En Rosario, Central y Gimnasia empataron 2-2 en un partido movido. Lo ganaba el local dos veces con los goles de Damián Díaz y Vizcarra, pero Silva y Batalla pusieron la igualdad para los platenses. Por el empate sobre la hora, el punto le sirvió más a Gimnasia, que desde la llegada de Maturana, ganó sólo un partido.

Fue entretenido desde el comienzo. Los dos equipos buscaban el arco de enfrente pero atacaban por el mismo sector. Gimnasia con Piatti, su mediocampista derecho, que se proyectó bien y lastimó en varias ocasiones. Pero Central lo aprovechaba con Papa, volante izquierdo, que se ubicaba siempre a las espaldas del hombre de Gimnasia. Así llegó la apertura del marcador: pelotazo a la espalda de Piatti, el que llegó al fondo fue el ex jugador de Vélez, metió el centro y Damián Díaz, un interesante mediocampista que juega, marca y que seguramente durará poco en el fútbol argentino, le pegó fuerte y puso el 1-0. A partir del gol, Central desapareció. En realidad, no todo Central, porque su arquero Cristian Alvarez era la figura. Sólo lo pudieron vulnerar con una jugada desafortunada: Leguizamón remató desde afuera y cuando parecía que nuevamente era del arquero, la pelota pegó en Silva y descolocó a Alvarez.

Para el segundo tiempo Central perdió a Papa –tuvo que ser reemplazado por lesión– y en él a su mejor carta de ataque. Entonces, el dominio fue del equipo visitante, que manejaba la pelota con Batalla y, por momentos, disponía de un tridente arriba con Piatti, Silva y Leguizamón. Pero Ischia movió rápido el banco y le fue bien. Vizcarra, el último que entró, en la primera que tocó, puso el segundo con un gran cabezazo. Pero, sobre el final, cuando parecía que era victoria del local, Raldes tuvo el único error de la tarde, Leal desbordó, metió la pelota al medio para que Batalla definiera con un derechazo preciso y pusiera el empate, que en definitiva se adecuó mejor a lo que fue el trámite.