convencerse de que podía hacer algo más que defenderse, y aumentó las dudas de los dirigidos por Gallardo, quienes perdieron precisión en el manejo de la pelota y ofrecieron espacios a las espaldas de sus volantes y defensores que lo hicieron sufrir. Así Sanfrecce tuvo su segunda ocasión clara. Iban 32 minutos, Chajima corrió por izquierda, se frenó y mandó un disparo de derecha que Barovero desvió al corner por sobre el travesaño con la mano derecha. Y el arquero de River se transformó definitivamente en la figura del primer tiempo a los 39 minutos, al echar afuera con la mano cambiada el remate de Minagawa, que sorteó el offside que jugó la defensa millonaria, recibió en el área, giró y remató de derecha.

Se fue sin mucho más el primer tiempo para River, salvo la sensación confirmada de que tenía ante sí un rival mucho más duro que lo previsto, la conclusión de que la fortuna lo ayudó a irse a los vestuarios 0-0 y la preocupación de una anemia creativa que prácticamente no le permitió armar ni una jugada para desequilibrar en ataque.

El inicio del complemento fue prometedor. River tuvo su primera oportunidad a los 2 minutos, tras una buena habilitación de Kranevitter de cuchara a Mercado, quien llegó al fondo y sacó el centro. Alario la recogió en el segundo palo y la tiró atrás para Mora que, solo y de frente, pateó alto. En la respuesta, Alvarez Balanta salvó al Millonario al cortar el pase de Chajima que Minagawa iba a recibir sin oposición.

Como el trámite del partido no tomaba el rumbo esperado, Gallardo recurrió a los suplentes. Primero entró Lucho González por Ponzio y siete minutos después Viudez reemplazó a Pisculichi. Los dos sustituidos aportaron muy poco, pero lo del zurdo ex Argentinos se extrañó más porque, en general, de sus pies nacen ocasiones para desnivelar.

A partir de las modificaciones, River mejoró sus circuitos de juego, con González, y encontró maniobras individuales desequilibrantes, con Viudez. Pero fue un error el que inclinó el partido para el lado de River. A los 22 minutos del segundo tiempo, González mandó el centro frontal al área, el arquero fue arriba junto con Maidana y no pudo retener la pelota, que rebotó y fue a parar a la cabeza de Alario, quien casi de espaldas la cabeceó al fondo de la red. ¡Gol de River! 1-0. Explosión de la hinchada de Núñez en el Nagai de Osaka. Otra vez Alario anotando un gol decisivo.

Después del gol, el equipo de Gallardo mostró sus mejores minutos y tuvo una inmejorable oportunidad para el 2-0 cuando González habilitó a Mercado, éste desbordó y la tocó para Mora, quien no pudo definir de derecha. En contraste, Sanfrecce se desdibujó, pareció decaer físicamente (jugó cinco partidos en catorce días) y no tuvo recursos para poner en aprietos defensivos a River.

Así llegó el final, con el equipo de Núñez mejorando la tarea del primer tiempo, aunque todavía lejos del nivel que lo llevó a consagrarse campeón de la Copa Libertadores de América, su pasaporte a este Mundial de Clubes cuya final jugará el domingo ante el ganador de la semifinal que protagonizarán Barcelona y Guangzhou Evergrande de China.

0- SANFRECCE

Hayashi; Shimizu, Shiotani, Chiba, Sasaki, Kashiwa; Douglas, Aoyama, Morisaki, Chajima; Minagawa.

DT: Moriyasu.

1- RIVER

Barovero; Mercado, Maidana, Alvarez Balanta, Vangioni; Sánchez, Kranevitter, Ponzio; Pisculichi; Mora, Alario.

DT: Marcelo Gallardo.

Estadio: Osaka Nagai Stadium.

Arbitro: Jonass Eriksson (Suecia).

Gol: 72m Alario (R).

Cambios: 57m González por Ponzio (R); 58m Mikic por Kashiwa (S); 64m Viudez por Pisculichi (R); 66m Asano por Minagawa (S); 76m Sato por Chajima (S); 85m Mayada por Mercado (R).

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Lucas Alario inicia la carrera del festejo. Marcó otro gol importante aprovechando el error del arquero.
Imagen: EFE
 
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